Hay personas que se caracterizan por su gran
capacidad de resiliencia. Son aquellas que tienen como arma su capacidad de
seguir a flote ante las dificultades y como principal sostén la visión de la
dificultad como aprendizaje.
Ellas saben que la inmunidad al sufrimiento es
imposible y comprenden que las tormentas que hacen a nuestros días oscuros
también son oportunidades para sobreponerse. Por lo que se arman de valor y
continúan, teniendo como mantra proseguir para crecer, a pesar de las
adversidades.
Ser resiliente en el día a día
La resiliencia es un concepto que ha adquirido
gran relevancia en los últimos años. Sobre todo, desde aquellas perspectivas,
como la psicología positiva, que están más interesadas en investigar cuáles son
las características que les permiten a las personas superar una adversidad,
dejando en un segundo plano la comprensión de aquellos factores que aumentan la
probabilidad de un trastorno mental.
Cuando hablamos de resiliencia solemos pensar en
hechos traumáticos, como la pérdida de un ser querido, sobrevivir a un
accidente o a situaciones de maltrato… Pero en nuestro día a día también se dan
situaciones complejas que tenemos que enfrentar. No hace falta que suceda una
catástrofe, superar cualquier dificultad cotidiana como hacer frente a las
críticas, conseguir superarse o comenzar el día con una sonrisa tras una época
de tristeza también es ser resiliente.
Características de las personas resilientes
Hay personas que son resilientes porque han
tenido un ejemplo de resiliencia a seguir, como sus padres o un hermano, pero
otras han aprendido a lidiar y sortear las piedras del camino por sí solas: han
aprendido a partir del ensayo y error, se ha hecho fuertes a partir de sus
propias cicatrices.
Esto nos indica que la resiliencia es una
habilidad que todos podemos desarrollar y, por lo tanto, practicar. Para ello,
es necesario gestionar adecuadamente nuestros pensamientos y emociones.
A continuación, te contamos algunas de las
principales características de las personas resilientes para que puedas
comenzar a entrenarlas:
1.
Saben adaptarse a los cambios.
Las personas resilientes tienen, como los juncos,
la capacidad de ser flexibles cuando el viento azota con fuerza. Saben que ir
en contra de las circunstancias las hará perder energía y optan por tener una
mente abierta.
Se desprenden de sus viejas creencias, prejuicios
e inseguridades para vestirse con nuevos trajes que los acompañen en los
momentos de cambio. Pero no se adaptan por resignación, sino porque saben que
existen otros mundos diferentes que no por ser distintos son erróneos.
2. Se apoyan en sus fortalezas.
Las personas resilientes se conocen. Saben qué es
aquello que les hace daño y les molesta y comprenden que el soporte fundamental
de su bienestar depende de cuidarse a sí mismas. Las personas resilientes saben
identificar sus debilidades, pero también sus fortalezas para ponerlas en
marcha cuando sea necesario.
Utilizaran sus ganas de luchar, su motivación, su
esfuerzo y sus habilidades como los cimientos para seguir adelante. Pero, sobre
todo, se respetan a sí mismas y se tienen en cuenta porque saben que conocerse
es el paso fundamental para crecer y establecer relaciones sanas con los demás.
3. Saben que aceptar es necesario
para avanzar.
Las personas resilientes saben que la aceptación
es la compañera aliada del avance y el cambio. Porque solo cuando aceptamos lo
que nos ocurre podremos comenzar a trabajar para mejorarlo. De otra manera, si
lo negamos, lo único que hacemos es darle más fuerza.
4. Consideran que nadie es inmune al
sufrimiento.
Ser resiliente no quiere decir que una persona no
tenga heridas, sino que a pesar de ellas la situación adversa le ha sido
instructiva de algún modo. Ha sido capaz de aceptar el dolor y en lugar de
sumergirse en él, ha optado por aprender.
Como ves, ser resiliente puede aprenderse y
entrenarse. De hecho, tendría que ser una enseñanza fundamental en las
escuelas. Siempre vale la pena aprender estrategias para mejorar y seguir
creciendo y la resiliencia es esa capacidad que nos permite ser fuertes a pesar
de que el viento azote con fuerza, adaptándonos lo mejor posibles a los baches
que conforman las pérdidas, las decepciones, los traumas y los fracasos.
Tú también eres resiliente, no lo olvides ¿o es
que no has superado ninguna dificultad o situación en tu vida? Piensa y
recuerda en aquella vez que fuiste valiente y a pesar del miedo, te lanzaste a
la piscina…
Fuente: lamenteesmaravillosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario