viernes, 29 de julio de 2022

Depresión posparto: qué es, por qué se produce y cómo tratarla

 

Hay que diferenciar la tristeza posparto, que suele desaparecer en unos días, de la depresión posparto.

Durante y después del embarazo, tanto el cuerpo como la mente de la madre atraviesan muchos cambios. Tras dar a luz a un bebé, algunas madres se pueden sentir entristecidas o agotadas. Hay que diferenciar la tristeza posparto, que suele desaparecer en unos días, de la depresión posparto, que se extiende en el tiempo, precisa de tratamiento y afecta estadísticamente a una de cada nueve madres.

Aunque la depresión posparto suele aparecer entre cuatro y ocho semanas después de dar a luz, puede experimentarse en cualquier momento durante el primer año postparto. Las madres que padecen depresión posparto pueden sentir soledad, ansiedad, desesperanza y una pérdida de control en una época que esperaban que fuera alegre.

Por ejemplo, pueden sentir un desinterés por el bebé o una ausencia de vínculo con él, enfado y mal humor, desesperanza e impotencia. Algunas madres también lloran muy frecuentemente, pueden tener problemas para concentrarse o tomar decisiones e incluso, en algunas ocasiones, pensar en la muerte, el suicidio o hacer daño a alguien.

En los casos más graves, hay quienes experimentan psicosis posparto. Se trata de un cuadro bastante infrecuente (sólo ocurre entre el 0,1% y 0,2% de los casos) con alucinaciones, delirios y agitación, que suele aparecer en las primeras cuatro semanas y “es una verdadera urgencia psiquiátrica por su alto riesgo de suicidio”.

Las diferencias entre la depresión y la tristeza posparto

Es importante distinguir esta depresión de la tristeza posparto (también llamada baby blues y más habitual). Este último término se usa para describir cambios leves en el estado de ánimo, así como sentimientos de preocupación, infelicidad y agotamiento que muchas mujeres pueden experimentar durante las primeras dos semanas después de dar a luz.

Los bebés recién nacidos requieren atención las 24 horas, por lo que es normal que la madre y el padre se sientan cansados e incluso abrumados a veces. De hecho la mayoría de las mujeres experimentan esta tristeza posparto o se sienten vacías en los días siguientes a dar a luz. Pero normalmente se les pasa a los tres o cinco días. Si los cambios en el estado de ánimo y los sentimientos de ansiedad o infelicidad son muy fuertes o si duran más de dos semanas, es posible que se trate de depresión posparto.

Las situaciones vitales estresantes y otros factores de riesgo

La depresión posparto puede afectar a cualquier madre, independientemente de su edad, etnia, ingresos, cultura, educación, o de la actitud de su pareja o familia. Todavía no se conocen con certeza sus causas. Parece deberse a la interacción de factores hormonales, cambios en los patrones de sueño, ansiedad, estrés y alteraciones en la autoimagen y el autoconcepto (cómo la madre se ve a sí misma).

Existen algunos factores de riesgo asociados al desarrollo de esta depresión. Por ejemplo que la madre haya experimentado depresión o ansiedad durante el embarazo o previamente, que haya sufrido situaciones vitales estresantes (como una enfermedad o la muerte de un ser querido) en los últimos meses, que no cuente con una red familiar o social de apoyo, que el parto haya sido traumático o prematuro, que el bebé haya estado ingresado en la UCI neonatal o que experimente problemas con la lactancia.

Las menores de 20 años, las personas que consumen alcohol o fuman o quienes tienen una mala relación con su pareja también tienen más probabilidades de experimentar esta depresión. La terapia psicológica ayuda a tratar la depresión y favorece el correcto desarrollo del bebé El bienestar materno es fundamental para el correcto desarrollo del bebé, según los expertos consultados. La depresión posparto se asocia con alteraciones en la relación entre la madre y su hijo, que a su vez pueden tener un impacto adverso en el desarrollo cognitivo y emocional del menor.

Las madres que acaban de dar a luz pueden sentirse avergonzadas o culpables por estar deprimidas cuando se supone que tienen que estar felices. Como os comentábamos, cualquier mujer puede deprimirse durante el embarazo o después de tener a su bebé: Eso no significa que seas una mala madre.

Si se sospecha que se puede padecer depresión materna, lo más aconsejable sería solicitar ser atendida por un especialista en esta dolencia del ámbito de la psicología y psiquiatría. Por lo general, las personas afectadas no se sienten mejor hasta que reciben tratamiento.

La terapia psicológica sirve para tratar la depresión, la ansiedad y el estrés de algunas madres. Si las intervenciones psicológicas no son suficientes para aliviar el problema, la farmacoterapia antidepresiva puede ser empleada de forma complementaria.

Además de acudir un especialista también se sugiere entregar parte de las propias tareas del cuidado del bebé a la pareja, los demás hijos, la familia y los amigos, hablar de los sentimientos con personas cercanas, no hacer cambios grandes en su vida durante el embarazo o inmediatamente después de dar a luz, no intentar ser perfecta, descansar bien y hablar con otras madres o unirse a un grupo de apoyo.

 

Fuente: DKV


jueves, 21 de julio de 2022

Los males del verano: principales dolencias y prevenciones

 

El verano suele traer consigo algunos trastornos típicos de la estación. Prevenirlos está en nuestra mano si seguimos algunos consejos.

Intoxicaciones alimentarias

En verano son frecuentes las intoxicaciones alimentarias que suelen cursar con diarrea. Las medidas higiénicas que se deben contemplar para evitarlas son:

·      Descongelar los alimentos en el frigorífico.

·      Evitar alimentos con mayonesa, nata, salsas y cremas si no están preparados en casa adecuadamente o son de absoluta confianza.

·      Antes de cocinar o manipular alimentos es imprescindible el lavado de manos.

·      Beber agua embotellada y leche envasada (nunca a granel).

·      Esmerarse en el lavado de las frutas y verduras frescas.

·      Cualquier alimento cocinado o perecedero debe guardarse en el frigorífico o el congelador hasta su consumo.

·      Si se come en bares y restaurantes, no es recomendable consumir alimentos expuestos al público fuera de las vitrinas protectoras, que tienen que ser refrigeradas si contienen productos perecederos.

Quemaduras solares

·      Reducir la exposición al sol entre las 10.00 AM y las 15.00 PM, es decir, cuando su luz es más fuerte.

·      Utilizar sombrero, camisa de manga larga y pantalones cuando se prevé estar al sol.

·      La ropa de trama apretada para proteger del sol. Hay fibras textiles que dejan pasar gran parte de su luz.

·      Aplicar un filtro solar en crema o gel antes de cada exposición al sol, y aplicarlo nuevamente cada dos horas, especialmente después de nadar o sudar.

·      Se recomienda un filtro solar con un factor de protección (SPF) mínimo de 15. El SFP que cada paciente debe emplear depende de su tipo de piel y de la intensidad de la radiación solar. Su dermatólogo puede indicarle qué SPF es el más adecuado.

·      Estas medidas deben tomarse también en los días nublados, ya que gran parte de la radiación solar sigue siendo dañina en esos días.

·      Determinadas superficies reflectantes como la arena o el mar pueden producir un exceso de exposición a la luz. Ponerse bajo una sombrilla en la playa puede no ser suficiente.

·      La sensibilidad aumentada al sol (fotosensibilidad) puede ser un efecto secundario de algunos medicamentos. Debemos consultar al médico o al farmacéutico si podemos exponernos al sol al tomar medicamentos.

·      Evitar los salones de bronceado.

·      Los niños de pocos meses de edad no deben ir al sol. A partir de los 6 meses pueden empezar a utilizar los filtros solares.

·      Uso correcto de los fotoprotectores: aplicar en casa, nunca en la playa o en la piscina por lo menos 30 a 45 minutos antes de la exposición directa al sol, sobre la piel seca y generosamente.

Si la quemadura ya se ha producido…

·       Las quemaduras leves (enrojecimiento y calor en la piel) puede tratarse con la aplicación de una crema hidratante o refrescante, o incluso de un corticoide tópico de baja potencia, como la hidrocortisona al 1%.

·       Quemaduras más intensas, con escaldadura, o formación de ampollas, deben ser valoradas por un médico.

Golpes de calor

Las altas temperaturas pueden causar problemas serios de salud. Algunas medidas aconsejables para combatir los golpes de calor son:

·      Beber líquidos con frecuencia (sobretodo agua) aunque no se sienta sed. Evitar el consumo de alcohol ya que aumenta la deshidratación.

·      Evitar los paseos y la actividad física en las horas de mayor calor. Especialmente personas ancianas, niños y enfermos crónicos.

·      Mantener la casa fresca con las ventanas abiertas pero las persianas echadas.

·      Utilizar prendas de algodón frescas y ligeras.

Pie de atleta

Durante el verano se dan una serie de condiciones ideales para las infecciones cutáneas por hongos. El más típico de todos es el pie de atleta, que aparece en los dedos y provoca una piel enrojecida, seca y escamosa. En ocasiones, también pueden aparecer grietas o ampollas. Para evitarlo:

·      Utilizar chancletas o zapatillas de goma  en piscinas, saunas, gimnasios y zonas públicas donde se está en contacto directo con la humedad.

·      Usar calzado que permita la transpiración, a ser posible de piel o materiales naturales.

·      Nunca comparta toallas o calzado.

·      Higiene diaria de los pies, secándolos cuidadosamente especialmente entre los dedos.

Rozaduras y ampollas

Para evitarlas es muy importante elegir un calzado adecuado: cómodo, de material transpirable y suave, amplio y con una suela amortiguadora a la par que flexible. En caso de producirse una rozadura debemos desinfectarla y cubrirla con un apósito. ¡Muy importe, si tienes una ampolla no arranques la piel, hay que dejar que se desprenda por sí sola!

Picaduras

Se debería evitar rascar el lugar donde se ha producido la picadura, ya que al hacerlo se puede lesionar la piel favoreciendo que las bacterias penetren e infecten la herida.

·      Mosquitos: Lo más adecuado es aplicar inmediatamente una base (amoníaco) que neutralice o destruya el ácido de la toxina para evitar que se desencadenen la hinchazón y el picor.

·      Abejas: El aguijón debe ser extraído mediante unas pinzas o agujas estériles. Al igual que en las picaduras de mosquito, podemos utilizar una base (amoníaco) que neutralice o destruya el ácido de la toxina para evitar que se desencadenen la hinchazón y el picor.

·      Medusas: No se ha de frotar la zona afectada ni con arena ni con la toalla. No se debe limpiar con agua dulce ya que puede facilitar la eliminación de sustancias urticariantes. Se debe lavar con suero fisiológico o en su defecto con agua de mar. Se puede aplicar hielo (no directamente) en una bolsa en la zona de la picadura y administrar antihistamínicos para el picor y analgésicos para el dolor.

·      Ortigas: no rascar ni frotar la zona afectada. Enfríe la zona con agua o aplique amoniaco sobre la zona afectada.

Determinadas picaduras pueden provocar una inflamación local muy marcada que requiera algún tratamiento adicional con corticoides tópicos, en estos casos, debe consultarlo con su médico. Si apareciera fiebre o inflamación de los ganglios (adenopatías) tras una picadura se debe consultar siempre con el médico. En el caso de una reacción alérgica se debe acudir a un centro médico.

Niños y agua: cómo evitar riesgos

Especialmente en los niños se han de extremar las precauciones durante el baño para evitar situaciones peligrosas:

·      Nunca deje al niño sin vigilancia en la playa ni en la piscina aunque sepa nadar perfectamente.

·      Educar al niño para que respete las normas de seguridad de las piscinas y baños públicos.

·      Enseñarle a no introducirse bruscamente en el agua tras una exposición solar prolongada o una comida copiosa.

·      El hecho de que lleven un flotador no significa que no necesita vigilancia y precaución.

Si salimos de viaje

Si pasas tus vacaciones fuera de tu lugar de residencia se aconseja llevar un botiquín con la medicación habitual suficiente: analgésicos, antidiarreicos, material para curas y antihistamínicos.

·      Además, si se va a realizar un viaje al extranjero es necesario consultar las vacunas obligatorias y recomendadas en el país de destino. Para informarse debe acudir a las Centros de Vacunación Internacional que existen en las principales ciudades de la península.

·      La comida y la bebida son la vía principal de enfermedades estomacales o gastrointestinales mientras se viaja. En países o lugares donde no existan garantías sanitarias completas, se deben evitar las verduras y comidas crudas o poco cocinadas, así como las bebidas sin embotellar, las que contengan cubitos de hielo, helados, así como la ingesta de agua del grifo o de fuentes naturales. Las siguientes bebidas pueden ser seguras: agua hervida, bebidas calientes (té, café) hechas con agua hirviendo, bebidas carbonatadas o embotelladas, cerveza, zumos envasados y vino. El hielo puede estar hecho con agua contaminada, por lo que debe de ser evitado.

·      Alimentos de mayor riesgo pueden ser las ensaladas, las verduras sin cocinar, la fruta, la leche y productos lácteos sin pasteurizar, la carne cruda o poco hecha, y los mariscos.

·      Cuando es inevitable tomar agua sin embotellar, se debe hervir o usar desinfectantes químicos (yodo o cloro).

·      En caso de contraer la Diarrea del viajero, y para evitar la deshidratación del paciente, se deberán utilizar sueros de rehidratación oral ya preparados (y debidamente envasados), o bien prepararlos añadiendo una cucharada rasa de sal común y cuatro cucharadas bien llenas de azúcar a un litro de agua (siempre se utilizará agua embotellada o tratada). Es importante mezclar las sales con el volumen adecuado de agua. Una vez preparada, esta solución podrá mantenerse 12 horas a temperatura ambiente o 24 horas en la nevera.

Lo que debes saber…

·      Al comer: lavar bien los alimentos, beber agua embotellada, guardar cualquier alimento cocinado en la nevera…

·      Al sol y el calor: protegerse con filtros solares, gorros, gafas…: hidratarse bien; utilizar ropa fresca; evitar actividades al aire libre en las horas de más calor…

·      En las piscinas: utilizar chancletas y secarse bien los pies para evitar infecciones por hongos.

 

Fuente: MapfreSalud


viernes, 1 de julio de 2022

Golpe de calor, síntomas y pautas de actuación

 

Se habla mucho estos días de cómo prevenirnos y evitar los grandes golpes de calor que pueden traer consecuencias muy perjudiciales para nuestra salud. No está de más que insistamos en ello y, sobre todo, en la prevención en los colectivos más susceptibles, como niños y mayores.

Niños y mayores ¿por qué estos grupos son más sensibles al calor?

Cualquier persona puede ser víctima de un golpe de calor. Sin embargo, se debe tener especial cuidado con los siguientes grupos ya que es más fácil que puedan padecerlo:

·      Bebés y niños, especialmente menores de 1 año (ya que su cuerpo tiene menor capacidad para regular su temperatura).

·      Bebés que tienen fiebre por otras causas o diarrea.

·      Personas con enfermedades crónicas (afecciones cardíacas, renales o neurológicas).

·      Niños obesos o desnutridos.

·      Personas que tienen la piel muy quemada por el sol.

·      Jóvenes que abusan de bebidas con alcohol y de drogas

·      Personas mayores que se les suele “olvidar” beber y hay que ofrecerles.

¿Cuándo podemos decir que se da un golpe de calor, cuáles son los síntomas?

El golpe de calor es el aumento de la temperatura del cuerpo por una exposición prolongada al sol (insolación clásica) o por hacer ejercicios en ambientes calurosos o con poca ventilación, de forma que el cuerpo pierde agua y sales esenciales para su buen funcionamiento.

En estas situaciones, el cuerpo tiene dificultades para regular su temperatura por los mecanismos habituales como la sudoración por lo que se produce un aumento de la temperatura corporal. El golpe de calor puede presentarse en el momento o después de varios días de alta temperatura. Es importante estar alerta ante los siguientes síntomas,

Síntomas golpe de calor

·      Sed intensa y sequedad en la boca.

·      Temperatura mayor a 39º C (medida en la axila).

·      Sudoración excesiva.

·      Sensación de calor sofocante.

·      Piel seca.

·      Agotamiento, cansancio o debilidad.

·      Mareos o desmayo.

·      Vértigo.

·      Calambres musculares.

·      Agitación.

·      Dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos.

·      Dolores de cabeza (sensación de latido u opresión).

·      Estado de confusión, desorientación, delirio o incluso coma o convulsiones.

En los bebés, además, se puede evidenciar:

·      La piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal.

·      Irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños).

¿Cómo debemos actuar ante un golpe de calor?

Para evitar un golpe de calor en zonas y/o épocas de lastas temperaturas, es importante:

·      Evitar bebidas con cafeína o con azúcar en exceso

·      Evitar bebidas muy frías o muy calientes

·      Evitar comidas pesadas

Con los más pequeños:

·      No esperar a que pidan agua. Ofrecerles continuamente líquidos, especialmente jugos naturales. En el caso de lactantes, ofrecer el pecho de manera más frecuente.

·      Vestirlos con ropa holgada, liviana, de algodón y colores claros o incluso desvestirlos.

·      Bañarlos y mojarles el cuerpo con frecuencia.

·      Proponer juegos tranquilos evitando que se agiten.

·      Evitar que se expongan al sol especialmente en el horario del mediodía o bien, protegerlos de sus efectos si no se puede evitar la exposición: con el uso de ropa adecuada (sombreros, ropa de manga larga) y protectores solares adecuados.

·      Mantenerlos en lugares bien ventilados o bien con aire acondicionado (ya sea en casa o lugares públicos) cuando la temperatura ambiente es muy elevada.

·      Nunca permanezca con ellos dentro de un vehículo estacionado y cerrado.

Para todos:

·      Evitar bebidas con alcohol ya que aumentan la temperatura corporal y las pérdidas de líquido. No es conveniente tomar cerveza ante la sed y el calor.

·      Evitar la actividad física intensa.

¿Debemos acudir inmediatamente al Hospital?

Es importante actuar rápidamente. En primer lugar, se debe intentar baja la temperatura del cuerpo de la persona afectada. 

Además, es importante:

·      Ofrecer agua fresca (o incluso agua con una cucharadita de sal).

·      Trasladar a la persona a un lugar fresco y ventilado.

·      No administrar medicamentos antifebriles.

·      No friccionar la piel con alcohol.

¿Cómo actúan los especialistas ante esta patología?

El tratamiento del golpe de calor supone una urgencia vital, ya que su mortalidad es menor si se consigue el enfriamiento del paciente lo antes posible. Por ello es muy importante diagnosticar precozmente el síndrome y sospecharlo en cualquier enfermo con fiebre alta y alteración neurológica.

En cuanto sea posible, el paciente debe ser trasladado a un centro hospitalario, pero hasta entonces el objetivo a conseguir es la reducción de la temperatura corporal del enfermo hasta que se sitúe entre 38 y 39ºC. Para ello:

·      Debe ser colocado en el lugar más fresco que se pueda

·      Se le quitará la ropa

·      Se procurará enfriarlo mediante compresas de agua fría

También puede sumergirse al enfermo en agua fría o templada directamente, pero teniendo en cuenta que el contraste demasiado rápido y excesivo con el frío puede contraer los vasos sanguíneos de la piel y estimular la aparición de escalofríos, lo que puede retrasar el enfriamiento.

Una vez trasladado, se continuará el enfriamiento y se adoptarán además las medidas de soporte necesarias.

¿Qué consecuencias puede tener si no se actúa con celeridad?

Shock e incluso muerte.

 

Fuente: Cruz Roja