El inicio del
año es un periodo en el que el frío se une a la actividad física relacionada
con los propósitos de la nueva temporada, dos aspectos en los que hay que tener
en cuenta a nuestros pies, ya que si la sensación de baja temperatura no
desaparece puede indicar patologías como lupus o arterioesclerosis y la mala
práctica deportiva puede degenerar en problemas biomecánicos.
Para que el
objetivo de año nuevo no termine a las primeras de cambio, es necesario cuidar
nuestra forma de andar y correr, puesto que las alteraciones biomecánicas
derivadas de una mala colocación del pie puede derivar en patologías y dolores.
Nuestro cuerpo
es una cadena que empieza en los pies, donde una enfermedad puede generar una
patología en la rodilla o cadera.
Después de
caminar o hacer deporte, es tiempo de disfrutar del momento de llegar a casa,
ducharse y entrar en calor. La sensación de frío, si se mantiene en el tiempo,
puede esconder patologías asociadas como la anemia.
Decálogo de un pie sano
En invierno,
nuestros pies se esconden debajo de varias capas de ropa, pero ello no puede
hacer que nos olvidemos de su cuidado.
En esta época,
en las personas mayores con un menor riego en las extremidades, si añadimos el
frío, suelen surgir sabañones.
Para evitar la
aparición de estas dolencias y mantener una temperatura idónea, se recomienda:
1. Utilizar un calzado que no apriete para no
dificultar la circulación o que los pies se calienten.
2. Evitar el calor de fuentes directas como una
estufa o bolsas de agua caliente.
3.
Mantener los
pies secos.
4.
Mover las
piernas para estimular la circulación.
5.
Alimentos como
la canela, la cayena o la pimienta, y las vitaminas E, K y C pueden hacer que
fluya más sangre a los pies, al aumentar la frecuencia cardíaca.
6.
Evitar los
lácteos, ya que aumentan la sensación de frío, y la cafeína, porque comprime
los vasos sanguíneos.
7.
Beber agua
regularmente porque la deshidratación puede enfriar los pies.
8. Activar la
circulación de los pies con baños de contraste con agua fría y caliente.
9.
No fumar, la
nicotina dificulta la circulación.
10.
Frotar los
pies con una crema permite mantener los pies calientes e hidratados.
Estos
consejos, junto a un abrigo adecuado, deben evitar que el frío de nuestros pies
entre en casa. Si esta sensación continúa, su origen puede que no se encuentre
en las bajas temperaturas propias de estas fechas, sino en una enfermedad
asociada.
Un largo invierno
Además de la
edad, en la salud de nuestros pies son determinantes patologías que pueden
afectar al estado de la piel, es decir, a nuestra barrera ante hongos y
heridas.
La diabetes
produce grietas por la desecación, y en personas mayores con patologías
reumáticas aparecen callos por las deformidades de los dedos.
Junto a la
prevalente diabetes, la permanencia del frío en los pies puede esconder
enfermedades como el “fenómeno de Reynaud”, caracterizado por una respuesta
exagerada de las arterias de los dedos de los pies ante diferentes
temperaturas.
Ello puede ser
parte también de un diagnóstico de arterioesclerosis, donde el riego de la
sangre es dificultado por la acumulación de colesterol en las arterias.
Por tanto, es
necesario tener en cuenta que el frío prolongado en nuestros pies no es sólo
una sensación, sino que puede ser síntoma de patologías como las ya citadas o
la anemia, la fibromialgia y los problemas de circulación.
Fuente: EFESalud
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