La pandemia
del coronavirus ha condicionado que incorporemos o reforcemos una serie de
hábitos en nuestro día a día, así como el cumplimiento de nuevas normas de
protección frente a un posible contagio. Una de estas medidas es la higiene de
manos frecuente que puede realizarse con agua y jabón y también con geles
hidroalcohólicos.
Estos últimos pueden derivar en algunos problemas
dermatológicos si no se tienen en cuenta una serie de precauciones ahora que
empezamos a acudir a playas y piscinas.
Los geles
consisten en soluciones hidroalcohólicas con contenido en alcohol del 60 al
85%. Al aplicarlos sobre la piel, el alcohol, que ejerce un efecto antiséptico,
se evapora con rapidez en unos minutos. La exposición de las manos a la luz
solar en condiciones habituales no va a desencadenar la inflamación en la piel
donde se ha aplicado el gel.
De todos
modos, como el gel hidroalcohólico tiene un efecto secante, sí puede irritarla,
de forma que debemos aplicar emolientes o protectores solares libres de alcohol
si vamos a hacer una exposición solar.
El uso de
geles hidroalcohólicos en sí no se ha relacionado con reacciones de
fotosensibilidad (un efecto exagerado a la luz del sol). Si estas ocurren, debe
pensarse que el producto lleva algún tipo de sustancia adicional que no es
necesaria para el efecto antiséptico.
Independientemente
de la temperatura, algunas personas con problemas dermatológicos pueden ser más
propensas a presentar irritación cutánea con el uso de geles como pueden ser
aquellas con psoriasis o dermatitis atópica, en los que la aplicación de
aquellos puede ser molesta.
En estos
casos, será fundamental un correcto tratamiento de los problemas dermatológicos
de base por un dermatólogo. Y acompañar las medidas de higiene con cremas
emolientes reparadoras.
Mascarillas y recomendaciones
En cuanto a
otro tipo de problemas cutáneos derivados por el uso de mascarillas en días de
elevada temperatura o durante muchas horas seguidas, se ha observado, sobre
todo en profesionales sanitarios, dermatitis por fricción o dermatitis de
contacto irritativa de las mascarillas en ciertas zonas de la cara como nariz,
orejas o mejillas.
También es
frecuente el empeoramiento de problemas dermatológicos en aquellas personas que
ya presentan alguna afección dermatológica como puede ser la rosácea, el acné,
la dermatitis atópica, la dermatitis seborreica o la urticaria por presión.
La piel y las
mucosas actúan como primera línea de defensa contra los agentes externos.
Debemos intentar mantener esa barrera funcional posible para que continúe
ejerciendo su trabajo correctamente. Así como tratar de forma precoz las
posibles alteraciones que puedan aparecer.
Para minimizar
los problemas derivados del uso de mascarillas, se propone el uso de cremas
hidratantes adecuadas para cada edad y tipo de piel, evitar el uso de
maquillaje, lavar la cara con agua templada y limpiadores suaves no jabonosos y
sin fragancias, y optar por el tipo de mascarilla adecuado al entorno y
circunstancias.
En relación a
otros problemas de la piel surgidos por el lavado frecuente de manos o uso de
geles hidroalcohólicos, se recomienda que, después del lavado, se asegure un
correcto secado de las manos y espacios interdigitales y utilizar emolientes
(cremas hidratantes que permitan reparar la función barrera de la piel) para
prevenir la aparición o el agravamiento de problemas cutáneos. Si se usan geles
hidroalcohólicos, también es recomendable, después de la evaporación del
alcohol, ponerse crema hidratante.
Fuente: Academia Española de
Dermatología y Venereología
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