El derecho a la salud de millones de personas
está cada vez más amenazado por todo el mundo.
Las enfermedades y los desastres acechan
amenazadoramente como las principales causas de muerte y discapacidad.
Los conflictos malogran vidas y dejan un reguero
de muerte, dolor, hambre y desasosiego psicológico.
La quema de combustibles fósiles azuza la crisis
climática y a la vez nos arrebata el derecho a respirar aire limpio, y la
contaminación del aire en espacios cerrados y en el exterior se cobra una vida
cada cinco segundos.
Según el Consejo de la OMS sobre los Aspectos
Económicos de la Salud para Todos, al menos 140 países reconocen la salud como
un derecho humano en su constitución. Sin embargo, ninguno de ellos promulga ni
aplica leyes que garanticen a sus poblaciones el derecho a acceder a los
servicios de salud. Ello explica que al menos 4500 millones de personas —más de
la mitad de la población mundial — no estuvieran plenamente cubiertas por
servicios de salud esenciales en 2021.
Para hacer frente a desafíos de este tipo, el
lema del Día Mundial de la Salud 2024 es «Mi salud, mi derecho».
El lema de este año se eligió para defender el
derecho de todas las personas, dondequiera que estén, a tener acceso a
servicios de salud, a educación y a información de calidad, así como a agua
potable, aire limpio, buena alimentación, vivienda de calidad, condiciones
laborales y ambientales decentes, y a no ser discriminadas.
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