4 de febrero, Día Internacional de las Cardiopatías Congénitas. La Covid no puede ni hacer olvidar ni relegar otras enfermedades graves como esta. En España cada día nacen 10 bebés con esta patología crónica.
Un tercio de los afectados, aproximadamente, necesitarán
ser intervenidos en su primer año de vida.
Menudos Corazones, fundación de apoyo a niños y
niñas con problemas de corazón, ha lanzado este 14 de febrero un vídeo con el
hashtag #YoLaTengo, con la participación de más de 100 personas con
cardiopatías congénitas de toda España.
Con esta iniciativa de sensibilización, la
organización da voz a los protagonistas de esta realidad, demostrando que las
cardiopatías son muy variadas y que, ya sean leves o complejas, se trata de una
dolencia crónica.
Las cardiopatías no se curan, sino que, en
algunos casos, se corrigen con intervenciones.
Doble vulnerabilidad
Además, atendiendo al lema de la campaña de este
año, Siguen naciendo 10 bebés al día en España con cardiopatía. Sigue siendo la
patología congénita más frecuente.
Ante el riesgo de contagios, muchos niños y niñas
no han podido reincorporarse a clase en septiembre por recomendación médica y
viven una doble vulnerabilidad a causa de su enfermedad y del coronavirus.
Un 20 % de los niños con cardiopatías
congénitas padece desnutrición
En este Día Internacional, los expertos resaltan
la importancia de establecer un tratamiento nutricional adecuado que contribuya
a la recuperación de los niños con esta malformación tras la intervención
quirúrgica.
El descenso de la natalidad y el aumento de las
tasas de supervivencia hacen que ya no solo hablemos de niños con cardiopatías
congénitas, sino también de adolescentes y adultos jóvenes con esta afección.
El tratamiento definitivo de las cardiopatías
congénitas son las intervenciones por cirugía o por cateterismo.
De los 4.000 niños que nacen cada año con cardiopatías
congénitas, 1 de cada 3 se operan en el primer año de vida.
“Las operaciones más complejas se realizan en el
periodo neonatal y tienden a ser completas, cuando es posible. En casos
extremos se puede realizar un trasplante. Sin embargo, la mayoría se resuelven
mediante dispositivos colocados por cateterismo, evitando las complicaciones de
la cirugía.
Según un estudio, la prevalencia de desnutrición
moderada en niños con esta patología a los 4 meses de edad fue del 20 % en el
grupo de intervención y del 28 % en el grupo de control.
La insuficiencia cardiaca con retraso en el
crecimiento es la principal complicación de una parte importante de las
cardiopatías, sobre todo, en lactantes antes de corregirse. Se produce por
diversas causas y repercute en la dificultad para la alimentación, en el manejo
de líquidos y en la malabsorción de nutrientes”, explica el médico.
El gasto energético hace que el corazón trabaje
más y los niños necesiten más calorías de las habituales. A su vez, debido al
problema cardiaco, a los niños les cuesta más tomar la alimentación, se cansan
antes y esto les produce fatiga, por lo que ingieren menos energía. Además, el
problema cardiaco hace que la cantidad de sangre que llega al intestino sea
menor y repercuta en una peor absorción.
En este sentido, la desnutrición es un factor de
riesgo en general y en las intervenciones quirúrgicas en particular, ya que una
mala situación nutricional en el momento de la cirugía va a predecir una peor
respuesta a la misma, más días de hospitalización y un peor pronóstico.
Es fundamental actuar precozmente desde el mismo
diagnóstico del problema cardiaco, anticipándonos a la desnutrición y no
esperando a que aparezca, ya que en este caso será mucho más difícil conseguir
una buena nutrición.
Fuente: EfeSalud
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