El estrés es una reacción del organismo ante a
una situación amenazante que desafía nuestra estabilidad. Se trata de una
respuesta adaptativa que nos ayuda a prepararnos ante el peligro, pero cuando
esta situación de alerta se mantiene, se convierte en un problema a nivel
físico y emocional.
Según datos recientes del Instituto Nacional de
Estadística (INE), España es el tercer país europeo con más estrés laboral,
alcanzando casi al 60% de los trabajadores.
Diferencia entre estrés laboral y presión
Es importante diferenciar entre estrés y presión,
ya que a menudo se plantean como sinónimos. La presión es un aspecto normal de
nuestras vidas y hace referencia al compromiso y la exigencia que una persona
adopta con los diferentes retos de su vida para intentar hacer las cosas lo
mejor posible.
Todos necesitamos un cierto nivel de presión para
trabajar bien, pero hay quien necesita más (o menos) presión para conseguir un
rendimiento laboral óptimo. El estrés puede darse cuando una situación nos
supera, pero también cuando el reto que se nos plantea no es suficientemente
estimulante.
Esta presión puede ser:
·
Interna:
querer hacer bien el trabajo.
·
Externa:
cuando hay plazos de entrega, criterios de valoración de supervisores, etc.
¿Cuáles son los síntomas de sufrir estrés
laboral?
El estrés responde a cuatro niveles:
Síntomas
fisiológicos
En un estado de peligro inminente el cuerpo se
prepara para luchar o huir del peligro/estresor, provocando un estado interno
de alerta:
·
Las pupilas se
agrandan para mejorar la visión y el oído se agudiza
·
Los músculos
se tensan para responder al desafío,
·
Aumenta la
presión sanguínea bombeando la sangre preferentemente hacia la cabeza para
optimizar el nivel de oxígeno en las células y agilizar así los procesos
mentales.
·
La frecuencia
cardiaca y respiratoria aumentan y también la producción y secreción de
adrenalina. A corto plazo estas reacciones nos ayudan a adaptarnos a las
exigencias del entorno.
Sin embargo, cuando el estado de alerta se
mantiene y nos quedamos sin recursos eficientes para afrontarlo, aparece el
estrés crónico, que produce síntomas físicos como:
·
Insomnio
·
Pérdida o
aumento del apetito
·
Dolores de
cabeza
·
Agotamiento o
falta de energía
·
Problemas
musculoesqueléticos en espalda y cuello
·
Problemas
menstruales, sexuales, intestinales o estomacales
·
Alergias
·
Presión
arterial alta
·
Insuficiencia
cardíaca
·
Diabetes
Síntomas
emocionales
·
Tristeza
·
Frustración
·
Miedo
·
Ansiedad y
ataques de pánico
·
Irritabilidad
·
Confusión o
embotamiento,
·
Desmotivación
Síntomas a
nivel cognitivo
·
Pensamientos
rumiativos
·
Excesiva
autocrítica
·
Problemas de
memoria
·
Reducción de
la capacidad de solución de problemas y de aprendizaje
·
Reducción de
campo de percepción
·
Falta de
concentración
·
Preocupación
catastrófica por el futuro
·
Exceso de
autocrítica
Síntomas que
afectan a la conducta
·
Aislamiento
social
·
Ingesta
compulsiva de alimentos
·
Aumento de
sustancias tóxicas (alcohol, tabaco, drogas…)
·
Reducción del
rendimiento laboral
Causas de estrés en el trabajo
Algunos de los principales activadores de estrés
son:
·
Elevadas
exigencias en el rendimiento (contradictorias o poco claras).
·
Responsabilidades
o roles poco definidos o cambiantes.
·
Sobrecarga de
trabajo y falta de tiempo.
·
Falta de
participación en la toma de decisiones que afectan al trabajador.
·
Largas
jornadas laborales o con pocos descansos.
·
Trabajo poco
estimulante.
·
Exposición a
riesgos físicos.
·
Aumento de la
competencia y la competitividad.
·
Pocas
probabilidades de promoción.
·
Falta de apoyo
de supervisores y/o los compañeros o comunicación deficitaria.
·
Dificultades
para compaginar la vida laboral con la familiar.
·
Violencia
verbal o física. Acoso psicológico (mobbing) o sexual.
También cabe mencionar la explosión súbita del
teletrabajo. La prestación de servicios a nivel virtual, los equipos en remoto,
las dificultades tecnológicas, etc. han generado que muchos trabajadores tengan
que aprender una forma nueva de trabajar, a menudo con dinámicas mucho más
exigentes.
Consejos para afrontarlo
Para afrontar el estrés laboral es fundamental
ampliar el repertorio de estrategias de afrontamiento, para así posibilitar la
readaptación y recuperar la salud biopsicosocial.
La Asociación Americana de Psicología propone las
siguientes recomendaciones para afrontar el estrés laboral:
·
Identifica tus
estresores: haz un registro diario de las situaciones estresantes que se han
dado, dónde sucedió, quiénes estaban presentes, cómo reaccionaron, los
pensamientos que te generó y tus sentimientos.
·
Desarrolla
respuestas saludables: ejercicio físico, aficiones, hábitos de sueño y
alimentación saludables, reducción de estimulantes…
·
Pon límites:
no mezcles vida profesional y personal (por ejemplo, respondiendo mails durante
la cena).
·
Tómate un
tiempo para desconectar: es importante descansar tanto dentro del horario
laboral como también en forma de vacaciones o días libres. Date tiempo.
·
Aprende a
relajarte: haz una cosa detrás de otra, no todo a la vez. Meditación, mindfulness
o ejercicios de respiración pueden ayudar.
·
Habla con tu
supervisor: comunica tus necesidades y estableced juntos un plan de acción para
problemas concretos.
·
Busca apoyo en
familia y amigos.
·
Busca ayuda
psicológica profesional si todo lo anterior es insuficiente.
Lo que debes
saber…
·
El estrés
laboral puede darse cuando una situación nos supera, pero también cuando el
reto que se nos plantea no es suficientemente estimulante.
·
La explosión
súbita del teletrabajo se ha convertido en un factor generador de estrés
laboral, pues ha hecho que muchos trabajadores tengan que aprender una forma
nueva de trabajar, a menudo con dinámicas mucho más exigentes.
·
Identificar
nuestros estresores, aprender a poner límites y a relajarse, buscar apoyo de
otros… son estrategias para adaptarnos y aprender a lidiar con el estrés
laboral.
Fuente: MapfreSalud
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