La enfermedad
celíaca (EC) es un intolerancia permanente al gluten del trigo, cebada, centeno
y probablemente avena que se presenta en individuos genéticamente
predispuestos, caracterizada por una reacción inflamatoria, de base inmune, en
la mucosa del intestino delgado que dificulta la absorción de macro y
micronutrientes.
La prevalencia
estimada en los europeos y sus descendientes es del 1%, siendo más frecuente en
las mujeres con una proporción 2:1.
Un porcentaje
importante de pacientes (75%) están sin diagnosticar debido, en su mayor parte,
a que la EC durante años se ha relacionado, exclusivamente, con su forma
clásica de presentación clínica. Sin embargo, el reconocimiento de otras formas
atípicas de manifestarse, oligo y asintomáticas, combinados con la mayor y
mejor utilización de las pruebas complementarias disponibles, ha permitido
poner de manifiesto la existencia de diferentes tipos de EC:
·
Síntomática: Los síntomas son muy diversos pero todos los
pacientes mostrarán una serología, histología y test genéticos compatibles con
la EC.
·
Subclínica: En este caso no existirán síntomas ni signos,
aunque sí serán positivas el resto de las pruebas diagnósticas.
·
Latente: Son pacientes que en un momento determinado,
consumiendo gluten, no tienen síntomas y la mucosa intestinal es normal.
Existen dos variantes:
o
Tipo A: Fueron diagnosticados de EC en la infancia y se
recuperaron por completo tras el inicio de la dieta sin gluten, permaneciendo
en estado subclínico con dieta normal.
o
Tipo B: En este caso, con motivo de un estudio previo,
se comprobó que la mucosa intestinal era normal, pero posteriormente
desarrollarán la enfermedad.
Potencial: Estas personas nunca han presentado una biopsia
compatible con la EC pero, del mismo modo que los grupos anteriores, poseen una
predisposición genética determinada por la positividad del HLA-DQ2/DQ8. Aunque
la serología puede ser negativa, presentan un aumento en el número de
linfocitos intraepiteliales. La probabilidad media de desarrollar una EC activa
es del 13% y una EC latente del 50%.
Sintomatología de la enfermedad
celiaca
Los síntomas
más frecuentes son: pérdida de peso, pérdida de apetito, fatiga, náuseas,
vómitos, diarrea, distensión abdominal, pérdida de masa muscular, retraso del
crecimiento, alteraciones del carácter (irritabilidad, apatía, introversión,
tristeza), dolores abdominales, meteorismo, anemia por déficit de hierro
resistentes a tratamiento. Sin embargo, tanto en el niño como en el adulto, los
síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes, dificultando el
diagnóstico.
Diagnóstico de la enfermedad celiaca
Mediante un
examen clínico cuidadoso y una analítica de sangre, que incluya los marcadores
serológicos de enfermedad celíaca (anticuerpos antigliadina, antiendomisio y
antitransglutaminasa tisular) se establece el diagnóstico de sospecha de la
enfermedad. El conocimiento reciente de diferentes formas clínicas de
enfermedad celíaca (clásica, atípica, silente, latente, potencial, etc.), ha
venido a demostrar que no siempre se puede establecer un diagnóstico clínico o
funcional de la enfermedad celíaca. Por ello, para el diagnóstico de certeza de
la enfermedad celíaca es imprescindible realizar una biopsia intestinal. Dicha
biopsia consiste en la extracción de una muestra de tejido del intestino
delgado superior para ver si está o no dañado. Para realizar esta prueba es
necesario que no se haya retirado el gluten de la dieta.
Tratamiento de la enfermedad celiaca
Su tratamiento
consiste en el seguimiento de una dieta estricta sin gluten durante toda la
vida. Esto conlleva una normalización clínica y funcional, así como la
reparación de la lesión vellositaria. El celíaco debe basar su dieta en
alimentos naturales: legumbres, carnes, pescados, huevos, frutas, verduras,
hortalizas y cereales sin gluten: arroz y maíz. Deben evitarse, en la medida de
lo posible, los alimentos elaborados y/o envasados, ya que en estos es más
difícil garantizar la ausencia de gluten.
La ingestión
de pequeñas cantidades de gluten, de una manera continuada, puede causar
trastornos importantes y no deseables.
Enfermedades asociadas
Suelen
preceder a la EC, aunque también pueden manifestarse simultáneamente e incluso
después de ella. Los pacientes que las padecen son considerados grupos de
riesgo ya que su asociación se produce con una frecuencia superior a la
esperada:
·
Dermatitis
herpetiforme.
·
Diabetes
mellitus tipo I.
·
Déficit
selectivo de IgA.
·
Síndrome de
Down.
·
Enfermedad
hepática.
·
Enfermedades
de tiroides.
·
Intolerancia a
la lactosa.
Complicaciones
Aunque
normalmente son trastornos evolutivos de la enfermedad ante la falta de
diagnóstico precoz, o en pacientes con escasa adherencia a la dieta sin gluten,
a veces es la forma de presentarse en personas de más de 50 años:
·
Linfoma
no-Hodgkin. El riesgo de desarrollar esta complicación es 2 veces superior a la
población general, igualándose a esta después de llevar a cabo una dieta exenta
de gluten durante 5 años.
·
Carcinomas.
Son de células escamosas a nivel orofaringeo y esofágico, o adenocarcinoma en intestino
delgado o recto.
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