Los adultos
somos responsables de la seguridad de los niños, también en el mundo digital.
Debemos garantizar su seguridad en todos los
ámbitos, incluyendo el mundo digital. A pesar de haber nacido rodeados de
dispositivos, de que la tecnología irremediablemente forma parte de sus vidas,
no debemos confundir las destrezas manuales, lo hábiles que son los niños para
manipular los distintos aparatos de los que disponen, con las herramientas
necesarias para hacer un uso racional, seguro y saludable de los mismos.
Depende de nosotros que las desarrollen.
¿Estamos preparados para la era digital?
La sociedad y la forma de comunicarse o recibir
información ha cambiado de forma abrumadora en pocos años. No nos prepararon
para gestionar todos los estímulos, ni para criar a los niños en esta era
tecnológica. Además, lo digital evoluciona a un ritmo trepidante que obliga a
estar actualizado para no quedarse atrás. Es necesario formarse, buscar
información y atender a las recomendaciones que hacen los expertos. Como
cuidadores de los menores, se debe estar preparado antes de que se lancen, de
una forma u otra, a las redes de la tecnología.
¿Qué ventajas e inconvenientes tienen las
nuevas tecnologías?
Es indudable que la tecnología puede contribuir
al aprendizaje (gracias a ello podemos ofrecerte este y otros artículos), a
desarrollar habilidades, a entretener, facilitar la comunicación y hacer la
vida más fácil. Pero todas sus ventajas lo son siempre y cuando estén
enmarcadas en un halo de salud integral, física y mental.
Entre los peligros que supone el mal uso de la
tecnología se encuentran:
·
Físicos:
aumento del sedentarismo, cansancio visual, posible mayor prevalencia de
miopía, retraso del lenguaje, trastornos del sueño, sobrepeso y obesidad.
·
Mentales:
tendencia al aislamiento, dificultad para las relaciones sociales, ciberacoso,
trastornos de ansiedad, depresión, falta de atención.
¿Qué es el Plan Digital Familiar?
El Plan Digital Familiar, elaborado por la
Asociación Española de Pediatría y la Agencia Española de Protección de Datos,
pone en evidencia la necesidad de establecer una ruta, unas bases, una serie de
normas y acuerdos que regulen el uso de la tecnología en el hogar. Se trata de
una herramienta interactiva, que permite adaptar las condiciones de utilización
de los dispositivos a cada caso en particular.
La familia puede seleccionar las claves del Plan
según sus características (edad de los niños, intereses particulares…).
¿Cómo se puede fomentar el buen uso de los
dispositivos?
A la hora de establecer normas respecto a las
pantallas, para proteger la salud física y mental de los niños, debemos abordar
los siguientes aspectos:
1. Los
límites
Los niños no son capaces aún de autorregularse ni
de controlar sus impulsos. Por ello se establecerán unas normas, si es posible
consensuadas, entre todos para que sean cumplidas por la familia al completo.
Los límites más importantes son los referidos al tiempo y al lugar donde se
utilizan.
Los menores de 2 años no deberían estar expuestos
a las pantallas. A partir de esa edad la vida digital no debe desplazar a las
actividades académicas y de ocio, especialmente deportivo y social. Es
fundamental respetar los tiempos de estudio, de familia y de sueño, sin que la
tecnología interfiera en estos períodos. Cuando se utilicen los dispositivos,
si es posible, que sea en zonas comunes, dejando otras “libres” de pantallas,
como el comedor del hogar, el baño o el dormitorio. La tecnología complementa el
resto de las facetas de la vida.
Se debe pedir ayuda si el comportamiento del niño
muestra cambios: si se pone agresivo al retirar los dispositivos, si está
triste o enfadado, si deja de hacer cosas que antes le gustaban, si se muestra
apático, desganado, esquivo, o si su rendimiento baja. No se debe esperar.
Cuanto antes se reciba asesoramiento, mejor.
2.
Supervisión
Es necesario conocer el contenido al que acceden
los menores. Cuando son pequeños se recomienda que el uso de las pantallas sea
acompañado por un adulto. A medida que maduran, especialmente a partir de la
adolescencia, precisan cierta autonomía y privacidad, pero conviene ser
conscientes de la actividad que tienen en su vida digital: qué temas les
interesan, qué referentes tienen, cómo se comunican con los demás… Muchos temas
controvertidos están a golpe de clic. Es sorprendente la información que manejan
desde edades muy tempranas. Información que muchas veces no saben interpretar.
El adulto debe ser partícipe de sus descubrimientos y vivencias en redes para
resolver las dudas y acompañar en el proceso.
3. Controles
de seguridad
Algunos riesgos de la tecnología se pueden
reducir con la instalación de aplicaciones parentales y con medidas como: tapar
la cámara de los dispositivos, rechazar las cookies, actualizar las
aplicaciones y utilizar contraseñas diferentes y de alta potencia. Si te
interesa el tema, puedes consultar el artículo ciberseguridad desde el primer
día.
Se debe recordar a los niños que no deben
contactar con desconocidos ni dar datos personales en ningún momento. Que sepan
de la importancia de no hacer ni enviar imágenes o vídeos íntimos, suyos ni de
otras personas, ya que esto último constituye un delito por el que ellos o los
padres deben responder. El respeto a uno mismo y a los demás es una de las
claves para utilizar la tecnología de forma adecuada.
4.
Comunicación y confianza
Los niños deben saber a quién acudir si, a pesar
de las normas, recomendaciones, acuerdos e información recibida, tienen
cualquier problema o dificultad con la tecnología. Aunque sean mayores y
parezcan autosuficientes, hay que recordarles que cualquier contrariedad o
preocupación puede abordarse en el momento que sea. Nunca es tarde. Existen
herramientas para minimizar las consecuencias negativas, aunque el primer paso
siempre es pedir ayuda. Que sepan que pase lo que pase, la familia quiere y
desea lo mejor para ellos.
La tecnología ha llegado para quedarse. Es
aconsejable buscar información, ponerse al día, sentarse con la familia para
elaborar el Plan Digital y contribuir a que la infancia sea lo más
satisfactoria posible.
Fuente: Asociación Española de
Pediatría
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