Introducción
La insuficiencia venosa es un trastorno crónico
en las venas de las piernas que dificulta la circulación normal de la sangre.
Es una enfermedad muy frecuente que afecta aproximadamente al 63% de las
mujeres y al 36% de los hombres.
Mientras que las arterias se encargan de transportar la sangre desde el corazón al resto de tejidos, las venas son las responsables de devolver la sangre del resto del cuerpo hasta el corazón. Para poder realizar su función, las venas poseen unas válvulas en el interior de sus paredes que permiten que el flujo de sangre sea siempre hacia arriba, es decir, desde las piernas hacia el corazón. En la insuficiencia venosa, las venas pierden su capacidad de retornar la sangre hacia el corazón, a menudo debido a un mal funcionamiento de las válvulas (Fig. 1). Esto provoca que la sangre se acumule dentro de las venas de las piernas, dilatándose de tal forma que pueden ser visibles y/o palpables en forma de varices. Si esta situación progresa, la sangre puede empezar a filtrarse hacia fuera de las venas y acumularse en las piernas y tobillos produciendo una hinchazón típicamente conocida como retención de líquido o edema. Esto puede acabar dañando la piel y produciendo úlceras en las piernas.
La mayoría de las personas padecen síntomas leves
(por ejemplo varices, pesadez de piernas, hinchazón) y por ello es una
enfermedad a menudo infravalorada. Sin embargo, en fases avanzadas puede
afectar seriamente la calidad de vida de las personas, por lo que es importante
detectar los casos de insuficiencia venosa y poner remedio para evitar que la
enfermedad empeore.
¿Cuáles son las causas?
Los factores que favorecen la aparición de
insuficiencia venosa son:
·
Edad avanzada.
A mayor edad, más probabilidad de desarrollar insuficiencia venosa.
·
Herencia
genética. Es habitual que las personas con insuficiencia venosa tengan
antecedentes en su familia.
·
Sexo femenino.
La hormona progesterona de las mujeres debilita las paredes de las venas.
·
Embarazo. A
medida que avanza la gestación, el útero y el feto comprimen las venas
abdominales, dificultando el retorno de sangre de las venas de las piernas.
·
Sedentarismo.
Al caminar, contraemos los músculos de las piernas lo que a su vez, ayuda a las
válvulas de las venas en su función de retorno de la sangre. Por consiguiente,
un estilo de vida sedentario o realizar habitualmente actividades que implican
estar muchas horas de pie o sentado, aumentan el riesgo de insuficiencia
venosa.
·
Sobrepeso. Al
igual que en el embarazo, dificulta el retorno de la sangre por la compresión
de las venas.
·
Haber tenido
un coágulo en una de las venas de la pierna (conocido como trombosis venosa
profunda).
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?
·
Sensación de
hinchazón o pesadez en las piernas. Es especialmente frecuente en mujeres y
suele empeorar justo antes de la menstruación.
·
Picor,
generalmente alrededor de los tobillos.
·
Dolor o
calambres en las piernas.
·
Presencia de
varices. Pueden ser desde pequeñas dilataciones venosas a cordones venosos
palpables.
·
Oscurecimiento
de la piel de los tobillos o enrojecimiento o eczema. En fases avanzadas,
pueden aparecer úlceras.
Estos síntomas se caracterizan por:
·
Empeorar al
final del día y en épocas calurosas como el verano.
·
Empeorar tras
estar mucho rato de pie o sentado.
·
No mejorar con
la toma de analgésicos o antiinflamatorios convencionales.
¿Cómo se diagnostica la insuficiencia venosa?
Tu médica o médico diagnosticará la insuficiencia
venosa principalmente a través de la valoración de tus síntomas y con una
exploración física.
Además ,pueden solicitar pruebas complementarias
como la ecografía o una resonancia magnética de los vasos sanguíneos del cuerpo
(angioresonancia) para saber concretamente qué venas están afectadas.
¿Cuál es el tratamiento para la
insuficiencia venosa?
·
Fármacos
flebotónicos. Son medicamentos derivados de extractos vegetales, como los
flavonoides o el Ginko biloba. Su eficacia es moderada y varía mucho de persona
a persona. La médica o el médico los suele prescribir en personas con síntomas
de insuficiencia venosa y, tras dos o tres meses de tratamiento, valora su
eficacia y la necesidad o no de seguir recetándolos.
·
El tratamiento
quirúrgico tiene un doble objetivo: reparar las válvulas venosas defectuosas y
eliminar las venas visibles que han quedado dilatadas. Es una cirugía que suele
hacerse con anestesia local y de forma ambulatoria que no requiere ingresar en
el hospital.
¿Qué debo hacer para cuidarme si tengo
varices?
·
Mantén una
vida diaria activa y realiza actividades físicas como caminar. Con cada paso
que das se contraen los músculos de las piernas, y esto ayuda a bombear la
sangre hacia el corazón y evita que se acumule en las venas de las extremidades
inferiores. Solamente con que camines a paso ligero unos 10-15 minutos de forma
regular ya es beneficioso.
·
Realiza
ejercicios específicos para mejorar la circulación venosa.
·
Durante el
día, descansa un par o tres de veces con las piernas levantadas. Por la noche,
eleva unos 15 cm los pies de la cama (no lo hagas si padeces insuficiencia
cardiaca).
·
Date duchas
con agua fría y masajea con el chorro desde los pies hasta las ingles. El frío
tiene un efecto antiinflamatorio a la vez que provoca que las venas se
estrechen, evitando que la sangre se acumule en ellas.
·
Evita los
ambientes calurosos y la exposición prolongada al sol. No te depiles con cera
caliente.
·
Usa medias
compresivas específicas para la insuficiencia venosa (hacen más presión en la
parte baja de la pierna que en la parte alta para favorecer la circulación
hacia arriba).
·
Aplícate
masajes de drenaje o que te los den (son aquellos que incluyen movimientos
ascendentes desde los tobillos hacia la ingle).
·
Evita la ropa
muy apretada que dificulta la circulación venosa.
·
Sigue una
alimentación sana y equilibrada para evitar el sobrepeso.
·
Mantén la piel
limpia e hidratada, ya que la retención de líquido en las piernas puede acabar
dañando la piel.
·
Si vas a
realizar un viaje de larga duración, trata de levantarte y mueve las piernas e
hidrátate para reducir el riesgo de sufrir el síndrome de la clase turista.
¿Cuándo tengo que solicitar atención
médica?
·
Si tienes
varices y te duelen.
·
Si los
síntomas empeoran a pesar de tomar las medidas de prevención.
·
Si aparece
dolor o hinchazón repentinos en la pierna.
·
Si aparece
fiebre, enrojecimiento o úlceras en la pierna.
¿Cómo puedo mejorar mi calidad de vida?
Las personas que sufren de insuficiencia venosa
crónica pueden ver reducida su calidad de vida en fases avanzadas, no sólo por
el impacto en su salud física sino también en la esfera emocional, dado que
puede llegar a ser incapacitante, afectar en aspectos estéticos, y alterar las
actividades diarias Cuando padecemos una condición de salud crónica que altera
nuestra vida diaria, esto nos puede producir ansiedad y depresión. Por eso es
importante poner en marcha una serie de acciones que contribuyen positivamente
a tu bienestar:
·
Cuida tu
dieta. Evitar el sobrepeso es muy importante en esta enfermedad. Además, sentir
que favoreces tu salud puede hacer que te sientas mejor.
·
Sal de casa e
incluye actividad física, como por ejemplo caminar. No solo mejora tu
circulación sanguínea, sino también el aspecto psicológico y emocional.
·
No dejes de
hacer aquello que te gusta, aunque tengas que adaptarlo a tu estado de salud.
·
Mantén una red
social de apoyo. Es importante compartir tus preocupaciones y pedir ayuda si lo
necesitas. Cuenta con tus familiares y amistades.
Fuente: Fisterra
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