martes, 18 de abril de 2023

La lectura en la infancia y en la adolescencia: una inversión de futuro

 

Está demostrado que leer por placer influye de forma positiva en la salud y el bienestar a lo largo de toda la vida. Así pues, la niñez es el mejor momento para empezar a inculcar este hábito, pues el cerebro está todavía desarrollándose.

¿Cuáles son los beneficios de la lectura?

·      Aumenta la agilidad mental. Contribuye a mejorar las capacidades intelectuales y a evitar su pérdida.

·      Mejora la capacidad de concentración. Y desarrolla la memoria.

·      Facilita el aprendizaje y la comprensión.

·      Desarrolla la imaginación. Ayuda a ordenar las ideas.

·      Nos permite adquirir conocimientos sobre diferentes temas y épocas de la historia.

·      Enriquece el lenguaje y amplia el vocabulario. Si sabemos expresarnos mejor, podemos transmitir con más eficacia nuestras ideas y pensamientos. Y esto facilita las relaciones sociales y laborales.

·      Es un magnífico entretenimiento. Nos permite sumergirnos en otros mundos y personajes, mejorando así nuestra empatía. Es decir, nos enseña a ponernos en la piel de otros. A entender mejor los sentimientos de los demás, mejorando también nuestro propio control emocional.

·      Reduce el nivel de estrés y mejora el estado anímico. Esto contribuye a una evolución satisfactoria de muchas enfermedades.

·      Leer antes de dormir o escuchar un cuento, favorece una buena rutina del sueño.

·      Activa el sistema visual, ya que transformamos signos en palabras y sonidos.

·      Las sociedades que potencian la lectura suelen ser más evolucionadas, ya que los libros ayudan a intercambiar ideas y conocimientos.

Está pues, demostrado que son muchos los beneficios que el hábito de la lectura puede proporcionarnos. Pero, como es lógico, para lograr esos beneficios es necesaria una continuidad en el tiempo y el mejor momento para empezar es en la niñez.

¿Cómo fomentar la lectura en la infancia?

·      La lectura compartida es una de las actividades que más ayudan a que los niños aprendan rápido a leer. También, mejora el posterior rendimiento escolar y potencia el hábito lector. Se trata de la lectura en voz alta que un adulto realiza en compañía de un niño que, generalmente, aún no sabe leer. Para ella se suelen usar libros con ilustraciones.

·      En muchos lugares, especialmente en bibliotecas, hay actividades de Cuentacuentos a los que se puede acudir. Acostumbran a ser muy entretenidos.

·      Coger el hábito de leer un rato antes de dormir, solos o con un adulto.

·      Elegir libros adecuados a la edad, gustos y carácter de cada niño. Se trata de facilitar la lectura por placer, no por obligación.

·      Fomentar la lectura como un juego. En las fiestas señaladas (cumpleaños, por ejemplo) regalar libros como si fuesen un juguete más.

·      Participar o crear un club de lectura con amigos.

·      Iniciar una colección de libros.

¿Influye la lectura en el futuro de los niños?

·      Puede contribuir a estrechar lazos familiares, pues se trata de una actividad que desde muy pequeños podemos compartir.

·      Estimula el conocimiento. Despierta deseos de conocer el entorno y la gente que nos rodea. Quizás descubran mil formas de vivir, mil formas de amar, mil formas de pensar,... ayudando a que sean más respetuosos y tolerantes.

·      La lectura les ayudará a modelar y definir sus gustos y sus sueños. Les proporcionará herramientas para forjar su propia personalidad y visión de la vida.

·      Además, varios estudios indican que los niños y jóvenes que leen habitualmente tienen un mejor expediente académico y un mayor éxito profesional en la edad adulta.

¿Qué tipo de lectura es adecuada para cada niño?

No hay libros "buenos", ni "malos" en sí mismos. Todos pueden aportar algo a quien los lee. Sin embargo, en la infancia se debe fomentar la lectura como algo divertido. ¡Que el niño vea al libro como un amigo!

Para eso, se puede empezar con lecturas fáciles que tengan ilustraciones llamativas, o bien, libros con diferentes texturas. Hay multitud de formatos de este tipo, desde libros de tela a sumergibles en agua. Más adelante pueden resultarles interesantes los libros desplegables o los interactivos que se pueden manipular.

Mas tarde será el propio niño el que vaya desarrollando su gusto y se decante por unos libros u otros. Pero los profesores y padres debemos guiar, aconsejar y supervisar que la lectura elegida sea adecuada a cada momento. En cualquier caso, no estaría de más que intentáramos ampliar su abanico de temas y estilos, incluyendo también la poesía dirigida a niños.

¿Dónde se pueden conseguir los libros?

Los libros pueden comprarse, claro. Pero también existen otras formas de leer sin desembolsar mucho dinero. Se pueden intercambiar con amigos, acudir a una biblioteca pública, la biblioteca del colegio o del instituto, acercarse a un punto de intercambio de libros, buscar libros de segunda mano en mercadillos,…

Las bibliotecas públicas son especialmente interesantes. En ellas se suelen organizar muchas actividades dirigidas al mundo infantil.

En nuestro centro de salud hemos creado un espacio de intercambio de libros especialmente dedicado a la infancia.

 

Fuente: AePap


lunes, 17 de abril de 2023

Decálogo de la alimentación saludable para los niños

 

La salud y el bienestar de los niños depende de la alimentación. Los padres y educadores deben transmitir al niño la idea de que con la alimentación no se juega porque nuestra salud depende de ello y debemos darle a la comida la importancia que se merece. Esto significa hacer una pausa al día para sentarnos a la mesa y tomar protagonismo como comensales frente a los alimentos que vamos a tomar.

10 consejos para la alimentación de los niños

Actualmente, en nuestra sociedad los hábitos de alimentación han cambiado. Mientras antes existía un gran respeto hacia algo vital como son los alimentos y el momento de la comida, hoy en día se come cualquier cosa improvisada sobre la marcha, de pie y sin horarios.

Cambiar la manera en la que nos alimentamos en cuanto a modales es tan importante como otorgar a los alimentos la importancia que tienen y se merecen. Ambas son buenas normas y costumbres con las que deben familiarizarse los niños en casa.

1.   No existen alimentos 'malos', sino frecuencias de consumo inadecuadas. Adapta las cantidades a la edad y al desarrollo del niño.

2.  Frutas y verduras a diario. Ofrece al niño frutas y verduras diariamente, de temporada, que aporten a su organismo vitaminas, minerales y fibra.

3.  Tres o cuatro raciones de productos lácteos al día. Sirven para asegurar el calcio que los huesos, en pleno desarrollo, necesitan. Las opciones descremadas aportan la misma cantidad de calcio que las enteras.

4.  Utiliza aceite de oliva. Es el más recomendable para cocinar y tomar en crudo.

5.  Dos tomas de proteínas al día. Dos tomas moderadas al día de pescado, carne, huevos o jamón son suficientes para aportar al organismo de los niños la cantidad de proteínas que necesitan.

6.  Hidratos de carbono integrales. El pan, el arroz, la pasta, las patatas, las legumbres y los cereales aportan los hidratos de carbono complejos que el niño necesita. Si compras productos integrales, le aportarás fibras y aumentará su ingesta de vitaminas y minerales.

7.  Una buena hidratación es importante. Para beber, siempre agua. Los refrescos sólo en momentos puntuales y sin cafeína.

8.  Alimentación variada. Programa una alimentación que incluya alimentos de todos los grupos, sin abusar de ninguno de ellos. Todos los alimentos son buenos, lo importante es el equilibrio entre ellos.

9.  Alimentos envasados. La industria alimentaria ofrece productos de calidad que se adaptan a las nuevas tendencias de vida. Opta por los pescados en conserva y las verduras envasadas.

10.   Predica con el ejemplo. Cuida tu alimentación y tu hijo te imitará.

 

Fuente: Guiainfantil


viernes, 14 de abril de 2023

Decálogo para reducir el estrés

El estrés es un proceso psicológico, emocional y físico sobre el que se ha escrito multitud de artículos y libros. Puede que no exista en psicología otro concepto del que se haya abusado tanto ¿Qué te parece si vemos qué es y cómo se puede reducir? En este post te damos el decálogo para reducir el estrés que tu vida necesita.

¿Qué es el estrés?

El estrés va a marcar la diferencia entre un estado normal y uno alterado. Sandín, en 1989, habla de que en condiciones de equilibrio, el individuo tendrá un estado de actividad normal, modulado por los estados de sueño y vigilia. En ese momento, el funcionamiento psicológico y fisiológico va a tener valores normales. El estrés va a llegar cuando, cualquier elemento, interno (pensamiento) o externo (situación o persona), altere nuestro estado. La respuesta de estrés, para intentar no vivir ese desequilibrio, va a consistir en hacer un esfuerzo, produciéndose una sensación de tensión. A la vez que se alteran nuestra mente y cuerpo, lo hacen nuestros estados emocionales.

¿Qué factores intervienen en el estrés?

La psicología ha avanzado muchísimo, y con ello las teorías que hay sobre cada proceso. Y eso también ha ocurrido con las relacionadas con el estrés. Para mí, una de las que ayudan a comprender lo qué ocurre es la del Modelo procesual de Sandín (2008).

Este autor dice que en el estrés intervienen los siguientes factores:

·      Demandas psicosociales: Nivel económico, lugar en el que vives, situación laboral, situación amorosa, clima y problemas meteorológicos. Todas las circunstancias que no están dentro de ti.

·      Evaluación cognitiva: ¿Qué piensas tú sobre estas situaciones y sobre lo que estás viviendo? ¿Lo consideras un desafío? ¿O más bien una pérdida?¿Tal vez un peligro? Dependiendo como lo valores reaccionarás de una manera u otra.

·      Respuesta al estrés: Pueden ser respuestas fisiológicas o psicológicas, dividiéndose estas en ansiedad o depresión, si tu evaluación es de pérdida o peligro.

·      Afrontamiento: ¿Qué esfuerzos tienes que hacer a nivel físico y psicológico para eliminar el estado emocional de estrés? Este puede servir para cambiar la situación o, también, para cambiar el significado de la situación.

·      Características personales: La autoestima, la percepción de control, la sensación de autoeficacia, el nivel de optimismo. etc., van a diferenciar cómo el estrés afecta a una u otra persona.

·      Características sociales: El apoyo social va a diferenciar el nivel de estrés de cada persona, sobre todo el apoyo percibido. Esto se refiere a lo que sentimos que las otras personas hacen por nosotros en estas situaciones de estrés.

·      Estado de salud: El modelo procesual de Sandín (2008) dice que este va a depender de las fases anteriores, pero además algunas conductas pueden influir en los niveles de estrés. Fumar, hacer poco ejercicio físico o comer poco saludable puede afectar a como reaccionas, pero también pueden ser resultados del proceso.

¡Diez trucos para reducir el estrés!

·      Identifica lo que te causa estrés: ¿Es tu trabajo? ¿Tu familia? ¿La falta de descanso? Saber qué es lo que ha hecho que tu estrés aumente, va a ayudarte a poner estrategias en marcha, y así volver a los niveles anteriores.

·      Define bien cada problema: ¿Sientes que hay muchas veces que vives igual un problema del día a día que una situación fuera de lo normal? Eso puede estar ocurriendo porque no defines cada problema para tratarlo con perspectiva ¿En qué consiste el problema? ¿Qué factores están implicados? ¿Puedo hacer algo para resolverlo? ¿Qué recursos tengo para solucionarlo?

·      Encuentra una manera de relajarte: Todas las personas necesitamos tener una forma de relajarnos y, en la actualidad, lo mejor es tener saber una técnica de relajación. Mindfulness, Chi kung, yoga, pintar mandalas etc., es importante tener una actividad a la que dediques un tiempo al día para llenarte de energía.

·      Organiza tu agenda y prioriza tareas: Es muy importante saber a qué dedicas tu tiempo cada día, porque de esta forma vas a sentir que tienes tus objetivos controlados. Además, si tienes demasiadas tareas, tienes que intentar creer un ranking de urgencias, para que lo más necesario no se quede en último lugar.

·      Pedir ayuda: Nos creemos súper personas que pueden hacer su trabajo, tener la casa súper limpia, ir al gimnasio, colaborar con asociaciones, tener una vida social activa y estar a la moda en cuanto alimentación. Es ideal que, en las actividades que sintamos necesitar ayuda, la pidamos sin dudarlo. Somos seres sociales y, contar con las otras personas, nos va a ayudar a reducir el estrés.

·      Acepta tus errores: Todas las personas cometemos errores, pero hay a algunas que les cuesta más aceptarlos. Saber reconocer que nos hemos equivocado, y buscar otras opciones, nos va a hacer sentirnos mejor.

·      Saber descansar: ¿Cuánto descansas al día? Es importante tener tiempo sin hacer nada para que el estrés no nos pase factura. Hay gente que tras salir de trabajar llena su tiempo con otras actividades, casi sin tener tiempo de respirar. Aprender a disfrutar de estar sin hacer nada es un buen remedio para el estrés.

·      Practica asertividad: ¿Sientes que haces cosas que no tendrías que hacer tú? Aprende a distinguir lo que es tu responsabilidad, y si no puedes hacer un favor a alguien aprende a decir que no.

·      Cambia tus hábitos: Hay veces que la alimentación que seguimos, y la actividad física que realizamos, tienen mucho que ver con el nivel de estrés. Intenta comer más sano y fresco, e incluir algún tipo de ejercicio en tu día a día ¡Tu estrés disminuirá seguro!

·      Disfruta de tu familia y amigos: Tener un grupo familiar y social del que disfrutemos va a aumentar nuestro bienestar.

 

Fuente: Psicoterapia Madrid