miércoles, 15 de junio de 2022

El síndrome de la cara vacía

 

¿Por qué hay personas adultas y adolescentes reacios a quitarse la mascarilla delante de los demás? Después de dos años de pandemia, desde el pasado 20 de abril las mascarillas han dejado de ser obligatorias, excepto en centros sociosanitarios, farmacias y transporte público. Para una gran parte de la población, esta nueva situación ha supuesto un alivio. Sin embargo, hay quienes aún no son capaces de quitarse la mascarilla porque sienten inseguridad, malestar o miedo. Esto es lo que se conoce como el síndrome de la cara vacía.

Qué es el síndrome de la cara vacía o mask fishing

No es una enfermedad mental, ni si quiera un trastorno, y no está recogido en el CIE-10. Podría definirse como una fobia caracterizada por la sensación de inseguridad y miedo que se genera en la persona al dejar de utilizar la mascarilla y descubrir su cara.

Los síntomas están relacionados con la ansiedad que se experimenta ante la sola idea de exponer la cara. Es decir, la sensación de vulnerabilidad, angustia, inseguridad y falta de control de la situación.

También es frecuente que no exista interés por relacionarse con otras personas: quedar con los demás lleva aparejado sufrimiento, por lo que se intenta evitar el contacto social.

Miedo a la exposición física

La razón por la que muchas personas no quieren quitarse la mascarilla es el miedo a contagiarse del coronavirus. Sin embargo, en otros muchos casos, lo que genera temor es la exposición del propio físico.

Esto es algo que sucede sobre todo en el caso de los adolescentes, ya que es una etapa en la que el aspecto físico adquiere una especial importancia. Hay que tener en cuenta que, durante estos dos años, a chicos y chicas la mascarilla les ha servido para ocultar determinados complejos, como el acné, el vello facial o los bráquets.

Ahora, con el fin de la obligatoriedad de llevar mascarillas, muchos jóvenes son reacios a mostrar su apariencia física debido a esos complejos e inseguridades, los cuales están en la base de este síndrome de la cara vacía.

¿A quiénes afecta este síndrome?

El miedo a quitarse la mascarilla tiende a aparecer, además de entre la población adolescente, en quienes ya han sufrido algún episodio de ansiedad previo o que tienen diagnosticado algún trastorno de ansiedad, como es el caso de fobia social, la agorafobia y otras fobias específicas.

También personas muy tímidas o con complejos físicos, como es el caso de quienes padecen trastorno dismórfico corporal, pueden verse afectadas por este síndrome.

En cualquier caso, se trata de personas que acostumbran a tener conductas evitativas, de modo que dejan de hacer su vida normal para protegerse de aquello que les produce miedo o angustia.

Cómo superar el miedo a quitarse la mascarilla

El hecho de no quitarse la mascarilla, lejos de ser una solución, lo único que consigue es que la persona con síndrome de la cara vacía tenga cada vez más miedo a retirársela. En esos casos, conviene seguir estos consejos:

1.   Exponerse de forma gradual a la causa del miedo.

Al igual que sucede con otras fobias, lo más adecuado es exponerse poco a poco a aquello que genera miedo. Lo ideal es que, al principio, la persona se quite la mascarilla en lugares con poca gente o ante la familia, es decir, en situaciones sencillas. Cuando vaya superando el miedo en estas situaciones, deberá ir avanzando y exponiéndose a otras más complejas.

2.  Eliminar los pensamientos negativos.

La persona que tiene miedo a la exposición física suele tener pensamientos negativos, es decir, cree que los demás la van a rechazar; a menudo se trata de una falsa impresión, fruto de una visión distorsionada de la realidad.

3.  Romper con la idea de que sin mascarilla no hay seguridad.

Para muchas personas, la mascarilla ejerce una acción de protección psicológica frente a la COVID-19 o al rechazo social. Si bien durante las etapas más duras de la pandemia ha resultado necesaria y obligatoria, en la actualidad la relajación de las medidas al respecto tiene razones fundamentadas. Por ello, es necesario confiar en las vacunas y en nuestro sistema nacional de salud, que nos indica que las mascarillas ahora mismo solo son necesarias en las situaciones señaladas, y valorar los riesgos en cada situación. Por otro lado, cuando hablamos de miedo a descubrirse la cara, la persona afectada por este síndrome debe ir comprobando por sí misma que, lleve o no la mascarilla, va a ser aceptada por los demás.

4.  Poner en la balanza los beneficios de su retirada.

Quitarse la mascarilla permitirá sentir menos calor, sobre todo ahora que afrontamos las altas temperaturas típicas de esta época, una respiración más óptima y una mejor visión.

5.  Mejorar la confianza y la autoestima.

Conviene entrenar habilidades sociales y confiar más en uno mismo y en las capacidades y recursos que tenemos para afrontar las diversas situaciones. En caso de que el miedo a quitarse la mascarilla afecte a las rutinas diarias y la persona se sienta sobrepasada por esta situación, lo más adecuado sería consultar con un especialista en salud mental.

 

Fuente: MSD

  

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