martes, 13 de julio de 2021

El CGE y ANENVAC recomiendan a mujeres embarazadas y durante la lactancia materna vacunarse frente al COVID-19

 

Cuando ya todas las comunidades autónomas están vacunando a los menores de 40 años, llega el turno también de las mujeres embarazadas o que prevean estarlo, pues el criterio que prima es el de la edad. Ante esta situación, la Organización Colegial de Enfermería siguiendo con su campaña de educación para la salud a los ciudadanos, ha elaborado una infografía y un vídeo animado, en colaboración con la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANENVAC), para resolver todas las dudas que plantean sobre la vacunación frente al COVID-19.

En un primer momento las embarazadas quedaron excluidas de la vacunación frente al COVID-19, porque no había estudios científicos que la avalaran. Sin embargo, con el paso del tiempo y el avance de la evidencia científica lo primero que debemos tener claro es que las vacunas de ARN mensajero, que son las que se han analizado en este colectivo, son seguras y eficaces también para las mujeres embarazadas, por lo que enfermeras y matronas -enfermeras especialistas en Ginecología y Obstetricia- deben recomendar la vacunación a las pacientes en sus consultas, tanto en el embarazo como en la lactancia.

Con esta vacuna estamos protegiendo a la mujer de los riesgos derivados de infectarse por coronavirus durante el embarazo, evitando así que se convierta en un embarazo de riesgo. Si se contagia durante la gestación tiene más riesgo de desarrollar un COVID-19 grave, pero también de parto prematuro, preeclampsia y trombos.

En la infografía se cubren todos los aspectos relacionados con la vacunación para mujeres en edad fértil, tanto antes del embarazo, como en la lactancia o en caso de tratamientos de fertilidad. Así, según la última evidencia disponible, lo que sabemos es que no es necesario ni posponer ningún tipo de tratamiento de fertilidad o de fecundación in vitro, ni esperar ningún tiempo para buscar el embarazo. La vacuna ni causa infertilidad ni aumenta el riesgo de aborto espontáneo. La única precaución es evitar la vacunación tres días antes y después de someterse a una recuperación de ovocitos, transferencia de embriones o inseminación, pero por poder vigilar mejor los posibles efectos secundarios del tratamiento, no porque suponga ningún problema con la vacunación. Tampoco supone ningún tipo de inconveniente con la lactancia, más bien al contrario, pues a través de la leche materna, la inmunidad que adquiere la madre se transmite al bebé.

Al final, la última decisión será de la madre, pero en caso de duda recomiendan que valore con su matrona o con el profesional sanitario de referencia que controle su embarazo, su nivel de riesgo a la exposición, pues no es lo mismo estar teletrabajando que atendiendo al público, así como los riesgos de contraer la enfermedad tanto para la madre como para el bebé, así como los beneficios que ya se conocen de la vacunación y la evidencia creciente de la seguridad de la vacuna en el embarazo.

 


Fuente: Consejo General de Enfermería

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