viernes, 26 de enero de 2018

Flora intestinal: aprende a cuidarla



Son billones de bacterias las que componen nuestra flora intestinal. Su papel es vital para hacer funcionar el organismo de forma óptima pero también existe una estrecha conexión con el cerebro y las emociones. La dieta a base de alimentos con fibra y probióticos como el yogur, contribuyen al equilibrio.
Si tenemos suficiente flora intestinal y qué tipo de microorganismos la componen es algo que todavía no se puede conocer con una prueba médica en la consulta del especialista digestivo, aunque según los síntomas sí se pueden diagnosticar diversas enfermedades que son causa directa de una alteración de estos microorganismos. Hinchazón, estreñimiento, diarrea, flatulencia… son molestias que si se cronifican pueden dar la señal de alarma.

La flora ni se gana, ni se pierde de golpe
Nacemos con un intestino teóricamente estéril y  en los dos primeros años de vida conformamos nuestra flora intestinal. En ello influye la lactancia materna o artificial, el tipo de parto, la vida en un medio rural o urbano, que se tomen antibióticos, la raza, la higiene… Y así vamos construyendo nuestro tipo de flora que iremos equilibrando en nuestro desarrollo vital en función de la dieta y otros factores externos.

Según cumplimos años vamos perdiendo flora, no de individuo a individuo sino a lo largo de generaciones. No vamos perdiendo o ganando flora de golpe.

¿Y por qué se puede perder flora? Los malos hábitos de vida inciden directamente: abuso de los antibióticos y laxantes, tóxicos como el tabaco o las drogas, el estrés, la escasez de actividad física, y, sobre todo, una dieta pobre en fibra y probióticos y rica en grasas.

La ciencia investiga la relación de la flora intestinal con algunas enfermedades. Lo que se constata es la conexión con el sistema inmunológico: desde alergias, enfermedad inflamatoria intestinal, diarreas hasta cáncer de cólon y obesidad tienen mucho que ver con el equilibrio de la macrobiota.

En los casos de diarrea recidivante, producida por abuso de antibióticos, se ha empezado a utilizar el trasplante de microbiota a través de las heces enriquecidas en bacterias beneficiosas que se implanta por métodos endoscópicos. Todavía se trata de un instrumento clínico de carácter experimental que solo ha probado los efectos beneficiosos en casos concretos.

Mejorar la flora intestinal: Frutas y verduras todos los días
Tres piezas de fruta y dos platos de verdura y hortaliza al día son las raciones recomendadas para una dieta rica en fibra que, además, debe complementarse con legumbres, cereales integrales y probióticos como los yogures o leche fermentada. Todos esos alimentos nos proporcionan la fibra que mantiene en equilibrio a los microorganismos beneficiosos de nuestro intestino y ayudan a mejorar la flora intestinal.

Sin embargo, el consumo de fibra de la población española, entre 17 y 21 gramos al día, está por debajo de los 25 gramos recomendados. Tomamos poca fibra, poca dieta mediterránea y mucha carne y bollería.

Una dieta pobre en fibra provoca problemas de tránsito intestinal, molestias digestivas que acaban afectando a la calidad de vida.
Estos son los alimentos con alto contenido en fibra que se recomiendan:
·         Verduras: alcachofas, guisantes, níscalos, judías verdes, coliflor, espinacas, remolacha…
·         Frutas: aguacate, arándano, frambuesa, limón, mora, plátano, caqui, naranja..
·         Legumbres: habas, alubias pintas y blancas, soja, lenteja, garbanzo…
·         Cereales: salvado de trigo, avena, pan integral, muesli, pan de centeno…
·         Frutos secos: avellana, cacahuete, castaña, pipas de girasol, nuez, anacardo…
·         Fruta desecada: pasa, ciruela, higo, dátil…

Probióticos, sí o sí
Lo que está claro es que existen alimentos que contienen probióticos o microorganismos que ayudan a tener una flora intestinal en buen estado ya que llegan vivos al colon, “son flora en tránsito”. Están presentes en los yogures y los lácteos fermentados.

Pero no todos los probióticos son iguales, ni nos benefician por igual. Los probióticos son como los antibióticos. Hay probióticos que van bien para el colon irritable pero no son efectivos para la diarrea o las alergias. Cada probiótico tiene un efecto para una patología especial, una cantidad adecuada y durante una duración determinada, por lo que se recomienda tomarlos bajo prescripción médica.

Lo que sí está constatado es que las “bífidobacterias”, presentes en algunos yogures, ayudan a mejorar las defensas y aumentar la salud digestiva.

Consejos para las molestias gástricas
La guía para cuidar y mejorar la flora intestinal en casos como el estreñimiento, uno de los factores que denotan desequilibrio en la flora intestinal:
·         Incluir a diario cinco raciones de frutas, verduras y hortalizas (la fruta entera en lugar de zumo).
·         Dos lácteos diarios fermentados con probióticos, como las bifidobacterias.
·         Consumir legumbres entre 2 y 4 veces por semana.
·         Incluir frutos secos y semillas.
·         Practicar actividad física a diario.
·         Escuchar a tu cuerpo y no dejar pasar el momento de ir al baño.
·         Y lo más importante: evitar los laxantes sin prescripción médica ya que pueden acostumbrar al organismo, hacerlo vago y necesitar cada vez mayores dosis.

También se producen hinchazón y gases: Cuando se consume muy poca fibra en la alimentación, el tipo de bacterias no son muy beneficiosas y cuando se introduce la fibra hay personas a las que le provoca flatulencia y es que el intestino no está del todo adaptado. Hay que introducirla poco a poco para que estas bacterias puedan ir degradando las fibras e ir modificando la composición de la flora.


Fuente: EfeSalud

viernes, 12 de enero de 2018

La natación, un deporte de lo más completo para personas con artrosis



Hay muchas maneras de hacer frente a la artrosis, una enfermedad degenerativa crónica que afecta al cartílago de las articulaciones, y hacer ejercicio es una de ellas. La actividad física está recomendada como parte del tratamiento estándar de esta enfermedad.

Con el ejercicio fortalecemos los músculos que protegen la articulación, de manera que la articulación sufre menos, además de mejorar la movilidad, la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación de todo el cuerpo con el resultado de una mejora de los síntomas y un alivio del dolor articular.

Es posible que no todos nos veamos capaces de ir en bicicleta o hacer yoga, por lo que se recomienda encontrar un deporte con el que nos sintamos. La natación es probablemente uno de los deportes que se puede recomendar a un rango más amplio de personas y cuyos beneficios están especialmente indicados para las personas con molestias articulares. Veamos las razones:

1.      Es un deporte de bajo impacto, por lo que no hay sobrecarga sobre las articulaciones afectadas.

2.     Es ideal para personas con una movilidad reducida, ya que en el agua el peso de una persona es el 10% de su peso normal.

3.     En ningún otro deporte se usan tantos músculos del cuerpo al mismo tiempo, lo que ayuda a fortalecerlos y a mantenerlos ágiles.

4.     Con este deporte se trabaja la fuerza, la resistencia y la flexibilidad de manera simultánea.

5.     Es el deporte con el que se quema un mayor número de calorías, después del esquí de montaña, lo que ayuda a tener un control sobre el peso corporal y evitar el sobrepeso.

6.     Los ejercicios de respiración oxigenan el cerebro y la coordinación motriz hace que el cerebro produzca nuevas conexiones neuronales.

7.     Ayuda a retrasar el proceso del envejecimiento y a mantenerse activo por más tiempo.

Hay que tener en cuenta que este deporte, como todos, requiere técnica y dedicación para hacerlo correctamente. Para las personas con una menor forma física o dificultad de movimiento se recomiendan también otras actividades acuáticas como el aquagym, o aeróbic en el agua, que servirá también para trabajar mente y cuerpo, pero de manera más moderada.


Fuente: laartosis.com