Tanto el
botiquín doméstico como el que se lleva de viaje deben cumplir tres requisitos:
cubrir las necesidades básicas, ocupar poco espacio y estar bien ordenado.
Un botiquín
para el hogar debe incluir tanto material como medicamentos para tratar los
problemas de salud banales. Como normas generales se recuerda que se han de
conservar siempre sus envases y prospectos, revisar su fecha de caducidad y
guardarlo lejos del alcance de los niños, entre otros aspectos. El de viaje,
además, debe prepararse al destino y la duración del trayecto. En este artículo
se explica cómo deber ser un botiquín casero y uno de viaje, y qué medidas de
seguridad hay que tener en cuenta.
El botiquín de viaje
El botiquín de
viaje debe contener lo necesario, acorde al lugar de destino y la duración del viaje.
"El kit
idóneo cubre las necesidades básicas, ocupa poco espacio y está bien
ordenado". Esta norma es válida tanto para el doméstico como para el de
viaje. Pero, además, este último "debería ser más ligero que el de casa,
portátil y resistente, para proteger a los medicamentos de posibles golpes y
salpicaduras". De hecho, algunos fármacos, como la insulina, la atropina y
el glucagón, ya van provistos con un soporte especial.
Medidas de seguridad para el botiquín de
viaje
Además, los
enfermos crónicos deben llevarse todos los medicamentos necesarios para tratar
su enfermedad, porque en ciertos países podría resultarles difícil adquirirlos,
como ocurre en el Reino Unido con la insulina, que no se puede conseguir sin la
receta de un médico del país, lo que implicaría pedir una cita médica para
obtenerla. En otros casos, como el de EE.UU., puede haber problemas para
introducir ciertos medicamentos.
De ahí que se
aconseje a los viajeros llevar consigo las recetas médicas de los fármacos que
transporte, para evitar problemas en las aduanas, así como un informe de su
médico actualizado sobre la enfermedad crónica que padece y la medicación que
necesite; conocer bien su seguro de salud y el de viaje; y anotarse el teléfono
al que llamar, si le sobreviene algún problema de salud.
Si se llevan
de viaje solo algunas pastillas (como dos comprimidos de paracetamol y dos de
ibuprofeno), se desaconseja mezclarlas todas en un envase y, en vez de ello,
recortar el blíster y asegurarse de que haya quedado su nombre en el dorso o,
si no, escribirlo con un rotulador indeleble.
También es
conveniente llevar más cantidad de la medicación necesaria y guardarla en dos
sitios distintos por si se extravía o la roban; transportarla en la bolsa de
mano en vez de facturarla, para evitar que el viajero se encuentre sin ella en
el destino; llevar los líquidos, como colirios o gotas oculares para lentillas,
en envases nuevos sin abrir; asegurarse de que los medicamentos estén bien
cerrados para impedir cualquier contaminación; conservarlos en las condiciones
de luz y temperatura adecuadas; y cerciorarse de que queden fuera del alcance
de los niños.
Consejos para el botiquín de casa
El botiquín de
casa debe incluir tanto material como medicamentos para tratar los problemas de
salud banales. Recuerda que se han de conservar siempre sus envases y
prospectos, no se pueden mezclar en un mismo envase y se debe revisar su fecha
de caducidad; guardarse en un lugar seco, fresco, con poca luz y fuera del
alcance de los niños; y ser adecuado para las enfermedades de las personas que
viven en el domicilio.
En síntesis,
este kit doméstico debería incluir:
·
Material para
heridas simples que se pueden limpiar, sin recurrir a un profesional sanitario
(solo cuando sean grandes, profundas o estén infectadas): una solución
antiséptica, gasas estériles, esparadrapo adhesivo, tiritas, guantes, pinzas
(para extraer un cuerpo extraño) y tijeras.
·
Para tratar el
dolor leve y la fiebre, analgésicos como ibuprofeno y paracetamol (también
antitérmico) y un termómetro.
·
Para las
picaduras y reacciones alérgicas ante plantas o insectos, crema de
hidrocortisona y dexclorfenidramina.
·
Para las quemaduras
leves, de primer grado, una crema de cortisona y una crema hidratante, salvo
que la herida sea grande, caso en el que se debe consultar.
Botiquín, fundamental en el autocuidado
El autocuidado
comprende tres vertientes.
·
La primera es
la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades a través de la
alimentación, el ejercicio físico, evitar los hábitos tóxicos, realizar
actividades y disfrutar del tiempo libre.
·
La segunda es
el manejo de los síntomas menores o dolencias leves, que requieren cierta
educación en autocuidado para su manejo, como el estreñimiento, los vómitos,
una pequeña herida, una quemadura leve y para los que no se requiere consultar
a un profesional sanitario, a menos que se compliquen.
·
Y, por último,
la tercera es el autocuidado por parte de los pacientes con enfermedades
crónicas, como los diabéticos o los asmáticos.
"El botiquín se relaciona con la segunda vertiente, para tratar los síntomas leves".
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