martes, 25 de mayo de 2021

¿Cuándo empiezan los niños a hablar?

A los tres meses suelen empezar a gritar. Poco después comienzan a balbucear y al año, a decir sus primeras palabras.

El desarrollo del lenguaje comienza con la comprensión y sigue con la expresión: Se inicia con la escucha y la mirada, con los sonidos y los gestos, y luego con las palabras y las frases.

¿Cómo aprende el niño a hablar?

El niño aprende a hablar porque está con gente que habla con él desde que nace o incluso desde antes. Para un buen desarrollo del lenguaje es necesario que la madre, el padre o los hermanos hablen con el niño. También que le transmitan el mensaje verbal con un gesto amable y le cuenten lo que pasa en su ambiente.

La etapa prelingüística es la que va desde que nacen hasta los 18 meses. Desde un primer momento pueden bostezar o suspirar y poco después empiezan a imitar melodías y sonidos del adulto o a emitir sonidos graves (gruñidos) o muy agudos (chillidos).

Etapa del habla en los niños

Los niños comienzan a gritar a partir de los tres meses de vida: Aquí es donde se dan cuenta que tienen voz y empieza a llamarles la atención.

Cerca de los seis meses se produce un balbuceo, donde le escucharemos todo el tiempo decir “bababababa”, “gagagaga”, “papapapa”... Dependerá del bebé y con qué se encuentre más cómodo.

Al balbuceo le sigue la “fase de jerga”, en la que el bebé puede sonar como si dijera algo, pero su discurso no sonará como palabras reconocibles. Las primeras palabras con significado suelen empezar alrededor de los 12 meses.

A partir del año este balbuceo se irá transformando en las palabras que más empezará a usar. Por ejemplo, “papá”, “mamá”, “pis”, “pan” o “caca”. Aproximadamente a los 18 meses ya debería tener un repertorio de aproximadamente 20 palabras.

De los 18 meses a los dos años la mayoría de los niños empiezan a unir dos palabras en frases cortas. El niño entenderá gran parte de lo que sus padres dicen y ellos pueden entender la mayor parte de lo que su hijo dice. Las personas desconocidas entenderán aproximadamente la mitad de lo que diga.

A partir de los dos años...

Desde los dos años los menores empiezan a asociar varias palabras, a utilizar la entonación y a hacer frases algo más complejas utilizando el orden sustantivo-verbo-adjetivo.

A partir de los tres años su vocabulario crece: puede saber hasta 600 o 1.000 términos. Puede esperar conversaciones más largas y complejas sobre los pensamientos y sentimientos de su hijo. 

El niño puede preguntar sobre cosas, personas y lugares que no tiene delante. Por ejemplo, podría decir “¿también llueve en casa de la abuela?”. Además, es posible que comprenda la gramática básica y empiece a utilizar frases con palabras como “porque”, “si”, “así” o “cuando”.

Eso sí, a la hora de aprender a hablar, cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje. Puede ser normal que un niño haga frases de 2 palabras a los 15 meses o que las haga a los 24 meses, de la misma forma que unos niños andan con 10 meses y otros con 17 meses, aunque lo más normal sea que anden a los 12 o 13 meses.



domingo, 23 de mayo de 2021

Quitar la lactosa de la dieta sin ser intolerante

 

Ahora nos habéis preguntado si puede ser perjudicial retirar la lactosa de la dieta si no se es intolerante. Pues sí. Al hacerlo de forma prolongada, una persona que tiene tolerancia a la lactosa podría llegar a perderla.

¿Qué es la lactosa?

Para contestar a esta pregunta, empezaremos por explicar qué es la lactosa. Desde el Comité de Alergia a Alimentos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) indican que la lactosa es un azúcar y es la principal fuente de hidratos de carbono de la leche de los mamíferos. Por ejemplo, de las vacas, las cabras o las ovejas. También está en la leche humana.

La lactosa está formada por dos moléculas más sencillas que son la glucosa y la galactosa. “Para que la lactosa pueda ser absorbida a nivel intestinal, tiene que actuar una enzima llamada lactasa que se encuentra en las células que recubren el intestino delgado (enterocitos) y se encarga de dividir a la lactosa en sus dos componentes”, indican.

Estas moléculas “son más pequeñas que la lactosa y pueden ser absorbidas y pasar a la sangre, que se encarga de transportarlas hasta los tejidos para servir como fuente de energía”. Es decir, la lactosa es una fuente de energía para las células.

En el caso de las personas con intolerancia a la lactosa, el organismo no produce suficiente lactasa. Al no poder digerir bien la lactosa, pueden experimentar “distensión abdominal, gases o diarrea”.

¿Puede ser peligroso quitar la lactosa de la dieta si no somos intolerantes?

“Sí, en condiciones normales la producción de lactasa por las células intestinales (enterocitos) es adaptativa, es decir, si se mantiene el estímulo se mantiene la producción”, responden desde la SEAIC.

Si se suprime voluntariamente la lactosa de la dieta durante un tiempo prolongado, esto “podría generar una disminución en la producción de lactasa”. “En consecuencia, una persona que tiene una tolerancia a la lactosa puede llegar a perderla”, añaden, “el consumo de lácteos se remonta a los inicios de la ganadería y productos como la leche, el queso y el yogur han formado parte de la dieta de la mayoría de las civilizaciones y culturas desde el Neolítico, hace miles de años”. Según cuenta, reducir el consumo de lácteos en nuestra dieta a diario puede hacer difícil alcanzar “las cantidades recomendadas de calcio biodisponible”.

Es importante no autodiagnosticarse ni eliminar alimentos de nuestra dieta “por probar”, como los alimentos sin gluten o sin lactosa. Al hacerlo podemos estar sustituyendo alimentos saludables por otros que no lo son y complicamos las elecciones alimentarias.

En este caso, además, “perdemos la capacidad de producir lactasa” y es posible que retrasemos o enmascaremos un diagnóstico: “Podemos acertar y que sea una intolerancia, pero puede ser cualquier otro problema de salud”.

Sólo se deberá reducir o eliminar la lactosa de la dieta en aquellos casos que la persona presente malabsorción y síntomas de intolerancia a la lactosa, pero esta reducción o eliminación siempre deberá ser adaptada a las características y umbral de tolerancia de cada individuo.


Fuente: DKV

 

lunes, 17 de mayo de 2021

Síntomas de estrés laboral ¿Cómo superarlo?

 

El estrés es una reacción del organismo ante a una situación amenazante que desafía nuestra estabilidad. Se trata de una respuesta adaptativa que nos ayuda a prepararnos ante el peligro, pero cuando esta situación de alerta se mantiene, se convierte en un problema a nivel físico y emocional.

Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), España es el tercer país europeo con más estrés laboral, alcanzando casi al 60% de los trabajadores.

Diferencia entre estrés laboral y presión

Es importante diferenciar entre estrés y presión, ya que a menudo se plantean como sinónimos. La presión es un aspecto normal de nuestras vidas y hace referencia al compromiso y la exigencia que una persona adopta con los diferentes retos de su vida para intentar hacer las cosas lo mejor posible.

Todos necesitamos un cierto nivel de presión para trabajar bien, pero hay quien necesita más (o menos) presión para conseguir un rendimiento laboral óptimo. El estrés puede darse cuando una situación nos supera, pero también cuando el reto que se nos plantea no es suficientemente estimulante.

Esta presión puede ser:

·         Interna: querer hacer bien el trabajo.

·         Externa: cuando hay plazos de entrega, criterios de valoración de supervisores, etc.

¿Cuáles son los síntomas de sufrir estrés laboral?

El estrés responde a cuatro niveles:

Síntomas fisiológicos

En un estado de peligro inminente el cuerpo se prepara para luchar o huir del peligro/estresor, provocando un estado interno de alerta:

·         Las pupilas se agrandan para mejorar la visión y el oído se agudiza

·         Los músculos se tensan para responder al desafío,

·         Aumenta la presión sanguínea bombeando la sangre preferentemente hacia la cabeza para optimizar el nivel de oxígeno en las células y agilizar así los procesos mentales.

·         La frecuencia cardiaca y respiratoria aumentan y también la producción y secreción de adrenalina. A corto plazo estas reacciones nos ayudan a adaptarnos a las exigencias del entorno.

Sin embargo, cuando el estado de alerta se mantiene y nos quedamos sin recursos eficientes para afrontarlo, aparece el estrés crónico, que produce síntomas físicos como:

·         Insomnio

·         Pérdida o aumento del apetito

·         Dolores de cabeza

·         Agotamiento o falta de energía

·         Problemas musculoesqueléticos en espalda y cuello

·         Problemas menstruales, sexuales, intestinales o estomacales

·         Alergias

·         Presión arterial alta

·         Insuficiencia cardíaca

·         Diabetes

Síntomas emocionales

·         Tristeza

·         Frustración

·         Miedo

·         Ansiedad y ataques de pánico

·         Irritabilidad

·         Confusión o embotamiento,

·         Desmotivación

Síntomas a nivel cognitivo

·         Pensamientos rumiativos

·         Excesiva autocrítica

·         Problemas de memoria

·         Reducción de la capacidad de solución de problemas y de aprendizaje

·         Reducción de campo de percepción

·         Falta de concentración

·         Preocupación catastrófica por el futuro

·         Exceso de autocrítica

Síntomas que afectan a la conducta

·         Aislamiento social

·         Ingesta compulsiva de alimentos

·         Aumento de sustancias tóxicas (alcohol, tabaco, drogas…)

·         Reducción del rendimiento laboral

Causas de estrés en el trabajo

Algunos de los principales activadores de estrés son:

·         Elevadas exigencias en el rendimiento (contradictorias o poco claras).

·         Responsabilidades o roles poco definidos o cambiantes.

·         Sobrecarga de trabajo y falta de tiempo.

·         Falta de participación en la toma de decisiones que afectan al trabajador.

·         Largas jornadas laborales o con pocos descansos.

·         Trabajo poco estimulante.

·         Exposición a riesgos físicos.

·         Aumento de la competencia y la competitividad.

·         Pocas probabilidades de promoción.

·         Falta de apoyo de supervisores y/o los compañeros o comunicación deficitaria.

·         Dificultades para compaginar la vida laboral con la familiar.

·         Violencia verbal o física. Acoso psicológico (mobbing) o sexual.

También cabe mencionar la explosión súbita del teletrabajo. La prestación de servicios a nivel virtual, los equipos en remoto, las dificultades tecnológicas, etc. han generado que muchos trabajadores tengan que aprender una forma nueva de trabajar, a menudo con dinámicas mucho más exigentes.

Consejos para afrontarlo

Para afrontar el estrés laboral es fundamental ampliar el repertorio de estrategias de afrontamiento, para así posibilitar la readaptación y recuperar la salud biopsicosocial.

La Asociación Americana de Psicología propone las siguientes recomendaciones para afrontar el estrés laboral:

·         Identifica tus estresores: haz un registro diario de las situaciones estresantes que se han dado, dónde sucedió, quiénes estaban presentes, cómo reaccionaron, los pensamientos que te generó y tus sentimientos.

·         Desarrolla respuestas saludables: ejercicio físico, aficiones, hábitos de sueño y alimentación saludables, reducción de estimulantes…

·         Pon límites: no mezcles vida profesional y personal (por ejemplo, respondiendo mails durante la cena).

·         Tómate un tiempo para desconectar: es importante descansar tanto dentro del horario laboral como también en forma de vacaciones o días libres. Date tiempo.

·         Aprende a relajarte: haz una cosa detrás de otra, no todo a la vez. Meditación, mindfulness o ejercicios de respiración pueden ayudar.

·         Habla con tu supervisor: comunica tus necesidades y estableced juntos un plan de acción para problemas concretos.

·         Busca apoyo en familia y amigos.

·         Busca ayuda psicológica profesional si todo lo anterior es insuficiente.

Lo que debes saber…

·         El estrés laboral puede darse cuando una situación nos supera, pero también cuando el reto que se nos plantea no es suficientemente estimulante.

·         La explosión súbita del teletrabajo se ha convertido en un factor generador de estrés laboral, pues ha hecho que muchos trabajadores tengan que aprender una forma nueva de trabajar, a menudo con dinámicas mucho más exigentes.

·         Identificar nuestros estresores, aprender a poner límites y a relajarse, buscar apoyo de otros… son estrategias para adaptarnos y aprender a lidiar con el estrés laboral.

 

Fuente: MapfreSalud


martes, 11 de mayo de 2021

Día Internacional de Enfermería 2021

 

El tema para 2021 es: Enfermería: Una voz para liderar – Una visión de futuro para la atención de salud. En 2021 buscamos mostrar cómo la enfermería mirará hacia el futuro y cómo la profesión transformará la próxima etapa de la atención médica.

Objetivo

IND 2021 tiene como objetivo mirar hacia atrás y reflexionar sobre el impacto de COVID-19 en el sistema de salud y la profesión de enfermería y cómo esto afectará el futuro de la atención médica.

El Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) cree que es de vital importancia mostrar al mundo quiénes son las enfermeras, qué hacen y por qué debemos invertir en este recurso vital. El CIE quiere que la voz de la enfermería se escuche en todo el mundo, para difundir nuestra gran profesión y cómo contribuye a la salud de las poblaciones. Como cuidadores, curanderos, educadores, líderes y defensores, las enfermeras son fundamentales para la prestación de una atención segura, accesible y asequible. A través de este informe del Día Internacional de la Enfermera, utilizamos las voces auténticas de las enfermeras del mundo para explicar el trabajo de esta maravillosa, innovadora y vital profesión.

 



miércoles, 5 de mayo de 2021

Día Mundial de Higiene de Manos

En el marco de la campaña “Salva vidas. Límpiate las manos”, el 5 de mayo se celebra la Jornada Mundial de Higiene de las Manos, liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la que se suma el Ministerio de Sanidad con el programa de Higiene de Manos del SNS, la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha y el SESCAM en el marco de la Estrategia de Seguridad Paciente del de Castilla-La Mancha 2019-2023.

Este año, el eslogan de la OMS es “SEGUNDOS QUE SALVAN VIDAS. LIMPIA TUS MANOS”. Enmarca la prevención y el control de la infección, incluyendo la higiene de manos como un elemento crítico para alcanzar la cobertura universal de la salud por tres razones: es una práctica basada en la evidencia, ha demostrado un impacto en la atención de calidad y en la seguridad del paciente y alcanza todos los niveles de la atención sanitaria.

Un año más, la Consejería de Sanidad, en colaboración con todas las Gerencias del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, se hace eco de esta campaña, enmarcada en el programa: "Una atención limpia es una atención más segura" de la OMS y se suma a esta iniciativa, manteniendo su compromiso para seguir afrontando el reto de disminuir las infecciones asociadas a la asistencia sanitaria y ofrecer una atención más segura y de máxima calidad.

Tu compromiso y tu colaboración son necesarios para seguir afrontando el reto de prevenir las infecciones.

 



Fuente: Sescam