jueves, 29 de septiembre de 2022

Recomendaciones de vacunación frente a COVID-19, otoño de 2022

 

Completar la pauta de primovacunación frente a COVID-19

Es importante recordar a la población que inicie o complete, cuanto antes y según cada caso, la pauta de primovacunación recomendada para su edad, incluso aunque haya pasado la enfermedad.

Vacunación con dosis de recuerdo frente a COVID-19 en otoño de 2022

Se realizan las siguientes recomendaciones en las poblaciones más vulnerables a padecer enfermedad grave por COVID-19 y gripe:

1.   Se recomienda la administración de una dosis de recuerdo frente a COVID-19 a la población de 60 y más años de edad, a las personas internas en residencias de mayores y otros centros de discapacidad y a aquellas con condiciones de riesgo.

La dosis de recuerdo se administrará independientemente del número de dosis recibidas con anterioridad, al menos 5 meses desde la última dosis administrada.

La infección reciente no es una contraindicación ni una precaución para la vacunación frente a COVID-19. Se ha observado una mejor respuesta a la vacunación cuando se respeta un intervalo de tiempo entre la infección previa y la vacunación.

Por ello, en el caso de una infección reciente (con diagnóstico registrado) en personas de 80 y más años de edad, residentes en centros de mayores y personas con alto grado de inmunosupresión se recomienda la administración de la dosis de recuerdo respetando un periodo de 3 meses tras la infección. En el resto de personas de este grupo el intervalo será de al menos 5 meses tras la infección. Esto incluye a las personas con síntomas prolongados posteriores a la COVID-19.

Aquellas personas que no hubieran completado la primovacunación (incluida la dosis adicional en personas con imnunosupresión), la completarán lo antes posible.

En las personas convivientes con aquellas que tienen alto grado de inmunosupresión también se recomienda la administración de una dosis de recuerdo.

2.  También se recomienda la administración de una dosis de recuerdo frente a COVID-19 al personal de los centros, servicios y establecimientos sanitarios, tanto de atención primaria como hospitalaria, pública y privada, personas que trabajan en los servicios de emergencias sanitarias en contacto con pacientes y personal de residencias de mayores o de atención a la discapacidad (haciendo énfasis especialmente en aquel personal en contacto con personas de los grupos de riesgo), por su mayor exposición y posibilidad de transmisión a personas altamente vulnerables, y por la necesidad de garantizar el funcionamiento del sistema sanitario y sociosanitario, sobre todo en los momentos de mayor sobrecarga asistencial. Se administrará la dosis de recuerdo al menos 5 meses desde la última dosis de vacuna recibida o desde la última infección.

3.  Se priorizará la vacunación en residencias de mayores y otros centros de atención a la discapacidad y la población de 80 y más años.

4.  Se recomienda la administración conjunta de las vacunas frente a COVID-19 y gripe, siempre que haya disponibilidad de ambas vacunas. Además, estas vacunas se podrán administrar también conjuntamente con otras, como las vacunas frente a neumococo, en función de la factibilidad.

5.  En personas que no han recibido la pauta completa de primovacunación, se utilizarán vacunas monovalentes mientras haya disponibilidad. Del mismo modo, en los menores entre 5 y 11 años de edad con condiciones de riesgo se utilizará una dosis de recuerdo las vacunas infantiles monovalentes.

6.  La dosis de recuerdo de esta campaña de otoño se realizará con las nuevas vacunas de ARNm bivalentes. Estas vacunas generan protección frente a las subvariantes de ómicron, incluidas BA.4 y BA.5, así como frente a otras variantes que circularon con anterioridad.

 

La fecha de comienzo de la campaña de vacunación será a partir del 26 de septiembre de 2022.

En función de la situación epidemiológica se podrán valorar nuevas recomendaciones de vacunación frente a COVID-19.

 

Condiciones de riesgo consideradas para la vacunación con dosis de recuerdo frente a COVID-19

·      Personas menores de 60 años de edad (ver límite inferior de edad en función de la considerada en la ficha técnica de las vacunas disponibles) con enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas o respiratorias, incluyendo displasia bronco-pulmonar, fibrosis quística y asma.

·      Personas menores de 60 años de edad (ver límite inferior de edad en función de la considerada en la ficha técnica de las vacunas disponibles) con:

·         diabetes mellitus

·         obesidad mórbida (índice de masa corporal ≥40 en adultos, ≥35 en adolescentes o ≥3 DS en la infancia)

·         enfermedad renal crónica y síndrome nefrótico

·         hemoglobinopatías y anemias

·         hemofilia, otros trastornos de la coagulación y trastornos hemorrágicos crónicos, así como receptores de hemoderivados y transfusiones múltiples

·         asplenia o disfunción esplénica grave

·         enfermedad hepática crónica, incluyendo alcoholismo crónico

·         enfermedades neuromusculares graves

·         inmunosupresión (incluyendo las inmunodeficiencias primarias y la originada por la infección por VIH, por fármacos –incluyendo tratamiento con eculizumab-, en los receptores de trasplantes y déficit de complemento).

·         cáncer y hemopatías malignas

·         implante coclear o en espera del mismo

·         fístula de líquido cefalorraquídeo

·         enfermedad celíaca

·         enfermedad inflamatoria crónica

·       trastornos y enfermedades que conllevan disfunción cognitiva: síndrome de Down, demencias y otras. Se hará un especial énfasis en aquellas personas que precisen seguimiento médico periódico o que hayan sido hospitalizadas en el año precedente.

·      Personas institucionalizadas de manera prolongada.

·      Mujeres embarazadas en cualquier trimestre de gestación y mujeres durante el puerperio (hasta los 6 meses tras el parto y que no se hayan vacunado durante el embarazo en esta temporada 2022-2023).

·      Convivientes con personas con alto grado de inmunodepresión.

 

Fuente: Sescam


lunes, 12 de septiembre de 2022

Consejos para evitar caries

 

Podemos afirmar que las caries, son zonas dañadas de forma permanente en la superficie de los dientes que se convierten en pequeñas aberturas u orificios.

Las caries dentales son uno de los problemas de salud más frecuentes en el mundo.

En la edad escolar, aumenta su prevalencia donde en primero de primaria un 46% de los niños presentan caries, en segundo curso un 40,5% y en tercer curso un 77,3% de niños con caries en dientes temporales y un 20,8% en definitivos

Las caries se producen a causa de una combinación de factores, como bacterias en la boca, mala alimentación y limpieza dental deficiente.

Estas bacterias forman una sustancia pegajosa llamada placa, que se pega en los dientes.

La placa que no se elimina de los dientes puede convertirse en una sustancia llamada sarro e irritar las encías produciendo gingivitis y periodontitis, que producen un ácido.

Estos ácidos dañan el esmalte de los dientes, creando orificios en los dientes, esto es a lo que llamamos caries.

La caries dental que no se trata también destruye el interior del diente (pulpa). Esto requiere un tratamiento más extenso o, en el peor de los casos, la extracción del diente.

Los azucares y almidones aumentan el riesgo de caries, siendo una de las causas más comunes de pérdida de dientes.

Los signos y síntomas de las caries varían, según el tamaño y la ubicación. Cuando se comienza a formar una caries, es posible que sea asintomática. A medida que la caries aumenta de tamaño, esta puede provocar signos y síntomas, como los siguientes:

·      Dolor repentino o dolor que se produce sin causa aparente

·      Sensibilidad en los dientes, sobre todo al ingerir alimentos o bebidas frías.

·      Dolor leve a agudo cuando comes o bebes algo dulce, caliente o frío

·      Agujeros o cavidades visibles en los dientes

·      Manchado marrón, negro o blanco en cualquier superficie de un diente

·      Dolor intenso en el momento de la mordedura del alimento.

 Antes de aparecer la caries, y con la presencia de la cavidad u orificio dental, se pueden hacer o recibir selladores.

Esta técnica de sellar los dientes, consiste en cerrar las fosas y fisuras en los dientes con una alta probabilidad de desarrollo de caries para crear una barrera que impida la entrada de las bacterias causantes de la caries.

Los selladores duran entre 5 y 10 años de media, siempre han de ser revisados en la revisión anual con nuestro dentista.

¿Cómo prevenir la caries y enfermedad periodontal?

Tomaremos medidas, para favorecer una buena salud bucodental, donde deberemos:

·      Realizar una correcta higiene dental diaria, insistiendo en el uso del hilo dental y/o los cepillos interdentales, y un mínimo de 3 veces al día.

·      Mantener una dieta equilibrada, limitando la ingesta de dulces y refrescos, especialmente en lo que se refiere a su frecuencia.

·      Masticar chicles sin azúcar y, si es posible, que contengan xilitol, ya que puede ayudar a prevenir las caries.

·      Uso de tratamientos específicos con flúor para pacientes de alto riesgo bajo prescripción y control de su dentista. Se recomienda la pasta de dientes fluorada.

·      Colocar selladores de fisuras en la boca o los dientes: utilizados para tapar las zonas retentivas de bacterias en los dientes posteriores, con el objetivo de prevenir la caries.

·      Si existe sequedad bucal, utilizar sustitutos salivares y beber agua.

·      No beber, no comer, tras el cepillado de la noche.

·      Se debe de cepillar la lengua, ya que la superficie exterior de la lengua está cubierta con bacterias que pueden contribuir en particular al mal aliento.

·      Es aconsejable cambiar el cepillo dental cada tres meses, para que sea eficaz en la higiene dental.

·      Iniciar a los niños en el hábito del cepillado de forma precoz, se recomienda a partir de los dos años de edad. Tan solo un 10% de los niños entre 6 y 12 años se cepillan los dientes a diario y un 60.6% de los pequeños se cepillan los dientes antes de irse a dormir.

·      Evitar el alcohol y el tabaco, incluido el tabaco masticado.

·      Mantener una alimentación variada y equilibrada, reduciendo el exceso de alimentos y bebidas azucaradas y aumentando el consumo de frutas y verduras para fortalecer dientes y encías de manera natural.

·      Debemos de evitar los siguientes alimentos, que nos dañan los dientes de forma brusca:

o   Caramelos duros y azucarados

o   Bebidas ácidas, como son las bebidas energizantes y gaseosas o carbonatadas.

o   Dulces con una gran cantidad de azúcar

o   Los alimentos a base de almidones, como las pastas, el arroz, dañan los dientes porque se metabolizan en azúcares que producen ácidos que desgastan el esmalte dental.

o   Masticar hielo, puede romper nuestro esmalte de los dientes.

o   Masticar frutos secos duros.

o   Evitar el Café, alcohol, kétchup, salsa de soja y vinagre balsámico.

Existen alimentos muy útiles para prevenir la caries, como son:

·      Frutas

De entre las frutas, las mejores son las manzanas, ya que al masticarlas su acción se asemeja a la de cepillarnos los dientes, además de sus virtudes saludables. Después de consumir frutas muy dulces o pegajosas (plátano, uvas…) es preferible lavarse siempre los dientes.

·      Verduras

Al igual que sucede con las frutas, las verduras son muy útiles contra la caries. Aunque todas sirven, algunas de las mejores son la zanahoria y el apio.

·      Queso

El queso tiene la capacidad de neutralizar la formación de ácidos (que deterioran el esmalte). Por ello es ideal consumirlo como postre o último alimento, siendo una fuente de calcio, importante para el desarrollo de unos dientes sanos.

 

Fuente: DeustoSalud

 

viernes, 9 de septiembre de 2022

Tipos de trastornos del lenguaje.

 

Qué tipos de trastornos del lenguaje existen?

Cuando hablamos de tipos de trastornos del lenguaje específicos, hablamos de la dificultad de los niños en su habla y de las causas que producen dificultades a nivel oral.

Los trastornos que tienen que ver con el lenguaje pueden ser de tres tipos:

·      Trastornos del lenguaje receptivo, los cuales representan la incapacidad de comprensión del niño.

·      Trastornos del lenguaje expresivo, los cuales dificultan la capacidad de expresar pensamientos e ideas.

·      Trastornos mixtos, los cuales representan la incapacidad tanto para hablar como para entender correctamente.

También existen trastornos del lenguaje escrito, los cuales se refieren a las dificultades relacionadas con procesos de lectura y/o escritura, que pueden darse, o bien por pérdida de la habilidad, o bien por dificultades en el desarrollo de estas habilidades.

Algunas causas de estos trastornos son desconocidas, y algunas otras pueden provenir tanto de retrasos en la coordinación ojo-mano, como de dificultades de concentración, de déficits en la memoria visual o de problemas de procesamiento cognitivo.

Hay algunos síntomas que nos pueden alertar de un trastorno de expresión escrita, tales como:

·      Mala letra, letra ilegible o mal formación de letras o números.

·      Excesivos errores de ortografía, gramática y/o puntuación.

·      Frases inconexas o frases sin sentido.

Los trastornos de lenguaje escrito más importantes 

·      La dislexia, que se detecta a través de dificultades severas de adquisición del lenguaje escrito en niños con una inteligencia normal y que no presentan trastornos sensoriales ni afectivos graves. En la dislexia hay una dificultad de lectura y se cometen errores al cambiar letras, omitir sílabas o bien se inventan palabras.

·      Disortografía, que se manifiesta a través de una fuerte dificultad de asimilación de las reglas ortográficas y una alteración espontánea de la escritura.

·      Disgrafía, lo cual es un trastorno parcial y específico del proceso de escribir y que se manifiesta en una insuficiencia para asimilar y utilizar los símbolos gráficos del lenguaje, lo cual termina por afectar a la calidad de la caligrafía.

Todos los trastornos del lenguaje se pueden tratar, a través del trabajo de aspectos como la lateralidad, la grafomotrocidad, la orientación espacial y la motivación.

¿Cuáles son los trastornos del lenguaje en los niños?

El trastorno del lenguaje en los niños abarca el trastorno del lenguaje expresivo, que consiste en darse a entender o comunicar su mensaje a otros, y el trastorno del lenguaje receptivo, que consiste en entender el mensaje proveniente de otros.

Uno de cada veinte niños tiene síntomas de un trastorno del lenguaje.

Es muy importante tener en cuenta que, si la causa se desconoce, se trata de un trastorno del desarrollo del lenguaje.

Los problemas relacionados con las habilidades lingüísticas receptivas comienzan en torno a los 4 años y hay que tener en cuenta que algunos trastornos del lenguaje mixtos son ocasionados por lesiones cerebrales, las cuales a veces se diagnostican de manera errónea como trastornos del desarrollo.

Los trastornos del lenguaje también pueden ocurrir en niños con otros problemas del desarrollo, tales como los trastornos del espectro autista, las pérdidas de audición o las dificultades de aprendizaje, o bien ser causados por un daño en el sistema nervioso central, lo cual produce una afasia.

No hay que confundir los trastornos del lenguaje con un retraso en el lenguaje, pues en este último caso, el niño lo único que sufre es un retraso en el habla y el lenguaje.

El trastorno específico del lenguaje, también conocido como trastorno del desarrollo del lenguaje o también conocido como retraso del lenguaje o disfasia del desarrollo, es un trastorno de la comunicación que interfiere en el desarrollo de las habilidades del lenguaje en niños que no sufren una pérdida de audición o discapacidad intelectual y que puede afectar tanto al habla, como a la capacidad para escuchar, la capacidad de lectura o la capacidad de escribir de los niños. Este es uno de los trastornos del desarrollo más frecuentes en niños y afecta aproximadamente a un 7% o un 8% de los niños que van a la guardería. En la mayoría de los casos, los efectos de este trastorno continúan también en la edad adulta, pero en muchos casos desaparecen y mejoran con el tiempo.

 

Fuente: DeustoSalud


jueves, 8 de septiembre de 2022

Por qué se forman las varices y consejos para tratar los posibles síntomas

 

Las varices son venas hinchadas y retorcidas que pueden verse bajo la piel. Aunque no suelen causar problemas de salud, en ocasiones pueden provocar dolores y precisar de tratamiento. Os explicamos por qué aparecen y cómo hacer ejercicio de forma regular, no permanecer sentado o de pie durante mucho tiempo o elevar las piernas al descansar puede aliviar los síntomas.

¿Por qué se forman las varices?

Las venas tienen válvulas que ayudan a mantener la sangre fluyendo en una sola dirección hacia su corazón. Si las válvulas están débiles o dañadas, la sangre puede detenerse y acumularse en las venas. Esto hace que se hinchen, lo que puede conducir a la formación de varices.

Las varices (o venas varicosas) pueden ser azules, rojas o del color de la piel. Las más grandes pueden parecer cuerdas y hacer que la piel sobresalga.

De las piernas al recto: en qué partes del cuerpo suelen aparecer las varices.

Por lo general, las varices se encuentran en los muslos, la parte posterior y frontal de las pantorrillas o la parte interior de las piernas cerca de los tobillos y los pies. Durante el embarazo pueden aparecer alrededor de la zona interna del muslo, la parte inferior de la pelvis y las nalgas.

Aunque suelen aparecer en las piernas, también se pueden formar en otras partes del cuerpo. Las hemorroides, por ejemplo, son un tipo de variz que se desarrolla en el recto. Las personas que tienen enfermedad del hígado también pueden tener varices en la zona del abdomen.

Tener sobrepeso, estar embarazada y otros factores de riesgo.

Las varices afectan a casi el doble de mujeres que de hombres y esta incidencia suele aumentar durante el embarazo, en este periodo, se bombea más sangre a través del cuerpo para ayudar al bebé. La sangre adicional puede hacer que las venas se agranden y, al crecer, el útero también ejerce presión sobre las venas. Las varices pueden aparecer alrededor de la vagina y las nalgas.

También tienen un mayor riesgo de tener varices las personas mayores o quienes permanecen sentados o de pie durante períodos prolongados, llevan un estilo de vida sedentario o tienen antecedentes familiares con várices o trombosis venosa profunda (se produce cuando se forma un coágulo de sangre en una o más venas profundas del cuerpo).

Consejos para prevenir y tratar las varices

Aunque su aparición no puede evitarse por completo, ya que tiene un gran componente genético, se pueden seguir algunos hábitos para mejorar la circulación y prevenir las varices.

Se recomienda evitar usar zapatos de tacón muy alto o planos con frecuencia y ropa ajustada, practicar ejercicio físico a diario, evitar exposiciones prolongadas a fuentes de calor, mantener una alimentación saludable, elevar los pies unos 15 centímetros para que descansen y utilizar medias de compresión (que aplican una presión suave en las piernas para ayudar a prevenir la hinchazón).

En algunos casos, las varices pueden afectar a la calidad de vida. Para aliviar sus síntomas, los expertos consultados también aconsejan adelgazar si se tiene sobrepeso u obesidad y no permanecer mucho tiempo seguido de pie o sentado en casa y en el trabajo. Se aconseja tomarse un descanso cada 30 minutos para ponerse de pie y caminar.

Las venas varicosas rara vez son una afección grave y, por lo general, no requieren tratamiento. Se debe acudir al médico si las varices causan dolor o malestar o perturban el sueño y si la piel sobre ellas está irritada, también

si se experimenta pesadez, picor o edemas (hinchazón) en la zona, si las varices son visibles, si la piel adquiere un color marrón o ante la aparición de úlceras.

Si los síntomas perduran, existen varios tratamientos. Entre los más comunes, la ablación endotérmica (que consiste en usar calor para sellar las venas afectadas), la escleroterapia (se utiliza una espuma especial para tratar las varices) y la extirpación quirúrgica de las venas afectadas.

El objetivo de estos tratamientos, es también mejorar el aspecto de las varices y prevenir las complicaciones graves, como las úlceras o llagas cutáneas, la trombosis venosa profunda, los cambios de color en la piel y el sangrado.

 

Fuente: DKV