viernes, 17 de julio de 2020

Consejos y pautas para el paciente de párkinson en verano


Nos enfrentamos al calor con precaución, atención y rutina.

Los síntomas de esta enfermedad neurodegenerativa evolucionan con el paso de los años. Pero algunos de estos se complican cuando el verano empieza a llamar a nuestra puerta. Y es que el calor, tan esperado por todos, se puede convertir en un problema grave para los pacientes, pero también para los cuidadores.

Lo primero que queremos dejar claro es que no hay nada de que preocuparse. Solo hay que prestar más atención a algunos factores y, sobre todo, no cambiar el ritmo de vida ni las actividades diarias.

La importancia de hidratarse en verano
Algunos pacientes con párkinson (alrededor de un tercio) sufren de sudoración excesiva, que ocurre incluso sin hacer ningún tipo de ejercicio. Suma a esto las altas temperaturas, la posible humedad y el resultado es un paciente incómodo. Lo más importante es hidratarse bien, bebiendo más de 1,5 litros de agua al día.

También es importante que las prendas sean apropiadas para esta época del año. Telas frescas, poco pesadas y muy transpirables. Se debe evitar exponerse al sol entre las 12 y 17 horas, así como utilizar gafas de sol, crema solar y gorro para que no se produzcan golpes de calor o quemaduras.

Un descanso eficiente
La temperatura sube, y con ello es más complicado descansar bien. Es importante cuidar los tiempos de descanso del paciente. Para evitar alteraciones en la rutina de sueño, es conveniente que duerman ocho horas en un horario similar al del resto del año.

Descansar también se traduce en disfrutar de lo que el verano ofrece. Las actividades de ocio y el ejercicio físico favorecen el bienestar, físico y emocional, de afectados y de sus cuidadores.

Planificar un viaje con antelación
Como ya hemos comentado, padecer la enfermedad de Parkinson no tiene por qué traducirse en cambiar nuestra rutina. Incluso si hablamos de realizar alguna escapada. 
Lo más importante es que:
·         Hagas una lista de imprescindibles.
·         Pienses en el modo de desplazarte y como puede afectar a los síntomas.
·         Te informes del lugar al que vas: alguna asociación, teléfonos de emergencia…
·         Calcules la necesidad de tratamiento, teniendo en cuenta las posibles complicaciones que puedan aparecer.
·         Avises al neurólogo para que te facilite cualquier otro consejo o advertencia.

Consejos de párkinson para la rutina
Estar de vacaciones no implica que el cuidador tenga que hacerlo todo. Si nos hemos ido de viaje, aunque el entorno sea diferente, el paciente debe seguir trabajando en sus funciones y actividades diarias, aunque le conlleve más tiempo. Si el cuidador hace todo, luego será más difícil reincorporarse al día a día normal.

Hablando de rutina, lo mejor para evitar el estrés y agobio que supone regresar a la vida normal es hacerlo de forma gradual y sin imprevistos. Así el paciente (y el cuidador) podrán adaptarse poco a poco.


Fuente: CEP


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