lunes, 6 de julio de 2020

Qué es el vértigo y cómo manejarlo


El vértigo es un síntoma, no una enfermedad. Aparece como consecuencia de otras enfermedades. Por ello es más apropiado hablar de tipos de vértigo y de cómo se asocia a otras enfermedades.

Muchas personas que sufren de vértigo lo describen como una sensación de movimiento rotatorio: sienten que los objetos o el entorno dan vueltas a su alrededor; incluso estando en la cama al intentar ponerse de lado. Además del movimiento giratorio, también puede haber otros tipos de sensación de "falso movimiento", como balanceo, inclinación, meneo, rebote o deslizamiento.

Estudios recientes estiman que una de cada cinco personas presenta algún episodio de vértigo a lo largo de su vida. Las personas que lo sufren pueden experimentar grandes limitaciones en su vida diaria hasta que cesa el ataque.

¿Cuáles son las causas?
Clásicamente, el vértigo se clasifica en dos grandes tipos:
·           Periférico: cuando el problema se encuentra en la parte del oído interno que controla el equilibrio (el laberinto vestibular o los canales semicirculares). En el oído interno tenemos una zona, llamada vestíbulo, donde hay unos pequeños cristales (llamados otolitos) que nos ayudan a mantener el equilibrio. Cuando movemos la cabeza hacia delante o hacia atrás, se mueven e informan a las células del vestíbulo de que nos estamos moviendo en esa dirección. También, tenemos los canales semicirculares que están llenos de líquido. Cuando giramos la cabeza, el líquido también se mueve e informa a las células de los canales. Así, podemos sufrir de vértigo cuando hay una alteración en estos dos sistemas. Por otro parte, el vértigo puede aparecer debido a un problema en el nervio vestibular, que conecta el oído interno con el cerebro
·           Central: cuando el problema se encuentra en el cerebro o el cerebelo.

Hoy en día, las tres causas más frecuentes de vértigo son:
·           Dos relacionadas con el tipo periférico:
o   El vértigo postural paroxístico benigno (VPPB). Cuando los otolitos se desprenden y se introducen en los canales semicirculares, por ejemplo por un golpe en la cabeza.
o   La enfermedad de Menière. Cuando hay una cantidad anormal de líquido dentro de los canales semicirculares debido a diversos motivos, por ejemplo un drenaje insuficiente o una infección viral.
·           Y una con la central, la migraña vestibular, un tipo específico de migraña o jaqueca.

Entre otras causas, menos comunes, vinculadas al vértigo periférico se encuentran:
·           Inflamación del nervio vestibular (neuritis vestibular).
·           Otras causas como: traumatismos craneales, tumores benignos locales o algunos medicamentos.

Otras causas menos habituales relacionadas al vértigo central podemos señalar:
·           La esclerosis múltiple o la epilepsia.
·           Otras como: enfermedades vasculares, ictus, tumores cerebrales benignos o cancerosos.

 Sin embargo, en la actualidad y a la luz de nuevos conocimientos, esta frontera entre periférico y central está cada vez más desdibujada, puesto que hay causas periféricas que afectan más directamente al cerebro como el tumor llamado neurinoma del acústico, o causas centrales que afectan más de forma periférica, como la migraña vestibular.

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?
El vértigo postural benigno es la causa más frecuente de vértigo, un 20 - 40% de los casos. Es dos veces más frecuente en mujeres que en hombres y se presenta con más frecuencia entre los 50 y los 70 años.

En la mayoría de las ocasiones, la enfermedad se manifiesta como episodios de vértigo de corta duración (segundos) inducidos por movimientos de la cabeza.

La migraña vestibular es la segunda causa de vértigo, e incluye una combinación de los síntomas propios de la migraña (dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareo, etc.) con los del vértigo (giro de objetos, náuseas, vómitos, etc.), que pueden solaparse unos a otros durante mucho tiempo, siendo difícil establecer un diagnóstico claro.

El tercer tipo de vértigo en frecuencia es la enfermedad de Menière, que se presenta en un 5% de las personas que la sufren y es más frecuente entre los 40 y los 60 años. Es una enfermedad crónica que suele afectar solo a un oído. Se presenta en forma de "ataques" agudos y se caracteriza por la presencia de tres síntomas clave:
·           Vértigo intenso.
·           Acúfenos o tinnitus.
·           Pérdida de audición, que va y viene.
·           Con mucha frecuencia se asocian también una sensación de taponamiento de oído, sudoración, náuseas, vómitos, sensación de mareo e inestabilidad, y pérdida de equilibrio.

Los ataques de vértigo de la enfermedad de Menière pueden durar desde unos pocos minutos hasta unas pocas horas. Y suelen dejar una sensación de resaca posterior que suele requerir el dormir unas horas para recuperarse completamente.
Se cree que está causada por un aumento de la cantidad del líquido que llena los canales semicirculares, lo que aumenta la presión del mismo y desencadena el ataque de vértigo.

¿Cómo se diagnostica el vértigo?
Tu médico o médica de familia o tu especialista en otorrinolaringología diagnosticará en función de la presencia de los síntomas típicos. Te preguntará sobre tus antecedentes familiares y personales, en relación a otras enfermedades que puedes padecer o medicamentos que estás tomando o has tomado.

Asimismo, te hará una exploración general y más específica del oído con el otoscopio y una exploración neurológica básica. Tu médico o médica de familia puede realizarte una exploración de la marcha: cómo caminas, a qué velocidad, con qué estabilidad, etc. Y puede indicarte otras pruebas de exploración concretas.

Normalmente no es necesaria ninguna otra prueba complementaria, aunque en algunos casos dudosos o ante la sospecha de alguna causa específica, como tumores o enfermedades cerebrales, se puede solicitar una prueba de imágenes como la tomografía computarizada (TAC) o la resonancia magnética (RM), entre otras.

¿Cuál es el tratamiento para el vértigo?
Básicamente, el tratamiento del vértigo va dirigido a aliviar y resolver los síntomas asociados a las crisis. Hay que intentar realizar un diagnóstico específico, puesto que algunos tipos de vértigo tienen un tratamiento más eficaz.

En presencia de una crisis o ataque agudo de vértigo, tu médico o médica puede prescribirte los llamados sedantes vestibulares. En función del número de crisis y de su intensidad, puede ser necesario que tomes un tratamiento de mantenimiento crónico para intentar reducir su frecuencia e intensidad.

En el vértigo postural benigno tu médico o médica puede emplear una serie de maniobras de reposicionamiento de la cabeza, como la maniobra de Epley, para movilizar los otolitos a lugares dónde no desencadenen crisis. Estas maniobras se pueden aprender y utilizar periódicamente para evitar futuros ataques.

En la enfermedad de Menière pueden recomendarte utilizar fármacos como los diuréticos, para intentar reducir la cantidad de líquido en el oído medio.

Más recientemente se está probando aplicar medicamentos directamente en el oído medio e interno (vía intratimpánica), sobre todo en la enfermedad de Menière.
Y en algunos casos resistentes y seleccionados, se pueden realizar determinadas intervenciones quirúrgicas.

¿Cómo puedo prevenir el vértigo?
Puesto que no conocemos las causas específicas del vértigo, actualmente no es posible hacer recomendaciones concretas para su prevención. Sin embargo:
·           En el vértigo postural benigno tienes que evitar aquellas posiciones de la cabeza que sabes que te desencadenan un ataque.
·           En la enfermedad de Menière es recomendable que mantengas una dieta baja en sal, evites los excitantes (café, tabaco, alcohol) y que reduzcas el estrés.

¿Qué debo hacer para cuidarme si tengo un ataque de vértigo?
Durante un ataque de vértigo puedes seguir las siguientes pautas para aliviar los síntomas y reducir su impacto sobre tu calidad de vida como por ejemplo:
·           Acuéstate sobre una superficie rígida, que no se mueva, por ejemplo, en el suelo.
·           Colócate en una postura que disminuya el vértigo, generalmente sobre el lado afectado.
·           Evita los cambios bruscos de postura.
·           Mantén la vista fija en un objeto que no se mueva, como una lámpara de techo.
·           Evita comer o beber en exceso, para evitar las náuseas y los vómitos.
·           Cuando vayan desapareciendo los síntomas, puedes incorporarte o levantarte lentamente: de la posición acostada a la semirreclinada, luego te puedes sentar, más tarde te levantas.
·           Si después del ataque sientes cansancio o somnolencia, no lo dudes, vete a dormir unas horas.

En la mayoría de los casos, un ataque agudo e intenso de vértigo puede ser incompatible con la conducción de vehículos, el manejo de maquinaria, el trabajo y mantener un estilo de vida activo. Además, puede producir caídas que a su vez pueden producir otras lesiones como fracturas óseas. Así que intenta tranquilizarte, haz reposo y busca ayuda si lo necesitas.

¿Cuándo tengo que solicitar atención médica?
No dudes en solicitar atención médica si:
·           Continúas vomitando durante más de 24 horas.
·           No puedes retener ni los líquidos.
·           Un ataque de vértigo te dura más de 24 horas.
·           Te aparecen otros síntomas, como visión doble, dificultad para hablar, pérdida de coordinación, caídas, etc.

¿Cómo puedo mejorar mi calidad de vida?
Si padeces vértigo postural benigno, tienes que saber que, aunque es molesto e incómodo, unos sencillos movimientos de la cabeza son capaces de hacer desaparecer los síntomas. Aprende a hacer este tipo de maniobras para mejorar su manejo y, aunque tu vértigo puede aparecer en cualquier momento, también es fácil atajarlo.

Por ejemplo, puedes realizar este ejercicio: en posición sentada en la cama, con los pies colgando, gira la cabeza un poco hacia un lado y déjate caer hacia el lado contrario hasta apoyar el hombro en la cama. Quédate así 30 segundos y regresa a la posición inicial. Repite la operación hacia el otro lado. Haz esto 5 veces para cada lado, mañana y noche, durante 1 semana.

Si padeces la enfermedad de Menière, es probable que tengas que cambiar un poco tu estilo de vida. Puedes seguir las siguientes recomendaciones:
·           Sigue una alimentación baja en sal.
·           Evita el alcohol, la cafeína y el tabaco.
·           Aprende técnicas de relajación para reducir el estrés en tu vida, como el yoga o la meditación.
·           Informa a tu familia, amistades, círculo cercano sobre cómo pueden ayudarte si tienes un ataque de vértigo.
·           Busca un grupo de apoyo en tu comunidad de personas con enfermedad de Menière.
·           Mejora el equilibrio con ejercicios específicos o practicando Tai-Chi.

Fuente: Fisterra

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