miércoles, 13 de diciembre de 2023

Qué es el prurito crónico y cómo convivir con él

 

Introducción

El prurito es el término médico para definir el picor. No es una enfermedad, sino un síntoma de la piel (cutáneo), que no es grave pero sí muy molesto y uno de los motivos más frecuentes de consulta con el médico o médica de familia o con el especialista en dermatología.

El prurito puede definirse como una sensación de hormigueo o irritación de la piel que provoca la necesidad de rascarse. El prurito puede ser en una zona concreta o en todo el cuerpo. El rascado parece aliviar temporalmente el prurito, pero te puedes lesionar la piel, lo que da lugar a más prurito (el ciclo prurito-rascado-prurito, o "pica-rasca") o incluso a una infección.

Aunque todas las personas hemos experimentado un episodio de prurito en algún momento de la vida, hay que diferenciar entre el prurito agudo, que dura entre unos segundos y pocas semanas, y el prurito crónico, que dura más de seis semanas. El prurito crónico es más frecuente con la edad y más común en mujeres que en hombres. En los casos crónicos, la piel se hace más gruesa y escamosa, lo que se llama liquenificación.

Se estima que una de cada cinco personas ha padecido un episodio de prurito crónico alguna vez en su vida. Y se cree que puede afectar a un 7% de personas cada año. A veces, el prurito se debe a otras enfermedades crónicas: puede afectar al 25% de las personas sometidas a diálisis o al 100% de las personas con urticaria o dermatitis atópica.

A pesar de que conocemos poco sobre los mecanismos relacionados con el prurito y el alivio que produce rascarse, sabemos que el prurito se transmite desde la piel al cerebro por medio de las mismas fibras nerviosas que transmiten el dolor y la temperatura. En este proceso interviene una sustancia llamada histamina.

¿Cuáles son las causas?

Las causas más comunes del prurito son las enfermedades cutáneas, las reacciones alérgicas y la administración de algunos medicamentos o el contacto con determinados productos químicos. Veamos algunos ejemplos:

·      Enfermedades de la piel:

o   Inflamatorias, como la dermatitis atópica, el eccema u otras dermatitis.

o   Alérgicas, como la urticaria.

o   Infecciosas, como la sarna u otros parásitos cutáneos e intestinales (gusanos), u hongos.

o   Autoinmunes, como la psoriasis.

o   Linfomas cutáneos, que son un tipo de cáncer de las células inmunes que hay en la piel.

o   Liquen, una enfermedad en la que aparecen bultos planos y de color púrpura en la piel.

o   Picaduras de insectos.

·      Enfermedades sistémicas, que afectan a todo el cuerpo:

o   Reacciones alérgicas a alimentos, pólenes, medicamentos.

o   Insuficiencia renal crónica, en particular las personas sometidas a diálisis.

o   Problemas en el hígado o en la vesícula biliar que provocan ictericia (color amarillento de la piel y los ojos debido a la acumulación de bilirrubina).

o   Alteraciones de la sangre: anemia por déficit de hierro, policitemia vera, linfomas.

o   Alteraciones hormonales, como la diabetes o las enfermedades de la tiroides.

o   Infecciones como el sida.

·      Productos químicos, cosméticos, medicamentos.

·      Algunos trastornos psicológicos, como la depresión o el trastorno obsesivo-compulsivo están relacionados con el prurito.

·      Embarazo.

·      Piel seca, más comúnmente en invierno y en climas secos. A veces se mezclan varias causas, como en el prurito típico de las personas mayores (enfermedades crónicas + toma de medicamentos + infecciones, etc.).

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?

Además del picor de la piel, nos podemos encontrar con:

·      Lesiones de rascado.

·      Enrojecimiento de la piel.

·      Aumento de la temperatura local.

·      Sequedad de la piel, grietas.

·      Descamación.

·      Infecciones locales.

¿Cómo se diagnostica el prurito?

El objetivo de tu médico o médica de familia o de tu especialista en dermatología es determinar la causa del prurito para poder realizar un tratamiento específico contra esa causa. Para ello, en primer lugar te preguntará sobre las características del prurito: dónde pica; desde cuándo; si lo asocias a un medicamento, a un cosmético, a un alimento, si aparece en determinadas épocas del año, si se acompaña de otros síntomas, etc. Asimismo, te puede preguntar por otros familiares afectados o por enfermedades frecuentes en tu familia. 

Posteriormente te realizará una exploración física visual completa por todo el cuerpo, en busca de lesiones propiamente cutáneas, lesiones por el rascado o signos de otras enfermedades.

En ocasiones puede solicitar otras pruebas complementarias para confirmar o excluir causas del prurito: analítica sanguínea, radiografías, biopsia cutánea, pruebas de alergia, etc.

¿Cuál es el tratamiento para el prurito?

El tratamiento para el prurito consiste en luchar contra aquello que lo causa, y por tanto será distinto en cada caso. Sin embargo, también hay diferentes tratamientos para aliviar los síntomas. Para aliviar el prurito se pueden emplear productos de aplicación tópica sobre la piel:

·      Cremas hidratantes.

·      Cremas de corticoides tópicos.

·      Medicamentos que modulan el sistema inmune.

·      Cremas de mentol al 1%, alcanfor.

·      Cremas de capsaicina.

·      Anestésicos locales (pramoxina 1 - 2,5% o polidocanol al 3% + urea al 5%).

·      Antihistamínicos tópicos (doxepina en crema al 5%).

Para el prurito más intenso, se emplean medicamentos por vía oral:

·      Antihistamínicos de primera generación, que son sedantes.

·      Colestiramina.

·      Algunos derivados opioides.

·      Antidepresivos.

·      Talidomida.

·      Pregabalina y gabapentina.

La fototerapia, que consiste en la administración de radiación ultravioleta, puede ser útil cuando el prurito está asociado a:

·      Enfermedades cutáneas inflamatorias.

·      Insuficiencia renal crónica en diálisis.

·      Cirrosis biliar primaria (una enfermedad del hígado o la vesícula biliar que causa ictericia).

·      Policitemia vera (una enfermedad grave de la sangre).

¿Qué debo hacer para cuidarme si tengo prurito?

·      Evita rascarte y frotar las zonas que te pican.

·      Aplícate compresas frías sobre la zona afectada.

·      Lleva las uñas cortas para evitar lesiones por rascado.

·      Avisa a familiares y amistades de que te llamen la atención si te rascas.

·      Dúchate o báñate de forma breve, con agua templada y no más frecuentemente de lo necesario. Para secarte, hazlo con unos toques ligeros, sin frotar, con una toalla suave.

·      Usa jabón hidratante.

·      Hidrata bien tu piel todos los días, mejor con productos hipoalergénicos, con avena o maicena.

·      Los ungüentos o aceites son más hidratantes que las cremas, y las cremas más que las lociones.

·      Aplícate una loción relajante después del baño o de la ducha.

·      Lleva ropa ligera de algodón o seda, no de lana ni sintética, ni muy ajustada.

Tengo que solicitar atención médica si…

·      Si bien la mayoría de las causas del prurito no son graves, puede ser recomendable, o incluso importante, que consultes con tu médico o médica de familia o a tu especialista en dermatología si tu prurito:

·      Es muy intenso y no mejora con medidas generales no farmacológicas.

·      No ves ninguna lesión cutánea.

·      Aparecen síntomas inexplicables o signos de alarma:

o   Pérdida de peso, fatiga, sudores nocturnos (puede indicar que hay una infección grave o un tumor).

o   Debilidad, entumecimiento, hormigueo (pueden indicar una enfermedad neurológica).

o   Dolor abdominal, color amarillento de la piel y ojos (ictericia) ,puede indicar enfermedad del hígado y/o la vesícula biliar).

o   Sed excesiva, aumento de las ganas de orinar, pérdida de peso (puede indicar que hay diabetes).

¿Cómo puedo mejorar mi calidad de vida?

Cuando el prurito es intenso puede afectar al rendimiento escolar, laboral y/o provocar alteraciones del sueño. Por otra parte, el deterioro físico y psicológico que conlleva puede dificultar las relaciones con los demás. De ahí la importancia de poder controlar los factores que puedan empeorarlo, como, por ejemplo:

·      Condiciones de tu entorno:

o   Reduce tu exposición al polvo.

o   Evita los ambientes cálidos o secos.

o   Emplea un humidificador de aire, en particular en invierno.

·      Aspectos emocionales:

o   Intenta reducir el estrés y la ansiedad.

o   Realiza actividades placenteras que te distraigan del prurito.

 

Fuente: Fisterra


No hay comentarios:

Publicar un comentario