viernes, 26 de junio de 2020

Artrosis, qué es y cómo convivir con ella


La artrosis es la enfermedad degenerativa que afecta con mayor frecuencia a las articulaciones, ya que lesiona y “desgasta” el cartílago articular. Este es un tejido que funciona como amortiguador y que recubre los extremos de los huesos que hay dentro de las articulaciones.

Pero también es una enfermedad progresiva. Con el paso del tiempo, el envejecimiento de los tejidos de nuestro cuerpo afecta cada vez a un mayor número de articulaciones y de forma más intensa.

En España, la artrosis afecta al 10% de la población general. La artrosis de rodilla, la más frecuente en personas de más de 60 años, representa el 12% de los casos; y la de cadera representa más del 7% de los casos. Es algo más frecuente en mujeres que en hombres. Suele comenzar a edades comprendidas entre los 40 y los 50 años y afecta en gran medida a casi todas las personas mayores de 80 años.

En ocasiones, podemos confundir la artrosis con la artritis porque ambas causan dolor, hinchazón y rigidez, pero no muestran exactamente los mismos síntomas ni aparecen de la misma manera ni en las mismas circunstancias. Así, la artrosis aparece por el desgaste y la artritis por la inflamación.

¿Cuáles son las causas?
No conocemos la causa exacta de la artrosis, pero sí sabemos que está asociada a varios factores de riesgo:
·         Los factores genéticos son responsables del 60 - 70% del riesgo de padecer artrosis.
·         Edad superior a los 50 años.
·         Sexo femenino, en particular después de la menopausia.
·         Sobrepeso y obesidad.
·         Haber sufrido traumatismos o cirugía articular previa.
·         Enfermedades óseas, articulares y musculares.
·         Practicar deporte de forma profesional.
·         Presentar enfermedades óseas congénitas.
·         Gota o condrocalcinosis (cuando se depositan sales de calcio en el interior del cartílago articular).
·         Enfermedades endocrino-metabólicas, como la diabetes o el hipotiroidismo.
·         Realizar actividades que requieran movimientos repetitivos.
·         Falta de actividad física.
·         Malos hábitos posturales o malas posturas adquiridas y repetitivas.

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?
Los síntomas de la artrosis son:
·         Dolor articular mecánico: duele más cuanto más se usa la articulación, empeora a lo largo del día y mejora con el reposo. En la artrosis avanzada el dolor es más permanente e incluso impide el sueño o despierta por la noche.
·         Hinchazón, inflamación, sensibilidad articular.
·         Rigidez articular: dificultad para el movimiento después de un tiempo de reposo, en especial por la mañana al levantarte de la cama y después de períodos de inactividad; dura menos de 30 minutos y mejora después de una actividad ligera que permite que la articulación se "caliente".
·         Limitación funcional: disminución del rango de movimientos de la articulación, dificultad para caminar, para realizar las actividades de la vida diaria.
·         Sensación de que la articulación está floja o inestable.
·         Chasquidos, crujidos o ruidos articulares.
·         Nódulos duros y dolorosos en los dedos de las manos.

La artrosis puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, pero es más frecuente en manos y dedos, en particular la articulación del dedo gordo con la muñeca; rodillas; caderas; columna cervical y lumbar; pies, sobre todo en el dedo gordo, el "juanete".

¿Cómo se diagnostica la artrosis?
Tu médico o médica de familia o tu especialista en reumatología pueden diagnosticar la artrosis con relativa facilidad:
·         Te preguntará acerca de las características del dolor y por los otros síntomas típicos, así como sobre la presencia de factores de riesgo de la enfermedad.
·         Te realizará una exploración de las articulaciones dolorosas y su rango de movilidad en busca de inflamación o de hinchazón.
·         Te solicitará pruebas radiológicas de las articulaciones afectadas. Aquí vale la pena mencionar una característica de la artrosis, llamada "disociación clínico-radiológica". Quiere decir que en una persona con síntomas intensos, la radiografía puede no mostrar signos de artrosis, mientras que en otra persona que casi no tiene dolor ni otros síntomas, la radiografía mostrará claramente el diagnóstico.
·         En pocos casos serán necesarias más pruebas y análisis, aunque pueden servir a tu médico o médica para excluir otras enfermedades articulares.

¿Cuál es el tratamiento para la artrosis?
El tratamiento de la artrosis debe ser individualizado, según las características de la enfermedad de la persona que la padece, de su calidad de vida, de sus expectativas y preferencias. Los objetivos son:
·         Aliviar el dolor.
·         Mantener una buena función de la articulación.
·         Mantener una buena calidad de vida.

Para el tratamiento de la artrosis, tu médico o médica puede valorar el uso de medicamentos o recurrir a la cirugía y, adicionalmente, tomar una serie de medidas no farmacológicas a valorar por el paciente en función de sus posibilidades y recursos para aplicarlas en su vida diaria.
·         Tratamiento farmacológico. En estos momentos no existen medicamentos específicos contra la artrosis, de manera que el tratamiento se basa en el alivio del dolor y de los otros síntomas:
o   Analgésicos, como paracetamol, tramadol o codeína.
o   Antiinflamatorios, como ibuprofeno o naproxeno.
o   Crema de capsaicina.
o   Inyecciones intraarticulares de ácido hialurónico.
o   Suplementos nutricionales, como condroitinsulfato y glucosamina.

·         Tratamiento quirúrgico. Dada la variedad de intervenciones, es importante que resuelvas las dudas que puedas tener sobre la misma con tu médico o médica para que te informe sobre los riesgos y beneficios de cada una. Tu médico o médica puede valorar la necesidad de llevar a cabo una intervención quirúrgica cuando existen grandes daños en las articulaciones, dolor persistente en las mismas y discapacidad debido a la limitación del movimiento articular, como por ejemplo:
o   Prótesis total o parcial de rodilla o de cadera.
o   Artroplastias articulares.

·         Medidas no farmacológicas:
o   TENS (estimulación eléctrica a través de la piel) contra el dolor.
o   Actividad física con ejercicios de estiramientos, fortalecimiento y flexibilidad de las articulaciones afectadas, ejercicios en el agua, ejercicios aeróbicos como caminar o bicicleta estática.
o   Fisioterapia, rehabilitación y terapia ocupacional.
o   Quiromasaje.
o   Dispositivos ortopédicos y de ayuda: bastones, muletas, caminadores o plantillas.
o   Técnicas de relajación.
o   Acupuntura, tai-chi o yoga contra el dolor.
o   Mejorar los hábitos de nutrición con el asesoramiento de un especialista en nutrición.

¿Cómo puedo prevenir la artrosis?
Puesto que no conocemos la causa exacta de la artrosis, no podemos dar recomendaciones para evitarla, aunque sí podemos realizar acciones para intentar retrasar su aparición, reducir sus síntomas y frenar su progresión:
·         No sobrecargues tus articulaciones.
·         Evita realizar actividades con movimientos repetitivos.
·         Cuida tu peso corporal.
·         Practica ejercicio en la medida de tus posibilidades.
·         Fortalece los músculos alrededor de las articulaciones afectadas.

¿Qué debo hacer para cuidarme si tengo artrosis?
Los especialistas de la Sociedad Española de Reumatología han elaborado un decálogo de recomendaciones para las personas con artrosis, con objeto de que puedan conocer mejor su enfermedad y mejorar su calidad de vida, y que resumimos a continuación:
1.      Mantén un peso corporal correcto. La obesidad es una de las causas de la enfermedad y, además, hace que esta progrese más rápidamente. Acude a tu profesional de la salud para asesorarte si necesitas bajar de peso.
2.     Calor y frío. En general, el calor es más beneficioso para aliviar la artrosis.
3.     Medicación. Se dispone de muchos tipos de medicamentos que pueden ser beneficiosos en esta enfermedad. Consulta con tu especialista.
4.     Hábitos posturales. Duerme en una cama firme. Evita sentarte en sillones o en sofás hundidos y usa sillas con respaldo recto, donde tus caderas y rodillas mantengan una posición natural y tus pies estén en contacto con el suelo (sentado/a en forma de "4").
5.     Ejercicio. El ejercicio protege la articulación y aumenta la fuerza de tus músculos. Es bueno caminar, ir en bicicleta y practicar la natación
6.     Reposo. No es contradictorio con el punto anterior. Durante las fases con mayor dolor, el reposo es beneficioso. También es bueno que intercales pequeños períodos de reposo durante tus actividades de la vida diaria.
7.     Evita sobrecargar las articulaciones. No cojas pesos excesivos, procura no caminar por terrenos irregulares y no estés de pie mucho tiempo sin descansar. Usa un carrito para llevar las compras. Si padeces artrosis de rodilla o de cadera, emplea de un bastón para caminar, ya que disminuye la sobrecarga de esas articulaciones.
8.     Calzado adecuado. Si tienes artrosis lumbar, de caderas o de rodillas, debes emplear un calzado de suela gruesa que absorba la fuerza del impacto del pie contra el suelo al caminar. Es preferible que uses zapato plano o con un ligero tacón (2 - 3 cm de altura).
9.     Balnearios. Tanto los balnearios de aguas mineromedicinales termales como los llamados centros SPA (salud por el agua) pueden ser útiles para mejorar los síntomas de la artrosis.
10.   Mantén una actitud positiva. La artrosis, a pesar de todo, permite mantener una vida personal y familiar completa, con muy escasas limitaciones.

¿Cómo puedo mejorar mi calidad de vida?
Además de practicar ejercicio de forma regular, la otra gran recomendación para convivir con la artrosis es que mantengas un peso adecuado o que pierdas peso si tienes sobrepeso u obesidad. Esto te proporciona múltiples beneficios: mejor calidad de vida, mayor esperanza de vida y te ayuda a prevenir la artrosis de pies, rodillas, cadera y columna lumbar. Te alivia el dolor y la presión sobre estas articulaciones. Además, te verás y te sentirás mejor.

Para adelgazar, ingiere menos calorías y aumenta la actividad física. No hay una dieta específica para la artrosis, pero puedes seguir estos consejos:
·         Sigue una alimentación variada y equilibrada.
·         Ingiere dos tercios de tu alimentación a base de frutas, verduras, cereales integrales.
·         Ingiere el resto a base de carnes magras sin grasas.

Por otro lado, diversos estudios han demostrado que si mantienes una actitud y disposición positiva ante la artrosis se refuerza tu sistema inmunitario y aumenta tu capacidad para enfrentarte al dolor: concéntrate en aquello que sí puedes hacer en lugar de lamentarte de lo que no puedes hacer.

Y busca grupos de apoyo. Los programas de autocontrol y de educación para personas con artrosis, tanto en línea como comunitarios, pueden ayudarte a aprender sobre tu cuidado personal y mejorar tus perspectivas y a sobrellevar la enfermedad y te ofrecen consejos para convivir con la artrosis y mantener una buena calidad de vida.


Fuente: Fisterra


viernes, 19 de junio de 2020

Autoestima en el adolescente



Definición de autoestima
Es la valoración que tienes de ti mismo. Puede ser positiva, alta autoestima, o negativa, baja autoestima.
Se forma con los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que has tenido durante toda tu vida.

¿Por qué es importante la autoestima?
Con una autoestima alta te sientes bien contigo mismo/a. Aprecias lo que vales. Estás orgulloso/a de tus capacidades, habilidades y logros.
Con baja autoestima sientes que no gustarás a nadie, que nadie te aceptará o que no eres bueno en nada.
La buena o la mala autoestima influirán en todos los aspectos de tu vida, en la formación de tu personalidad y también en tu felicidad.

¿Y cómo se forma la autoestima?
Se forma desde el nacimiento. Puede variar a lo largo de la vida. Está muy ligada a la sociedad en la que naces y vives.
La autoestima infantil es el periodo más delicado. Desde el nacimiento el sentirte querido y protegido por tus padres hará que te sientas como alguien importante y valioso.
La autoestima del adolescente va cambiando y suele disminuir.
Amigos, profesores, películas, redes sociales influyen en las ideas que tenías sobre ti mismo.
El adolescente cree que su aspecto físico es crucial para su felicidad, piensa que para alcanzar sus objetivos debe ser aceptado por su entorno y en esto también incluye su aspecto.
El adolescente necesita buscar nuevas emociones, probar diferentes estilos de vestuario, música y amistades. Está en la edad de experimentar y de sentir que es él quien decide.

Conductas indicadoras de alta autoestima:
·         Tener ganas de aprender y de probar algo nuevo.
·         Ser optimista con respecto al futuro.
·         Establecer objetivos y metas.
·         Estar seguro y ser responsable de tus propios actos.
·         Conocer tus puntos fuertes y débiles y aceptar las críticas.
·         Enfrentar fracasos y problemas.
·         Confiar en uno mismo.
·         Tener estabilidad emocional. Saber amar y hacerse amar.
·         Tener facilidad para tener amistades.
·         Ser sensible ante las necesidades de los demás y cooperar.

La alta autoestima te va a servir para: 
·         Aceptación de ti mismo
·         Respeto hacia ti
·         Respeto hacia los demás
·         Aumentar la formación personal

Tus expectativas: buena salud mental, emocional, sexual, social.

Conductas indicadoras de baja autoestima:
·         Rechazar las actividades de estudio, deportivas o sociales por miedo al fracaso.
·         Falta de compromiso.
·         Engañar. Mentir. Echar la culpa a otros.
·         Conductas regresivas (hacerse el pequeño).
·         No confiar en sí mismo. Actitud insegura.                                                                                    
·         Timidez excesiva. Agresividad, actitud desafiante.
·         Necesidad continua de llamar la atención.
·         Falta de disciplina.                                            
Tus expectativas: riesgo de abuso de drogas, de enfermedades mentales, de trastornos de alimentación y de problemas con la sociedad.   
              
¿Quieres mejorar tu autoestima? Aquí tienes algunos consejos para empezar:
·         Empieza a pensar en aspectos positivos. Cada día anota tres cosas sobre ti que te hagan     feliz.

·         Realiza tus objetivos. No intentes lograr la perfección.
·         Los errores forman parte del aprendizaje. Nadie es perfecto.
·         Prueba actividades nuevas.
·         Si algo no te hace feliz y puedes cambiarlo, empieza ya.
·         Si hay algo que no puedes cambiar (como tu altura), empieza a quererte tal y como eres.
·         Fíjate metas. Sigue un plan y anota tus progresos.
·         Siéntete orgulloso de tus opiniones e ideas. No tengas miedo de decirlas.
·         Colabora con los demás. Dale clases a un compañero. Hazte voluntario de alguna asociación.
·         Haz ejercicio, deporte. Quitarás estrés y estarás más sano y más feliz.
·         Pásatelo bien. Haz cosas que te gustan con amigos.


A veces los problemas de baja autoestima no se pueden superar sin ayuda.
Habla con tus padres u otra persona que te apoye.
Si tienes la sensación de que tu autoestima está repercutiendo negativamente sobre tu vida, pide ayuda. Necesitas que te ayuden a ver con objetividad y dar positividad a tus habilidades y capacidades. Habla con tus padres u otro adulto con quien tengas una relación de amistad o en quien confíes -una persona que te apoye y que no te haga de menos-.
Si no conoces a nadie que te pueda echar una mano, llama al teléfono del adolescente: 116 111 (Teléfono de Ayuda a Niños y Adolescentes. Fundación ANAR)

¿Qué pueden hacer los padres?
·         Demostrarles afecto, elogiarlos, abrazarlos.
·         Escucharlos sin juzgarlos. Prestarles atención cuando lo necesitan.
·         Mostrarles las alternativas a un problema y dejar que tomen sus decisiones.
·         Mantener un clima de relaciones positivas en la familia.
·         Ser claros en los valores y las normas. Respetar su forma de hacer las cosas.
·         Respetar sus puntos de vista y opiniones, aunque no se compartan.
·         Respetar sus pertenencias y objetos, aunque aparentemente carezcan de valor.
·         Ayudarlos a proponerse objetivos personales y a conseguirlos.
·         Explicarles que no siempre se gana y que hay que saber perder o conformarse.

  
Fuente: AEPap