martes, 16 de agosto de 2022

Dislalia infantil, la mala pronunciación de los niños

La dislalia infantil, la mala pronunciación de los niños, es un trastorno en la articulación de los fonemas. Es el trastorno del lenguaje más común en los niños, el más conocido y más fácil de identificar. Suele presentarse entre los tres y los cinco años, con alteraciones en la articulación de los fonemas.

La dislalia infantil evolutiva es la que tiene lugar en la fase de desarrollo del lenguaje infantil, en la que el niño no es capaz de repetir por imitación las palabras que escucha y lo hace de forma incorrecta desde el punto de vista fonético. Tiene varias fases dentro del desarrollo del lenguaje del niño y finalmente termina cuando el niño aprende a pronunciar correctamente todos los fonemas.

¿Cuándo hablamos de dislalia infantil?

Cuando un niño menor de cuatro años presenta errores en la pronunciación, está considerado como normal, ya que está cubriendo una etapa en el desarrollo del lenguaje infantil.

En esta etapa, la dislalia evolutiva no requiere tratamiento ya que el habla y la adquisición del lenguaje están todavía está en fase de maduración. Sin embargo, si los errores en el habla se mantienen más allá de los cuatro años, se debe consultar un especialista en audición y lenguaje, es decir, con un logopeda.

Diagnóstico de la dislalia infantil

A un niño le diagnostican dislalia cuando se nota que es incapaz de pronunciar correctamente los sonidos del habla, que son vistos como normales según su edad y desarrollo. Un niño con dislalia suele sustituir una letra por otra, o no pronunciar consonantes.

Ejemplo: dice mai en lugar de maíz, y tes en vez de tres.

Cuando el bebé empieza a hablar, lo hace emitiendo, primero, los sonidos más simples, como el de la m o de la p. Estos sonidos son fundamentales para decir mamá o papá, palabras que no le supondrán un gran esfuerzo siempre que reciba la estimulación adecuada. A partir de este momento, el bebé comenzará a pronunciar sonidos cada vez más difíciles, lo que exigirá más esfuerzo de los músculos y órganos fonadores.

Es habitual que las primeras palabras de un bebé, entre el 8º y el 18º mes de edad, presenten errores de pronunciación. El bebé dirá aua cuando pida agua, o pete cuando quiera el chupete. Los bebés simplificarán los sonidos para que les resulte más fácil pronunciarlos. Sin embargo, a medida que el bebé adquiera más habilidades en la articulación, su pronunciación será más fluida. Cuando este proceso no se realiza con normalidad, se puede hablar de dislalias.

Tipos de dislalia infantil

La dislalia infantil presenta tipos muy variados. Existen dislalias orgánicas, audiógenas, o funcionales.

1.   La dislalia funcional: es la más frecuente y se caracteriza por un mal funcionamiento de los órganos articulatorios. El niño desconoce o realiza incorrectamente el punto y modo de articulación del fonema. No sabe hacer vibrar la lengua para pronunciar bien la RR, y suele reemplazar la S por la Z, o la R por la D.

2.  La dislalia orgánica: hace que el niño tenga dificultades para articular determinados fonemas por problemas orgánicos. Se presenta en los niños cuando presentan alteraciones en las neuronas cerebrales, cuando tienen alguna malformación o anomalías en los órganos del aparato fonador.

3.  La dislalia audiógena: se caracteriza por dificultades originadas por problemas auditivos. El niño se siente incapaz de pronunciar correctamente los fonemas porque no oye bien. En algunos casos, es necesario que los niños utilicen prótesis.



 Fuente: guiainfantil.com

 


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