viernes, 3 de julio de 2020

Cómo usar los geles hidroalcohólicos para reducir el riesgo de aparición de problemas en la piel


La pandemia del coronavirus ha condicionado que incorporemos o reforcemos una serie de hábitos en nuestro día a día, así como el cumplimiento de nuevas normas de protección frente a un posible contagio. Una de estas medidas es la higiene de manos frecuente que puede realizarse con agua y jabón y también con geles hidroalcohólicos. 

Estos últimos pueden derivar en algunos problemas dermatológicos si no se tienen en cuenta una serie de precauciones ahora que empezamos a acudir a playas y piscinas.

Los geles consisten en soluciones hidroalcohólicas con contenido en alcohol del 60 al 85%. Al aplicarlos sobre la piel, el alcohol, que ejerce un efecto antiséptico, se evapora con rapidez en unos minutos. La exposición de las manos a la luz solar en condiciones habituales no va a desencadenar la inflamación en la piel donde se ha aplicado el gel.

De todos modos, como el gel hidroalcohólico tiene un efecto secante, sí puede irritarla, de forma que debemos aplicar emolientes o protectores solares libres de alcohol si vamos a hacer una exposición solar.

El uso de geles hidroalcohólicos en sí no se ha relacionado con reacciones de fotosensibilidad (un efecto exagerado a la luz del sol). Si estas ocurren, debe pensarse que el producto lleva algún tipo de sustancia adicional que no es necesaria para el efecto antiséptico.

Independientemente de la temperatura, algunas personas con problemas dermatológicos pueden ser más propensas a presentar irritación cutánea con el uso de geles como pueden ser aquellas con psoriasis o dermatitis atópica, en los que la aplicación de aquellos puede ser molesta.

En estos casos, será fundamental un correcto tratamiento de los problemas dermatológicos de base por un dermatólogo. Y acompañar las medidas de higiene con cremas emolientes reparadoras.

Mascarillas y recomendaciones
En cuanto a otro tipo de problemas cutáneos derivados por el uso de mascarillas en días de elevada temperatura o durante muchas horas seguidas, se ha observado, sobre todo en profesionales sanitarios, dermatitis por fricción o dermatitis de contacto irritativa de las mascarillas en ciertas zonas de la cara como nariz, orejas o mejillas.

También es frecuente el empeoramiento de problemas dermatológicos en aquellas personas que ya presentan alguna afección dermatológica como puede ser la rosácea, el acné, la dermatitis atópica, la dermatitis seborreica o la urticaria por presión.

La piel y las mucosas actúan como primera línea de defensa contra los agentes externos. Debemos intentar mantener esa barrera funcional posible para que continúe ejerciendo su trabajo correctamente. Así como tratar de forma precoz las posibles alteraciones que puedan aparecer.

Para minimizar los problemas derivados del uso de mascarillas, se propone el uso de cremas hidratantes adecuadas para cada edad y tipo de piel, evitar el uso de maquillaje, lavar la cara con agua templada y limpiadores suaves no jabonosos y sin fragancias, y optar por el tipo de mascarilla adecuado al entorno y circunstancias.

En relación a otros problemas de la piel surgidos por el lavado frecuente de manos o uso de geles hidroalcohólicos, se recomienda que, después del lavado, se asegure un correcto secado de las manos y espacios interdigitales y utilizar emolientes (cremas hidratantes que permitan reparar la función barrera de la piel) para prevenir la aparición o el agravamiento de problemas cutáneos. Si se usan geles hidroalcohólicos, también es recomendable, después de la evaporación del alcohol, ponerse crema hidratante. 


Fuente: Academia Española de Dermatología y Venereología


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