Si este es tu pensamiento o tu secreto a voces, y
te visualizas disfrutando de un septiembre lleno de rutinas, o incluso cogiendo
un avión tu solo/a a cualquier paraíso del descanso en soledad. Si además te
encuentras lleno de gente en casa, o de visita en casa de la familia propia o
política y justo este año no era el más indicado, y de repente te sorprendes
más irascible, incómodo, encuentras cualquier razón para salir a hacer recados,
o incluso para trabajar… Bienvenido@ al club saludable y normal de necesitar un
respiro y haber saciado nuestras necesidades y deseos familiares.
La vida, ya me habéis escuchado en alguna
ocasión, se disfruta más por el simple hecho de tener contrastes, la gente descansa cambiando de actividad, el
cuerpo necesita autoatenderse, y esta época convulsa que hemos vivido y que de
alguna manera seguimos “disfrutando” nos ha traído entre otras cosas mucho
tiempo para la familia, y quizás en exceso en algunos casos.
En otros casos mucho estrés laboral, y luego se
suma a la conciliación del estrés familiar, y para sumarle un poco más en
ocasiones, unas vacaciones familiares que justo este año quizás estaban un poco
de más.
Porque siendo sincera, me he encontrado que con
esta situación son muy pocas personas las que se están manejando cómodamente y
con calma, el que no tiene miedo (y normal), está con ansiedad, el que niega lo
que ocurre incomoda al resto y no comprende a los demás, las parejas que
necesitan un descanso no tienen donde dejar a los hijos por proteger a los
mayores de la familia, y si acudimos con ellos, parece aumentarse la energía
tensionada que en ocasiones ya tenemos otros años por la convivencia.
Es decir que hemos pasado muchas ganas de vernos,
nos hemos dado un abrazo, pero el sentimiento es mejor cada uno para su casa, y
por favor que vuelva la rutina que todos la necesitamos, unos físicamente,
otros de espacio, otros de incertidumbre y otros mentalmente para sentir orden
de nuevo en su vida.
Por lo tanto, si en este momento leyendo esto te
sientes identificado, no te preocupes, eres humano y es algo absolutamente
normal.
Algunos consejos que te ayudarán
Te daré algunos tips, para que en la medida que puedas los pongas en práctica sin sentirte culpable.
Pues para aliviar este momento, y tomarlo como algo positivo y que sea una experiencia interna en casa que siempre recordemos, pero por el poso de unión que nos reportó te dejo unos consejos para que puedas poner en práctica:
1. Más que nunca: respeto: es importante mantener las formas y tener muy
presente que el respeto es la base de toda buena convivencia. Quizás este es el
mejor momento para ponerlo en práctica. Recuerda que probablemente todo tu
hogar esté en una situación similar, y tu entorno, y la gente que observas por
la calle… esto es algo que está muy generalizado, por lo que si tomamos
consciencia y nos atendemos y cuidamos a nuestro cuerpo afrontado esta prueba,
nos respetamos, y ejercemos respeto sobre los demás y sobre la situación, esto
nos fortalecerá.
2. Desarrollar Fortaleza mental: “dar lo mejor de uno”, es importante que nos
grabemos como si de un programa nuevo se tratase en nuestro cerebro que es
momento de ser nuestra mejor versión, dar lo mejor de nosotros dentro del
hogar, ese será nuestro grano de arena. Es importante convertirnos en esa
pareja que desearíamos tener, en ese familiar que me gustaría tener cerca, y en
esa persona que va a hacer mi vida más fácil.
3. Desarrollar más que nunca la
comunicación asertiva: es
importante en los periodos de convivencia intensiva trabajar y atender mucho a
la comunicación, qué decimos, cómo lo decimos, qué entonación, qué queremos
decir, cuánto nos quejamos, cuanto aportamos de energía negativa…y todo eso
transformarlo en energía positiva, en ser personas que suman, en decir las
cosas con el mayor tacto posible, ahora más que nunca es muy importante dejar
de lado las discusiones y centrarnos en pedir las cosas por favor, agradecer, y
comunicar de manera amable aquello que nos incomoda o que puede ser cambiado.
4. Practica deporte, camina, respira
o haz meditación a diario. Cuando
la batería empieza a agotarse o estamos entrando en números rojos de nuestra
energía es importante recargarnos, con descanso mental, con meditación, con
entretenimiento, con distensión, con meditación, deporte, baile, o pasear
sintiendo… Puede que sientas que no tengas tiempo, pero si coges una hora de ma
la mañana o de la noche probablemente te des cuenta de los beneficios que esto
tiene sobre ti, sobre tu estado de ánimo y sobre tu salud general, es momento
de moverse y ayudar a la mente a despejarse y a las emociones a regularse.
5. Vivir con mucha amabilidad y
paciencia. Si algo es
importante en los contextos de convivencia es aplicar mucha paciencia, mucha
comprensión y mucha amabilidad. Es preferible prevenir y formar una corriente
de energía positiva, y de unión, respetar espacios, y momentos, pero también es
importante tener mucha paciencia con cosas que nos van a suceder en el día a
día, pues que no nos levantemos bien, que las noticias nos generen malestar,
que la preocupación económica esté muy presente y nos produzca inquietud.
Piensa que teniendo una mala convivencia o desahogando en casa muchas emociones
de manera desadaptada lo único que se consigue es empeorar las cosas, por lo
que aprender a relajarse, aprender a decir que en determinadas situaciones
necesitamos un rato a solas, para leer, para descansar, para respirar o para
escuchar música es mucho más saludable y además comprenderlo en el otro
también.
6. Hacer horario de uso de espacios y
tiempos propios. Otro factor
que puede incomodar mucho la convivencia y que tiene solución, es la sensación
de estar todo el día con “alguien pegado”, el agobio por ir al baño y que
alguien te vaya a buscar, estar en el salón siempre con alguien que quiere que
le atiendas constantemente…, es decir no tener un espacio en el día a día en el
que estar a solas o en silencio, o aburriendote y enseñando a aburrirse a tu
familia.
Esto es importante atenderlo, y también hablarlo
con cariño y normalidad en familia o con tu pareja, el hecho de establecer
turnos y horarios, o turnos de tiempos de distensión, si es el caso de tener
niños pequeños y turnaros, o espacios de descanso en una parte de la casa, en
nuestro dormitorio por ejemplo leyendo o haciendo lo que queramos mientras “el
otro” , tu socio y compañero de vida, te sustituye con los pequeños. En el caso
de que los hijos son mayores, delimitar espacios donde podamos convivir cómodos
en cuanto a volumen de música, enfados entre ellos, u otras costumbres
personales de amigos, videojuegos, etc… O incluso en los momentos de vacaciones
en familia con más personas (cuñados, suegros, padres, otros amigos…) poder
tener una rutina diaria y transparente de espacio personal, descanso e
intimidad.
7. Poner todo de nuestra parte, no
entrar en discusiones.
Recomiendo como una actitud inteligente, no entrar en discusiones, en esta
ocasión no merece la pena, y al final el problema será la discusión
seguramente. Por lo que recomiendo dejar de lado las luchas de poder y las
peleas que desgastan, y si comunicarnos y poder expresar lo que sentimos o lo
que necesitamos.
8. Pasar algunos momentos a solas. Lo recomiendo para no sobrecargarnos, busca un
espacio sagrado para ti, una hora al menos al día para estar a solas, bien sea
en el baño, o tu dormitorio o en el salón viendo tu serie, o meditando, leyendo
u organizando tus cositas. Pasa un rato a solas cada día haciendo algo que te
haga sentir bien y te guste.
9. Pensar que esto va a pasar y
mantener la calma. Es muy
importante tener presente que esto va a pasar, sobre todo cuando vengan
momentos de agobio mental, o momentos de pensar qué queremos salir, que
necesitamos calle, libertad, volver a nuestra vida, recuperar la “seguridad”
que percibíamos…pues aquí es muy importante saber que esto va a pasar y
aprovechar la oportunidad para agradecer a la vida todo lo que nos ofrece y nos
ha ofrecido, y muchas veces no somos conscientes de ello. mantengamos esa
actitud de agradecimiento y de felicidad por tener la vida que hemos tenido y a
la que volveremos en algún momento, y si mantenemos la calma, mejor.
Fuente: Vidas en positivo
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