Aunque no conozcas su nombre, seguramente has
experimentado estrés digital en tu vida. La conexión constante que nos permiten
las nuevas tecnologías es una ventaja, acorta distancias entre personas y
tiempos de espera. Sin embargo, estar permanentemente conectado puede generarnos una gran ansiedad al sentir que debemos estar siempre disponibles
y responder a cada llamada o mensaje inmediatamente, tanto de nuestro trabajo
como de nuestra vida personal. Esto es lo que se conoce como estrés digital o
tecnoestrés y puede afectar a nuestra salud y bienestar.
Consecuencias del estrés digital
Las personas tenemos la capacidad de hacer varias
cosas a la vez, pero esta capacidad es limitada. Por lo tanto, cuando a las
tareas habituales añadimos una más, estar conectados, realizar las otras tareas
se complica. Nos cuesta más concentrarnos y retener información, así que
necesitaremos más tiempo para completar estas actividades y cometeremos más
errores.
Además, el impulso de responder inmediatamente a
cada mensaje o reaccionar a las publicaciones en las redes sociales, nos
conduce a lo que conocemos como fomo (fear of missing out). Tenemos miedo de
perdernos lo que está sucediendo a cada momento y quedarnos fuera de la
conversación. Esto aumenta nuestro estrés y nos obliga a estar aún más
pendientes de nuestros teléfonos y ordenadores.
6 consejos para desconectar
Aunque la tecnología nos rodea y la necesitamos,
hay algunos consejos que podemos seguir para reducir nuestro estrés digital.
·
Limita tus publicaciones en redes sociales: puedes postear de vez en cuando, pero sin
interrumpir la actividad que estás haciendo en ese momento.
·
Descarga o guarda para ver más tarde: guarda aquellas publicaciones que sean interesantes para revisarlas en
otro momento, Así, evitarás tener que parar lo que estás haciendo en ese
momento.
·
Limita los momentos para revisar redes sociales y responder mensajes: establece qué momentos del día dedicarás a las
redes sociales y al correo electrónico personal y evita hacerlo durante el
trabajo o el estudio.
·
No dediques tus descansos al móvil: cuando hagas descansos, evita dedicarlos por completo a revisar tu móvil
para no saturarte. Esto es especialmente importante si en tu trabajo utilizas
estas tecnologías.
·
Tómate tu tiempo para responder: salvo excepciones, no es necesario responder a un mensaje
inmediatamente. Valora si se trata de una urgencia y, si no lo es, espera a
terminar lo que estés haciendo para contestar.
·
Reflexiona sobre tus hábitos: piensa en el uso que haces de las nuevas tecnologías. ¿Cuánto tiempo les
dedicas? ¿Dejas de hacer otras cosas como descansar o hablar con otras
personas? ¿Interrumpen tus actividades diarias?
Debemos recordar siempre que la tecnología es una herramienta y, como tal, debe estar a nuestro servicio, nunca al contrario. Si notamos una gran dependencia de nuestro
teléfono móvil y no podemos limitarnos, quizá es momento de pedir consejo a un
profesional.
Recuerda:
·
La tecnología
debe ser una herramienta a nuestro servicio, si nos hace sentir mal, debemos
cambiar de hábitos.
·
El estrés
digital es una consecuencia de la necesidad que sentimos de estar permanentemente
conectados y disponibles.
·
Es importante
entender que nuestro cerebro tiene capacidades limitadas y necesita descansar.
Fuente: Asisa
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