Expertos en lactancia materna repasan las medidas
a tener en cuenta para que mamá y bebé lleven una lactancia óptima en verano y
se proporcione una correcta hidratación al bebé.
Si superar el calor del verano es difícil,
todavía puede ser más complicado para la mamá que está dando el pecho y para el
bebé que lacta, pues el aumento de las temperaturas tiene efectos físicos
directos en ambos. Los expertos hacen un repaso de las necesidades y medidas a
tener en cuenta para superar el verano tanto en casa, como si se realiza un
viaje vacacional.
¿Cómo afecta el calor al bebé?
Dado que el metabolismo de los bebés es más
rápido que el de los adultos, tienen mayor riesgo de deshidratación. Para
mantener el nivel adecuado de hidratación los especialistas recomiendan dar el
pecho a demanda, sin excepciones, siempre que el bebé quiera y acortar el
tiempo entre las tomas. Pero ¿cómo sabemos que nuestro hijo puede estar
deshidratado?
El niño suele pedirlo cuando lo necesita y en
verano más a menudo con llanto. Pero hay muchos otros síntomas que indiquen que
el bebé está sediento, como son los cabeceos, sacar a menudo la lengua y
llevarse la mano a la boca, la reducción de la orina o bien orina concentrada,
de aspecto oscuro y olor más fuerte. Otros indicadores de alarma podría ser la
somnolencia, la irritabilidad, el sudor frío, la pérdida de vitalidad habitual
o el aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria.
¿Cómo afecta el calor a la mamá?
La madre que está dando el pecho sufre un aumento
de la temperatura corporal por dos motivos: el propio calor veraniego y el
continuo contacto directo con el bebé durante el amamantamiento. La
transpiración aumenta y se produce una reducción de la hidratación natural que
da lugar a la disminución de leche. Por ello se destaca la importancia de beber
suficiente agua o líquidos a lo largo del día, que madre y bebé lleven ropa de
tejidos livianos y frescos, buscar sitios frescos al resguardo del calor y del
sol para realizar las tomas, tener una botella de agua a mano para evitar
interrumpirlas por la sed y colocar una gasa fina entre la piel de la madre y
la del bebé para reducir el aumento de temperatura corporal de ambos por el
contacto directo.
El verano puede provocar en la madre lactante un
aumento de la irritabilidad, la apatía y el cansancio derivado de las altas
temperaturas. Asimismo, sus niveles de ‘oxitocina’ aumentan cuando el bebé
succiona y le produce sed. No hay ningún problema en beber durante la toma, al
contrario, hay que hacerlo.
¿Hay
que darle agua al bebé?
El 88% de la leche materna está compuesta por
agua por lo que el bebé no necesita agua entre toma y toma si tiene menos de 6
meses y está tomando el pecho a demanda. A partir de los 6 meses, si ya ha
iniciado la ingesta de otro tipo de alimentos, es bueno ofrecerle agua en vaso
(no directamente de la botella ni en biberón) de vez en cuando. Si se le ofrece
el pecho antes de las papillas o purés, tal y como se recomienda durante el
primer año, probablemente no necesitará agua y no la querrá. A medida que se va
haciendo grande y toma más cantidad de alimentos sólidos, generalmente beberá
el agua que se le ofrece.
¿Qué dieta debe llevar la madre?
El Comité de Lactancia Materna de la Asociación
Española de Pediatría (AEP) recomienda comer 5 veces al día y llevar una dieta
variada que incluya todos los tipos de alimentos con un aporte mínimo de 1800
calorías diarias. En verano las verduras y las frutas de temporada (en forma de
ensaladas, sopas frías, macedonia, zumos, batidos o piezas enteras) son las
grandes aliadas para la madre lactante ya que aportan hidratación y nutrición a
partes iguales.
¿Qué debe beber la madre para tener una
buena lactancia?
Principalmente agua y zumos naturales, entre 2 y
3 litros al día o lo que le pida el cuerpo. Se deben evitar los refrescos
azucarados y las bebidas estimulantes (colas, café, té), y por supuesto están
contraindicadas las bebidas con alcohol.
¿Cuáles son los requisitos de conservación
de la leche materna?
Si es necesario extraer la leche materna para
almacenarla y transportarla, las altas temperaturas pueden hacer que pierda sus
propiedades o se contamine. Es importante extremar los hábitos de higiene,
limpiando bien la zona del pezón/areola, el sacaleches y los recipientes de
almacenamiento. La mamá deberá mantener siempre las manos bien limpias. La
leche puede refrigerarse hasta 8 días en nevera a una temperatura entre 0 y 4ºC
(siempre en el fondo, no en la puerta) y no debe permanecer congelada más de
dos semanas.
Si se realiza la extracción fuera de casa, la
leche puede conservarse en una neverita portátil bien enfriada. El Comité de
Lactancia Materna de la AEP recomienda que entre los 25 y 30ºC de temperatura
ambiente, la leche materna extraída se refrigere en la nevera antes de que
hayan transcurrido de 4 a 6 horas. Por encima de los 30ºC de temperatura
ambiente, la leche materna no puede mantenerse fuera de la nevera más de 4
horas.
¿Puede la mamá hacer top-less durante la
lactancia?
No hay ninguna contraindicación en cuanto a que
la mamá lactante realice topless, no obstante, debe evitar las horas de mayor
radiación solar (entre las 11 y las 16 horas). Además, debe utilizar en todo
momento protector solar (la crema no pasa a la leche a través de la piel), es
importante incidir posteriormente en un buen lavado del pezón y la areola antes
de volver a ofrecer el pecho al bebé, para que éste no la chupe.
Consejos de los expertos para reducir las
consecuencias del calor durante la lactancia:
·
No planificar
un calendario turístico apretado durante los primeros meses de lactancia,
especialmente durante el primer mes.
·
Si el trayecto
en automóvil es largo, habrá que amamantar al bebé en ruta. Se recomienda parar
y buscar una posición cómoda y fresca para los dos, sin prisas, aunque suponga
alargar el tiempo del viaje.
·
Si se viaja en
tren o en avión, el bebé viajará en los brazos de mamá (con un cinturón
especial) y ella puede darle el pecho en cualquier momento. Tanto la mamá como
el bebé deben vestir ropa ligera y fresca.
·
Colocar una
gasa fina entre la piel de la madre y la del bebé durante la lactancia, para
reducir la temperatura corporal de ambos.
·
Tener siempre
a mano una botella de agua para evitar interrumpir la toma por la sed que
aparece durante el amamantamiento.
·
Buscar sitios
frescos al resguardo del calor y del sol para realizar la toma. Si se está
dentro de casa y fuese necesario, se recomienda cerrar ventanas y bajar
persianas.
·
Si se utiliza
ventilador o aire acondicionado, o se está en un local donde tienen
ventilación, hay que procurar evitar la exposición del bebé al flujo de aire.
·
Los expertos
inciden en la importancia de dar el pecho a demanda, cada vez que el bebé
quiera, y no darle agua entre las tomas si tiene menos de seis meses. Para
controlar que el bebé esté bien hidratado, debe mojar 6-7 pañales durante el
día.
Fuente: Topdoctors
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