viernes, 16 de agosto de 2024

Lactancia materna y calor: consejos para dar el pecho en verano

 

Expertos en lactancia materna repasan las medidas a tener en cuenta para que mamá y bebé lleven una lactancia óptima en verano y se proporcione una correcta hidratación al bebé.

Si superar el calor del verano es difícil, todavía puede ser más complicado para la mamá que está dando el pecho y para el bebé que lacta, pues el aumento de las temperaturas tiene efectos físicos directos en ambos. Los expertos hacen un repaso de las necesidades y medidas a tener en cuenta para superar el verano tanto en casa, como si se realiza un viaje vacacional.

¿Cómo afecta el calor al bebé?

Dado que el metabolismo de los bebés es más rápido que el de los adultos, tienen mayor riesgo de deshidratación. Para mantener el nivel adecuado de hidratación los especialistas recomiendan dar el pecho a demanda, sin excepciones, siempre que el bebé quiera y acortar el tiempo entre las tomas. Pero ¿cómo sabemos que nuestro hijo puede estar deshidratado?

El niño suele pedirlo cuando lo necesita y en verano más a menudo con llanto. Pero hay muchos otros síntomas que indiquen que el bebé está sediento, como son los cabeceos, sacar a menudo la lengua y llevarse la mano a la boca, la reducción de la orina o bien orina concentrada, de aspecto oscuro y olor más fuerte. Otros indicadores de alarma podría ser la somnolencia, la irritabilidad, el sudor frío, la pérdida de vitalidad habitual o el aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria.

¿Cómo afecta el calor a la mamá?

La madre que está dando el pecho sufre un aumento de la temperatura corporal por dos motivos: el propio calor veraniego y el continuo contacto directo con el bebé durante el amamantamiento. La transpiración aumenta y se produce una reducción de la hidratación natural que da lugar a la disminución de leche. Por ello se destaca la importancia de beber suficiente agua o líquidos a lo largo del día, que madre y bebé lleven ropa de tejidos livianos y frescos, buscar sitios frescos al resguardo del calor y del sol para realizar las tomas, tener una botella de agua a mano para evitar interrumpirlas por la sed y colocar una gasa fina entre la piel de la madre y la del bebé para reducir el aumento de temperatura corporal de ambos por el contacto directo.

El verano puede provocar en la madre lactante un aumento de la irritabilidad, la apatía y el cansancio derivado de las altas temperaturas. Asimismo, sus niveles de ‘oxitocina’ aumentan cuando el bebé succiona y le produce sed. No hay ningún problema en beber durante la toma, al contrario, hay que hacerlo.

 ¿Hay que darle agua al bebé?

El 88% de la leche materna está compuesta por agua por lo que el bebé no necesita agua entre toma y toma si tiene menos de 6 meses y está tomando el pecho a demanda. A partir de los 6 meses, si ya ha iniciado la ingesta de otro tipo de alimentos, es bueno ofrecerle agua en vaso (no directamente de la botella ni en biberón) de vez en cuando. Si se le ofrece el pecho antes de las papillas o purés, tal y como se recomienda durante el primer año, probablemente no necesitará agua y no la querrá. A medida que se va haciendo grande y toma más cantidad de alimentos sólidos, generalmente beberá el agua que se le ofrece.

¿Qué dieta debe llevar la madre?

El Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda comer 5 veces al día y llevar una dieta variada que incluya todos los tipos de alimentos con un aporte mínimo de 1800 calorías diarias. En verano las verduras y las frutas de temporada (en forma de ensaladas, sopas frías, macedonia, zumos, batidos o piezas enteras) son las grandes aliadas para la madre lactante ya que aportan hidratación y nutrición a partes iguales.

¿Qué debe beber la madre para tener una buena lactancia?

Principalmente agua y zumos naturales, entre 2 y 3 litros al día o lo que le pida el cuerpo. Se deben evitar los refrescos azucarados y las bebidas estimulantes (colas, café, té), y por supuesto están contraindicadas las bebidas con alcohol.

¿Cuáles son los requisitos de conservación de la leche materna?

Si es necesario extraer la leche materna para almacenarla y transportarla, las altas temperaturas pueden hacer que pierda sus propiedades o se contamine. Es importante extremar los hábitos de higiene, limpiando bien la zona del pezón/areola, el sacaleches y los recipientes de almacenamiento. La mamá deberá mantener siempre las manos bien limpias. La leche puede refrigerarse hasta 8 días en nevera a una temperatura entre 0 y 4ºC (siempre en el fondo, no en la puerta) y no debe permanecer congelada más de dos semanas.

Si se realiza la extracción fuera de casa, la leche puede conservarse en una neverita portátil bien enfriada. El Comité de Lactancia Materna de la AEP recomienda que entre los 25 y 30ºC de temperatura ambiente, la leche materna extraída se refrigere en la nevera antes de que hayan transcurrido de 4 a 6 horas. Por encima de los 30ºC de temperatura ambiente, la leche materna no puede mantenerse fuera de la nevera más de 4 horas.

¿Puede la mamá hacer top-less durante la lactancia?

No hay ninguna contraindicación en cuanto a que la mamá lactante realice topless, no obstante, debe evitar las horas de mayor radiación solar (entre las 11 y las 16 horas). Además, debe utilizar en todo momento protector solar (la crema no pasa a la leche a través de la piel), es importante incidir posteriormente en un buen lavado del pezón y la areola antes de volver a ofrecer el pecho al bebé, para que éste no la chupe.

Consejos de los expertos para reducir las consecuencias del calor durante la lactancia:

·      No planificar un calendario turístico apretado durante los primeros meses de lactancia, especialmente durante el primer mes.

·      Si el trayecto en automóvil es largo, habrá que amamantar al bebé en ruta. Se recomienda parar y buscar una posición cómoda y fresca para los dos, sin prisas, aunque suponga alargar el tiempo del viaje.

·      Si se viaja en tren o en avión, el bebé viajará en los brazos de mamá (con un cinturón especial) y ella puede darle el pecho en cualquier momento. Tanto la mamá como el bebé deben vestir ropa ligera y fresca.

·      Colocar una gasa fina entre la piel de la madre y la del bebé durante la lactancia, para reducir la temperatura corporal de ambos.

·      Tener siempre a mano una botella de agua para evitar interrumpir la toma por la sed que aparece durante el amamantamiento.

·      Buscar sitios frescos al resguardo del calor y del sol para realizar la toma. Si se está dentro de casa y fuese necesario, se recomienda cerrar ventanas y bajar persianas.

·      Si se utiliza ventilador o aire acondicionado, o se está en un local donde tienen ventilación, hay que procurar evitar la exposición del bebé al flujo de aire.

·      Los expertos inciden en la importancia de dar el pecho a demanda, cada vez que el bebé quiera, y no darle agua entre las tomas si tiene menos de seis meses. Para controlar que el bebé esté bien hidratado, debe mojar 6-7 pañales durante el día.

 

Fuente: Topdoctors

miércoles, 14 de agosto de 2024

Deportes acuáticos: prevención de lesiones este verano

 

A pesar de los grandes beneficios para la salud, también hay varios riesgos asociados con los deportes acuáticos, como lesiones comunes en los músculos y articulaciones, ahogamiento, hipotermia, hipertermia, exposición al sol y mareo. 

Por esta razón, hoy queremos darte algunos consejos para la prevención de lesiones este verano durante la práctica de los deportes acuáticos.

Cómo prevenir las lesiones de los deportes acuáticos 

Los deportes acuáticos, además de divertidos, mejoran la circulación sanguínea, aumentan la capacidad pulmonar, potencian la musculatura, favorecen la coordinación, aumentan la capacidad cardiorrespiratoria y mejoran la salud mental.

Pero si no se practican con las prevenciones adecuadas pueden resultar peligrosos. Sigue estas recomendaciones cuando hagas deportes acuáticos durante el verano: 

Consulta a un médico antes de aventurarte.

Siempre se recomienda consultar con un profesional antes de comenzar cualquier programa de ejercicios y los deportes acuáticos no son la excepción. Consulta con tu médico de confianza sobre las limitaciones y cuidados particulares que debes tener en cuenta antes de practicar deportes acuáticos por primera vez.

Estira y calienta antes de mojarte.

Es recomendable realizar calentamientos y estiramientos antes de comenzar cualquier deporte acuático, poniendo énfasis en estirar los músculos de las piernas y las pantorrillas. También puede ser beneficioso estirar los músculos de la espalda y los brazos. 

Calienta y estira correctamente y con precaución para evitar lesiones. Recuerda estirar también al finalizar la actividad.

Usa la indumentaria adecuada.

El equipo de protección para los deportes acuáticos puede incluir chalecos salvavidas, cascos de seguridad, diademas de natación para proteger los oídos, y otros suministros de seguridad para prevenir lesiones mientras se practica algún deporte acuático. 

Es importante que selecciones el equipo de protección adecuado para el deporte en particular y usarlo adecuadamente para asegurar la máxima protección.

Sé cauteloso al zambullirse en el agua. 

Ten precaución y cuidado al momento de zambullirte, especialmente en lugares desconocidos. Evalúa las condiciones del agua, la profundidad y la distancia de los obstáculos antes de entrar al agua, además procura seguir las normas de seguridad establecidas para prevenir lesiones graves.

Las lesiones acuáticas pueden ocurrir a través del contacto mecánico con una variedad de objetos o superficies diferentes, como un dispositivo recreativo, una parte de una embarcación, rocas, corales, o pueden ocurrir a través del contacto con animales marinos.

Sigue las señales y normas de seguridad establecidas.

En las playas y ríos, las balizas pueden indicar áreas de seguridad o peligro, y las reglas establecidas por las autoridades deben ser respetadas. También debes tener en cuenta el nivel de habilidad requerido para cada deporte acuático específico. 

Como deportista, debes ser consciente de las normas básicas de comportamiento en el agua y respetar el derecho de paso de otros usuarios en las zonas designadas para cada deporte acuático.

Verifica las condiciones climáticas y ajusta la actividad.

Es importante tomar en cuenta las condiciones climáticas y ajustar la actividad de acuerdo a estos factores en los deportes acuáticos para prevenir lesiones y garantizar la seguridad de los deportistas. 

Evalúa el viento, las corrientes y la temperatura del agua y adapta la actividad de acuerdo a las condiciones. Por ejemplo, en condiciones de viento fuerte o frío, se puede optar por cambiar la ubicación de la actividad o ajustar la intensidad. 

Además, es fundamental que te informes sobre las alertas de tormenta y seguir las medidas de seguridad establecidas por las autoridades en caso de condiciones climáticas adversas.

Evalúa los riesgos específicos de cada deporte.

Los riesgos asociados con cada deporte acuático específico pueden variar dependiendo de la actividad. Infórmate sobre los riesgos específicos de cada deporte acuático y toma medidas de precaución para prevenir accidentes y lesiones graves.

·      En natación, los riesgos pueden incluir lesiones musculares o accidentes por falta de precaución en los bordes de la piscina. 

·      En el surf o el windsurf, los riesgos pueden incluir lesiones por impactos con la tabla (que es el mecanismo de lesión más común) o con otros surfistas, y el peligro de ahogamiento en caso de condiciones climáticas adversas. 

·      En el buceo, los riesgos pueden incluir el mal de descompresión o la falta de oxígeno en el equipo de buceo. 

Lo ideal es que antes de aventurarte con los deportes acuáticos realices ejercicios de tonificación muscular, elasticidad y movilidad de las articulaciones para que puedas exigirte sin problemas. 

Protege tus articulaciones con ortesis.

Es posible utilizar ortesis en deportes acuáticos para prevenir lesiones y proteger las articulaciones.

En el surf o el windsurf se pueden emplear rodilleras o coderas para proteger las articulaciones de posibles impactos, o en el buceo se pueden utilizar férulas de dedos o muñequeras para proteger las manos y las muñecas. También puedes usar ortesis para prevenir lesiones en tobillos y pies durante la práctica de deportes acuáticos.

No consumas alcohol.

El consumo de alcohol en deportes acuáticos aumenta significativamente el riesgo de accidentes y lesiones graves. El alcohol disminuye la capacidad de reacción y coordinación, lo que puede afectar tus habilidades para nadar, surfear, navegar o realizar otras actividades acuáticas de manera segura. 

El consumo de alcohol puede ocasionar una falsa sensación de seguridad, lo que puede llevarte a tomar decisiones imprudentes y a arriesgarte a situaciones peligrosas. Por estas razones, evita el consumo de alcohol antes o durante la práctica de deportes acuáticos para prevenir lesiones acuáticas este verano.

Hidrátate continuamente

La hidratación continua en deportes acuáticos es muy importante para prevenir la deshidratación. Por estar en el agua puedes pensar que no necesitas beber agua, pero esto no es cierto. Es crucial beber agua antes, durante y después de la actividad para mantener un nivel adecuado de hidratación. 

Es recomendable beber cada 30 minutos 250 ml de agua para evitar llegar a tener sed, lo cual es un síntoma claro de que el cuerpo está deshidratado. También es posible utilizar bebidas deportivas isotónicas para reponer los electrolitos perdidos durante la actividad.

  

Fuente: Orliman


martes, 13 de agosto de 2024

Cómo cuidar la salud mental durante las vacaciones

 

Las vacaciones pueden convertirse, si no andamos con cuidado, en una fuente de estrés adicional. Esto es así para todo el mundo, pero especialmente para las personas que tienen un trastorno mental. El hecho de romper nuestras rutinas puede provocar estrés, aburrimiento o sentirnos desbordados. La buena noticia es que hay algunas cosas que podemos hacer para facilitar que las vacaciones ayuden a impulsar nuestro bienestar emocional.

10 consejos clave para impulsar nuestro bienestar:

1.   Disfrutemos de nuestro tiempo libre.

Independientemente de dónde se desee viajar, todo el mundo desea tener tiempo para hacer todo lo que quiera durante las vacaciones. Pero, a veces, se programan tantas actividades que lejos de aligerar el estrés, acabamos añadiendo más. Por tanto, debemos permitirnos disfrutar de las pequeñas cosas (hijos, familia, amistades), desconectando del trabajo y las rutinas habituales.

Se puede resumir perfectamente con el dolce far niente de los italianos, que se inclina por no hacer nada de lo que sea habitual. Invitémonos a desconectar de la tecnología, a no pensar en las preocupaciones del futuro o a descansar en general. La ciencia nos dice que desconectarnos de nuestras tareas habituales tiene muchos beneficios para la salud mental y física.

2.  Disfrutemos de un horario de sueño saludable.

Al no haber escuela, para los que tenemos hijos, hace que la noche se alargue. Esto no significa que no sea necesario un horario. Como padres y madres tenemos que intentar mantener un horario de sueño saludable y constante para nosotros y nuestros hijos, independientemente de nuestro horario laboral y escolar. Se recomienda dormir entre 8 y 10 horas de forma ininterrumpida ya que la higiene del sueño es un componente esencial de nuestra salud mental.

3.  Prioricemos el ejercicio.

El ejercicio regular es una parte importante de la salud y el bienestar mental. Durante los meses de verano es fácil quedarse en el sofá y mirar la última serie de televisión, pero una actividad sedentaria puede favorecer consecuencias negativas en nuestra salud física y mental. Por tanto, tenemos que conseguir dedicar entre 20 y 30 minutos cada día y nos sorprenderemos de los beneficios que sentimos. Gracias al ejercicio, se liberan hormonas naturales que nos hacen sentir mejor y nos dan un impulso positivo en nuestro bienestar. Nos ayuda a reducir el estrés y a reforzar nuestro sistema inmunitario.

4.  Comamos sano.

Los alimentos que comemos tienen una repercusión directa con la función cerebral y nuestro estado de ánimo. Las dietas ricas en azúcar refinado alteran la regulación de la insulina por parte del cuerpo y pueden provocar sensaciones de irritabilidad y malestar. Una dieta mediterránea, equilibrada en nutrientes y con las cinco ingestas diarias, alimentan el cerebro y favorecen nuestro bienestar general.

5.  Aprovechemos el tiempo en la naturaleza y al aire libre.

Los estudios han demostrado que el contacto con la naturaleza reduce el estrés, la ansiedad y la depresión y nos proporciona sensaciones de calma y bienestar. Durante las vacaciones, es un momento ideal para practicarlo, visitando parques, jardines, bosques o cualquier sitio en el que podamos relacionarnos con el entorno natural.

Sentir la arena bajo los pies, ver una puesta de sol o escuchar el silencio adentrados en un pinar nos recarga las pilas. Y no solo esto: el tiempo que pasamos al aire libre también puede ayudar a fomentar la conexión con nuestros compañeros de viaje, siempre que todo el mundo deje de lado los teléfonos móviles.

6.  Pongamos límites saludables.

Uno de los principales motivos por los cuales unas vacaciones pueden arruinarse es porque no ponemos límites. Tenemos que ser realistas sobre lo que podemos hacer y lo que no. Es momento de compartir tareas, aligerar las cargas y hacer participar a otras personas de las obligaciones cotidianas. Para hacerlo, necesitamos una comunicación respetuosa y abierta con la familia. Esto mejorará el funcionamiento familiar y reducirá la ansiedad y malestar durante las vacaciones.

7.  Tengamos tiempo para compartir.

Compartir el tiempo con las personas que escojamos nos dará la pausa necesaria y mejorará la calidad de nuestra salud mental. Hacer una caminata, salir a cenar con amistades, jugar a juegos de mesa o acudir a un acto cultural con tu grupo de amigos pueden ser momentos muy enriquecedores. No olvidemos que somos seres sociales que necesitamos compartir emociones y vivencias.

8.  Afrontemos nuestros sentimientos.

Con todo lo que estamos viviendo con la pandemia, es totalmente normal sentirnos un poco más emotivos. Es necesario que nos tomemos un poco de tiempo para hacer balance de nuestras emociones (ya sea tristeza, ansiedad, miedo o soledad) y, a continuación, empezar a abordarlas de la manera más eficiente. Estudios recientes han evidenciado que las personas que identifican sus emociones y toman medidas para procesarlas tienen niveles de estrés más bajos que quienes evitan identificar sus emociones. Por tanto, no intentemos pasarlas por alto ni ignorarlas por muy incómodas que sean.

Comuniquémonos también abiertamente nuestros sentimientos con los hijos. Hablemos con ellos sobre cómo se sienten o qué les angustia. Estemos disponibles durante las vacaciones para que sepan que les podemos ayudar si lo necesitan. La confianza mutua se incrementará.

9.  Seamos agradecidos.

Agradezcamos el momento en que nos encontramos y agradezcamos las pequeñas cosas que hacen otras personas por nosotros. De esta manera incrementaremos las acciones y pensamientos positivos. Si nos presionamos comparándonos con la vida de los demás, a partir de las redes sociales o las series de ficción, hagámonos el favor de desconectar de estos hábitos adquiridos. Nos sentiremos más agradecidos por las cosas que tenemos y compartimos.

10.   Relajemos el cuerpo y la mente. Reservemos tiempo para nosotros mismos.

La respiración profunda, el yoga o la meditación (mindfulness) pueden ser útiles durante los momentos en los que nos sentimos abrumados. Dedicarle 30 minutos puede hacer maravillas en nuestra salud mental durante las vacaciones. La relajación es cualquier proceso que reduce el impacto del estrés en la mente y el cuerpo. Las técnicas de relajación sencillas nos pueden ayudar a controlar el estrés. Quizás sea un buen momento para descargarnos una aplicación de mindfulness o practicar con lo que vemos en los vídeos de yoga. Asegurémonos de tomar un poco de «nosotros» cada día.

  

Fuente: Som360


viernes, 9 de agosto de 2024

¿Cuánta fruta se recomienda comer al día?

 

El Ministerio de Sanidad aconseja un consumo de al menos 3 piezas de fruta al día. La mejor forma de comer fruta es consumirlas enteras y con piel, de esta manera aprovechamos la fibra en su totalidad.

Las frutas han sido y son un alimento esencial que a lo largo de la historia no sólo ha proporcionado un delicioso sabor sino también muchos beneficios para la salud. Son ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes y, además, son una fuente natural de fibra, que promueve la salud digestiva y contribuye a la sensación de saciedad. Sin embargo, en la actualidad, el estilo de vida ha hecho disminuir el consumo de frutas.

El consumo mínimo recomendado.

La cantidad de frutas recomendada puede variar según las necesidades individuales, variando en función de factores como la edad, el sexo, la actividad física y las características individuales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en que tanto las frutas como las verduras son alimentos fundamentales en una dieta saludable y que deben consumirse a diario, aconsejando un consumo mínimo de 400 gramos de frutas y verduras. El Ministerio de Sanidad aconseja un consumo de al menos 3 piezas de fruta al día. Una ración de fruta oscila entre 120-200 gramos.

Consumo recomendado a diferentes edades.

Según la edad o las necesidades energéticas de cada persona las cantidades pueden variar. Por ejemplo, es probable que los niños pequeños consuman cantidades más pequeñas de frutas, porque quizás una manzana de 250 gramos se le hará pesada, pero pueden comer una más pequeña. Por el contrario, un adolescente o una persona deportista puede comer dos piezas de frutas de una vez, aumentando su consumo a cuatro o cinco al día, sin que resulte un problema.

¿Por qué es importante comer fruta diariamente?

Numerosos estudios científicos han demostrado que comer fruta regularmente está asociado a un mejor estado de salud, ya que su consumo previene enfermedades cardiovasculares, como la diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades inflamatorias… gracias al aporte de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes.

Composición de la fruta.

Vitaminas destacadas

·      Vitamina C: es un gran antioxidante que ayuda a combatir los radicales libres que se producen en el organismo por diferentes motivos, dañinos para el organismo, ya que pueden dañar células, órganos y tejidos. Además, es necesaria para el crecimiento y reparación de tejidos, formando proteínas que componen la piel, tendones, ligamentos… Ayuda en la cicatrización de las heridas y participa en la absorción del hierro. Puede encontrarse en frutas cítricas como las naranjas, mandarinas, limones, y también en fresas, kiwis, mangos, piñas o guayabas.

·      Betacaroteno: es precursor de la vitamina A, vitamina que juega un papel importante en la inmunidad de las mucosas, participa en la formación y mantenimiento de dientes, tejido blando y óseo. Puede encontrarse en frutas como mangos, albaricoques, melones, sandías, papayas o nectarinas.

·      Otras vitaminas del grupo B, vitamina E, vitamina K.

Minerales destacados

·      Potasio: mineral indispensable para la transmisión y generación del impulso nervioso, participa en la contracción muscular, así como en el equilibrio hídrico tanto en el interior como en el exterior de la célula. Una de las consecuencias de la pérdida de electrolitos debido a la deshidratación puede ser sufrir calambres, por lo que una dieta rica en alimentos ricos en potasio puede prevenirlos. Puede encontrarse en frutas como el plátano, naranja, sandía, mango, papaya o melocotón.

·      Magnesio: se encarga, entre otras funciones, de mantener un funcionamiento adecuado de los intestinos, músculos y nervios, también participa en la regulación de la contracción cardíaca, mejora el sistema inmunitario, además forma parte de huesos y dientes. Se encuentra en frutas como el plátano, aguacate, kiwi o albaricoque.

Fibra

Las frutas contienen un elevado contenido en fibra, sobre todo si las comemos con la piel. La fibra puede ser:

·      Insoluble aporta volumen a las heces y ayuda a que los alimentos pasen más rápido por el tracto digestivo, por el contrario. La fibra se encuentra principalmente en la pulpa y la piel.

·      Soluble, que es capaz de captar el agua formando una sustancia voluminosa tipo gel que ayuda en la digestión, que suaviza y ayuda a eliminar las heces. La fibra se encuentra principalmente en la parte blanca entre la pulpa y la corteza, por lo que su consumo favorece el tránsito intestinal.

Agua

Una persona sana necesita entre 2 y 3 litros de agua al día. Las frutas son un alimento excelente para hidratarnos. El agua es indispensable para muchísimas funciones, transporta los nutrientes al interior de las células, ayuda en la eliminación de elementos tóxicos, participa en los procesos digestivos, participa en las estructuras de las articulaciones, regula la temperatura corporal…

Fitoquímicos

Son los pigmentos que le dan el color y el aroma a todas las frutas, poseen propiedades y beneficios antioxidantes, que ayudan a retrasar el deterioro de los tejidos orgánicos, y previenen la aparición del cáncer a la vez que retrasan el envejecimiento. Son los fitoestrógenos, polifenoles…

Cómo aprovechar mejor los nutrientes de las frutas.

La forma en que consumimos las frutas puede afectar a la absorción de nutrientes. La mejor forma de comer fruta es consumirlas enteras y si se puede, con piel, de esta manera aprovechamos la fibra en su totalidad. El consumo de zumos de frutas no se aconseja de forma habitual, sino que debe hacerse de manera esporádica y nunca sustituyendo la pieza entera. Así lo indica la OMS, ya que los zumos pierden mucha parte de su fibra, y la liberación de azúcares en el torrente sanguíneo es muy rápida, pudiendo promover el sobrepeso. Además, variar las frutas consumidas garantiza una gama más amplia de nutrientes, ya que cada tipo de fruta tiene un perfil nutricional distinto.

¿Es buena la fruta después de comer?

La idea de que no es bueno comer fruta después de las comidas sigue siendo objeto de debate, pero no hay ningún tipo de evidencia científica sólida que respalde dicha afirmación. Comer fruta antes puede ayudarnos a no saltárnosla si no tenemos más apetito tras la comida o puede ayudarnos a estar más saciados antes de comer, pero tomarla como postre puede contribuir a evitar comer un flan, unas natillas o cualquier otro postre azucarado, por lo que sería la mejor opción de postre a nivel de salud.

Ideas prácticas para comer fruta diariamente

Existen muchas maneras deliciosas de comer fruta en el día a día. Adaptarse a las estaciones siempre hace que sea más apetecible (helados y sorbetes para épocas calurosas y añadidas a unas gachas de avena en los meses más fríos):

·      Fresca y cruda: a bocados, cortada a dados, rodajas o en forma de brocheta, aprovechando al máximo su sabor y nutrientes.

·      En forma de “toppings”: plátano, fresa, kiwi o mango cortado a trocito…, moras, arándanos o frambuesas añadidas a yogures, cereales o postres.

·      En ensaladas: añadir trozos de frutas frescas dará un toque dulce, crujiente y fresco.

·      Helados y sorbetes: preparar helados o sorbetes caseros congelando previamente la fruta ayudará a refrescarnos en los meses más calurosos.

·      Acompañando al queso: combinar frutas con quesos para crear una tabla fresca y sabrosa es un acierto. Por ejemplo, queso azul con uvas verdes, o brie con uvas rojas.

·      Desecadas: uvas o ciruelas pasas, orejones… son un excelente tentempié para tomar entre horas.

·      Fruta asada o en compota: manzana, pera, melocotón…

Comer frutas diariamente es esencial para mantener un buen estado de salud gracias a su aporte de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes que fortalecen el sistema inmunológico, ayudan a mantener un peso saludable y reducen la incidencia de diferentes patologías.

Además, su delicioso sabor y versatilidad hacen que sea fácil incorporarlas a una dieta equilibrada, promoviendo así un buen estado de salud general.

Curiosidades de las frutas.

Algunas frutas emiten etileno, un gas natural que actúa como una hormona de maduración. Este gas puede afectar a otras frutas que estén a su lado acelerando su proceso de maduración. Por ejemplo, colocar una manzana madura junto a plátanos verdes puede hacer que los plátanos maduren más rápido debido al etileno liberado por la manzana.

Lo que debes saber…

El Ministerio de Sanidad aconseja un consumo de al menos 3 piezas de fruta al día. Una ración de fruta oscila entre 120-200 gramos.

La mejor forma de comer fruta es consumirlas enteras y con piel, de esta manera aprovechamos la fibra en su totalidad.

Sus principales nutrientes son las vitaminas, minerales, fibra, agua y sustancias protectoras como los fitoestrógenos, polifenoles y antioxidantes.

 

Fuente: Mapfre