jueves, 2 de febrero de 2017

El invierno de nuestros pies: diez consejos para su cuidado



El inicio del año es un periodo en el que el frío se une a la actividad física relacionada con los propósitos de la nueva temporada, dos aspectos en los que hay que tener en cuenta a nuestros pies, ya que si la sensación de baja temperatura no desaparece puede indicar patologías como lupus o arterioesclerosis y la mala práctica deportiva puede degenerar en problemas biomecánicos.

Para que el objetivo de año nuevo no termine a las primeras de cambio, es necesario cuidar nuestra forma de andar y correr, puesto que las alteraciones biomecánicas derivadas de una mala colocación del pie puede derivar en patologías y dolores.
Nuestro cuerpo es una cadena que empieza en los pies, donde una enfermedad puede generar una patología en la rodilla o cadera.

Después de caminar o hacer deporte, es tiempo de disfrutar del momento de llegar a casa, ducharse y entrar en calor. La sensación de frío, si se mantiene en el tiempo, puede esconder patologías asociadas como la anemia.

Decálogo de un pie sano
En invierno, nuestros pies se esconden debajo de varias capas de ropa, pero ello no puede hacer que nos olvidemos de su cuidado.

En esta época, en las personas mayores con un menor riego en las extremidades, si añadimos el frío, suelen surgir sabañones.

Para evitar la aparición de estas dolencias y mantener una temperatura idónea, se recomienda:
1.      Utilizar un calzado que no apriete para no dificultar la circulación o que los pies se calienten.

2.     Evitar el calor de fuentes directas como una estufa o bolsas de agua caliente.

3.     Mantener los pies secos.

4.     Mover las piernas para estimular la circulación.

5.     Alimentos como la canela, la cayena o la pimienta, y las vitaminas E, K y C pueden hacer que fluya más sangre a los pies, al aumentar la frecuencia cardíaca.

6.     Evitar los lácteos, ya que aumentan la sensación de frío, y la cafeína, porque comprime los vasos sanguíneos.

7.     Beber agua regularmente porque la deshidratación puede enfriar los pies.

8.    Activar la circulación de los pies con baños de contraste con agua fría y caliente.

9.     No fumar, la nicotina dificulta la circulación.

10.   Frotar los pies con una crema permite mantener los pies calientes e hidratados.

Estos consejos, junto a un abrigo adecuado, deben evitar que el frío de nuestros pies entre en casa. Si esta sensación continúa, su origen puede que no se encuentre en las bajas temperaturas propias de estas fechas, sino en una enfermedad asociada.

Un largo invierno
Además de la edad, en la salud de nuestros pies son determinantes patologías que pueden afectar al estado de la piel, es decir, a nuestra barrera ante hongos y heridas.

La diabetes produce grietas por la desecación, y en personas mayores con patologías reumáticas aparecen callos por las deformidades de los dedos.

Junto a la prevalente diabetes, la permanencia del frío en los pies puede esconder enfermedades como el “fenómeno de Reynaud”, caracterizado por una respuesta exagerada de las arterias de los dedos de los pies ante diferentes temperaturas.

Ello puede ser parte también de un diagnóstico de arterioesclerosis, donde el riego de la sangre es dificultado por la acumulación de colesterol en las arterias.

Por tanto, es necesario tener en cuenta que el frío prolongado en nuestros pies no es sólo una sensación, sino que puede ser síntoma de patologías como las ya citadas o la anemia, la fibromialgia y los problemas de circulación.

Fuente: EFESalud

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