La nariz es el
órgano que nos permite respirar, así como reconocer e identificar los olores.
Además, nos protege de las sustancias dañinas para nuestro organismo que el
aire puede contener. Por este motivo, debemos dedicarle de manera regular unas
pequeñas atenciones que la mantengan sana y libre de obstrucciones:
1. Respira por la nariz.
Además de
humedecer y calentar el aire, la nariz actúa como mecanismo de defensa del
sistema respiratorio filtrando todas aquellas partículas nocivas o irritantes
que el aire contiene, lo que ayuda a prevenir los resfriados y otras
afecciones. Por tanto, debemos acordarnos de respirar por la nariz en vez de
por la boca y, además, hacerlo profundamente.
2. Suénate correctamente.
En vez de
presionar los dos lados de la nariz, presiona solamente uno de ellos, mientras
soplas por el otro, y repite luego la operación con el lado opuesto. De esta
manera, el vaciado de las fosas nasales es mucho más efectivo.
3. No contengas los estornudos.
Solo
conseguirás comprimir el aire que, al no poder salir, empujará hacia el
interior de los senos nasales las mucosidades y bacterias, lo que aumenta el
riesgo de infecciones. En su lugar, debes abrir mucho la boca y emplear siempre
un pañuelo para evitar que las partículas líquidas se proyecten.
4. Realiza lavados nasales cuando sea necesario.
Puedes
realizarlos con aerosoles de solución salina especialmente indicados para ello,
monodosis de suero fisiológico o con suero casero, que puedes fabricar
añadiendo una cucharadita de sal a un litro de agua. Nunca uses bastoncillos de
algodón para limpiar tus fosas nasales.
5. No uses los aerosoles nasales más de tres días seguidos.
Lee
atentamente el prospecto y no prolongues su uso, a no ser que tu médico te lo
indique. Los sprays de venta libre pueden ser útiles, pero abusar de ellos
puede llegar a empeorar el problema.
6. Apuesta por la vida sana.
No fumar,
practicar ejercicio de manera regular, alimentarte bien y descansar lo
suficiente mejorará tus defensas y te ayudará a mantener a raya las infecciones
del aparato respiratorio, además de evitar posibles recaídas. Protégete
también, dentro de lo posible, de los cambios bruscos de temperatura.
7. Conoce cómo actuar ante una hemorragia nasal.
En caso de
hemorragia nasal, debes sentarte y mantener las fosas nasales cerradas durante
al menos diez minutos, elevando la cabeza y apretando con suavidad la parte blanda
de la nariz entre el pulgar y el índice. Aplicar compresas frías o hielo sobre
el puente de la nariz puede ayudar también a detener el sangrado. Sin embargo,
no es conveniente introducir algodón en las fosas porque puede quedarse dentro
y romperse.
8. Cuando estés resfriado, recurre a los vahos de vapor.
Realizarlos
unas tres veces al día puede ayudarte a mantener el moco fluido para, de esta
manera, eliminarlo con mayor facilidad. Puedes hacerlo dándote una ducha o
llenando el lavabo de agua caliente e inclinándote sobre él con una toalla
caliente. En este caso, puedes añadir algún agente balsámico como el mentol.
Colocar un humidificador en la estancia para mantener el aire húmedo también
puede ser útil para evitar la sequedad de la nariz.
9. Hidrátate bien cuando estés resfriado.
Las
enfermedades como el catarro o la gripe provocan una abundante secreción nasal
y, a menudo, transpiración. Por ello, resulta primordial ingerir gran cantidad
de líquidos cuando estamos resfriados. Son especialmente aconsejables las
infusiones, tanto por su temperatura como por sus propiedades.
10. Acude a tu médico si la congestión nasal dura más de tres semanas.
Suele
desaparecer por sí misma, por lo que, si no lo hace, es preciso acudir al
médico. También es necesario buscar atención médica si las secreciones nasales
persisten en el tiempo o las hemorragias se vuelven demasiado frecuentes.
Fuente: Cinfasalud
gracias me ayudo mucho
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