domingo, 25 de febrero de 2018

Artritis gotosa e hiperuricemia



¿De qué hablamos?
La gota es un síndrome que habitualmente se manifiesta por una inflamación articular causada por depósito de cristales de urato monosódico. Generalmente ocurre en personas con hiperuricemia, aunque entre el 11% y  el 49% de los pacientes que presentan un ataque agudo de gota tiene cifras normales de ácido úrico. Únicamente el 22% de los pacientes con niveles de ácido úrico en sangre mayores de 9 mg/dl sufre algún ataque agudo de gota en un período de 5 años.

Es la artritis inflamatoria más común. Afecta al 1,4% de la población en países occidentales. Es más frecuente en personas de edad y en varones (5:1). Esta diferencia entre sexos disminuye con la edad. Puede asociarse a diabetes mellitus (DM), dislipemia, hipertensión arterial (HTA), obesidad, insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal y transplante de órganos. Su incidencia está aumentando, lo que podría relacionarse con la longevidad, los hábitos alimenticios y el mayor uso de diuréticos.

 La mayoría de los pacientes con gota tienen una reducción de la excreción de ácido úrico de origen genético. La hiperuricemia consecuente puede verse agravada o deberse enteramente a: 
·        Ingesta excesiva de purinas (sobre todo carne y marisco).
·        Consumo excesivo de alcohol, particularmente cerveza y licores.
·        Enfermedades linfo mieloproliferativas, quimioterapia en leucemias y linfomas, mieloma múltiple, policitemia, anemias hemolíticas, glucogenosis tipo III, V y VII.
·        Insuficiencia renal crónica.
·        Psoriasis extensa.
·        Fármacos: tiazidas, etambutol, salicilatos a dosis bajas (<1 g diario), pirazinamida, ciclosporina, ácido nicotínico, levodopa.
·        Cirugía, traumatismos, deshidratación.
·        Inicio de la terapia hipouricemiante.
·        En raras ocasiones: acidosis láctica, cetoacidosis, síndrome de Down, intoxicación por plomo, hiperparatiroidismo, sarcoidosis.

¿Cómo diagnosticar hiperuricemia y gota?
Se considera que existe hiperuricemia con los siguientes valores de ácido úrico: hombre: >7 mg/dl; mujer: >6 mg/dl. Solo una pequeña parte de los pacientes con hiperuricemia desarrollan gota: menos del 2% con niveles de ácido úrico >7 mg/dl; menos del 6% con niveles de ácido úrico >10 mg/dl.

¿Cómo se trata?
A pesar de las escasas evidencias que existen acerca de la eficacia del tratamiento no farmacológico para evitar la recurrencia de la gota, se usan habitualmente medidas no farmacológicas y, en ocasiones, farmacológicas que deben ser diseñadas acorde a los factores de riesgo específicos (nivel de ácido úrico, crisis previas, signos radiológicos), la fase clínica en la que se encuentre el paciente y los factores de riesgo generales (edad, sexo, obesidad, consumo de alcohol, fármacos, interacciones y comorbilidad). Debe intentar mantenerse un nivel sérico de ácido úrico inferior a 6 mg/dl.

Medidas no farmacológicas:
·        En caso de sobrepeso, restringir la ingesta calórica, evitando las dietas de alto contenido proteico.
·        No tomar alcohol, especialmente cerveza (el vino se tolera mejor) y bebidas de alta graduación.
·        Dieta baja en purinas, especialmente carne y pescado; las purinas de origen vegetal no son perjudiciales.
·        Ingesta hídrica elevada (2 litros/día) y tomar alimentos con bajo contenido en grasa (leche descremada) por el probable efecto protector de la caseína y lactoalbúmina.
·        Es posible que la ingesta de dosis altas de vitamina C prevenga las crisis de gota.
·        Valorar la existencia de fármacos que elevan el nivel de ácido úrico en sangre y la posibilidad de retirarlos. Si el paciente toma diuréticos debe buscarse un fármaco alternativo, excepto en los casos de insuficiencia cardiaca, en los que debe mantenerse.
·        La aspirina a dosis de 75-150 mg/día tiene escaso efecto sobre los niveles de ácido úrico, por lo que podría mantenerse si fuera necesaria la profilaxis cardiovascular. Se debe evitar la dosis analgésica.
·        Valorar y tratar procesos asociados si los hubiera: HTA, dislipemia, enfermedad vascular y psoriasis.

Medidas farmacológicas:
Es necesario consultar con su médico para decidir el tratamiento a seguir.


Fuente: Fisterra

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