miércoles, 20 de diciembre de 2023
martes, 19 de diciembre de 2023
Campaña de prevención de agresiones a profesionales sanitarios. - Tu Respeto facilita mi Labor
Os recordamos la campaña Tu Respeto facilita mi Labor, campaña de concienciación y prevención de agresiones a profesionales del ámbito sanitario con la que se pretende reforzar la información y la toma de conciencia por parte de los usuarios de cara a exigir el máximo respeto para todos los profesionales.
Los incidentes violentos, los insultos, las
agresiones, en definitiva, la falta de respeto al personal sanitario perjudica
a toda la sociedad porque impiden que los profesionales puedan desarrollar su
labor en condiciones adecuadas.
Fuente: SESCAM
lunes, 18 de diciembre de 2023
Cuidados del accidente cerebrovascular en casa
Un ictus o accidente cerebrovascular se produce
cuando hay problemas en la circulación cerebral en una parte del cerebro;
pueden ser isquémicos (se bloquea un vaso sanguíneo) o hemorrágicos (sangrado).
Cada ictus es diferente, depende de la parte
dañada del cerebro. Algunos de los problemas tras un ictus son: debilidad o
parálisis de un lado del cuerpo; rigidez del brazo, la mano o la pierna;
dificultad para hablar o entender el lenguaje; pérdida de sensibilidad en un
lado del cuerpo; problemas visuales, confusión, cambios de personalidad, etc.
Cuando hable con una persona que ha sufrido un
ictus y tiene problemas de comunicación: gire la cabeza hacia la persona,
mírelo a los ojos, manténgase cerca, hable lentamente y con claridad, no grite,
utilice frases cortas, utilice gestos, asegúrese que no hay ruidos de fondo.
Si la persona tiene dificultades para recordar o
comprender cosas o se comporta de forma extraña es conveniente obtener ayuda
profesional (psicólogo, terapeuta), siga la misma rutina diaria, tenga reglas
claras para la conducta, no se ría por un comportamiento extraño, deje que la
persona haga todo lo posible por sí misma.
La colocación del paciente en la cama es
importante, acostarse en posición incorrecta puede empeorar problemas como la
rigidez o el dolor. También debe sentarse de forma correcta, si no es así puede
tener molestias o dolor, rigidez de la pierna o brazo débiles, hinchazón de la
mano y el brazo, deslizamiento fuera de la silla. Existen diferentes maniobras
para evitarlo.
Si a menudo tose o se atraganta al comer debe ser
valorado por una persona experta en deglución; habrá que comprobar si puede
tragar alimentos y bebidas de forma segura y proporcionarle el asesoramiento
necesario para mejorar la deglución.
Muchas personas que han sufrido un ictus
presentan dolor o rigidez en el hombro. Puede evitar esto manipulando el hombro
de forma correcta; no tire nunca del brazo débil.
Es importante conocer cómo debemos mover al
paciente en la cama, cómo hacer las trasferencias (paso de la cama a la silla y
viceversa), como ayudarle a caminar, etc.
Acceso a la guía completa (archivo pdf)
Fuente: RiojaSalud
viernes, 15 de diciembre de 2023
¿Qué es el Ictus?
¿Qué es un ictus?
Un Ictus es una lesión del cerebro, de rápida
instauración, debido a una alteración del riego sanguíneo, ya sea por embolia,
trombosis o hemorragia cerebral.
Representa la segunda causa de muerte en la población, en España es la
primera causa médica de discapacidad y la segunda de demencia.
Un Ictus o enfermedad vascular cerebral aguda
ocurre por una repentina disminución o interrupción del flujo sanguíneo (riego)
en el cerebro (80% de los casos), o también por una hemorragia en el propio
cerebro o en sus envolturas (20%).
La incidencia de la Enfermedad Vascular Aguda en
España supera los 200 pacientes por cada 100.000 habitantes/año. Esta cifra
tiene tendencia a aumentar ya que el riesgo de padecerlo aumenta con la edad.
Esta enfermedad no es exclusiva de la gente mayor ya que cerca del 20% tiene
menos de 45 años.
Afortunadamente, el reconocimiento de los
síntomas de la enfermedad y la búsqueda de atención médica especializada
inmediata pueden ayudar a reducir las probabilidades de incapacidad o muerte.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas más frecuentes son:
·
Parálisis
repentina de la cara, brazo y/o pierna.
·
Trastorno de
la sensibilidad de forma aislada, con acorchamiento u hormigueo de la cara,
brazo y/o pierna de un lado del cuerpo (o junto con la parálisis).
·
Pérdida
repentina del lenguaje o dificultad para hablar o comprender.
·
Pérdida de
visión en un ojo o pérdida de visión en la mitad de un campo visual, derecho o
izquierdo.
·
Sensación de
vértigo, pérdida de equilibrio si se acompaña de cualquiera de los síntomas
previos.
·
Dolor de
cabeza brusco, muy fuerte, sin ninguna causa aparente.
Nunca debe olvidarse que a veces estos síntomas
duran únicamente pocos minutos, con resolución completa. En este caso, también
se requiere una atención inmediata y no demorarla por encontrarse mejor o
totalmente restablecido. En cualquiera de estas circunstancias se precisa una
atención médica especializada urgente.
¿Cuáles son las causas que llevan o pueden
llevar a un ictus cerebral o ataque cerebral?
La causa más frecuente del ictus cerebral es la
arterioesclerosis, que se caracteriza por el engrosamiento de la pared de las
arterias, con la consiguiente dificultad para el paso de la sangre. Muy
frecuente en la población, y más a medida que aumenta la edad. Existe
predisposición hereditaria a sufrirla. La hipertensión, la diabetes, el tabaco,
la vida sedentaria, la obesidad y el colesterol elevado también predisponen a
sufrirla. Las enfermedades cardiacas son causa frecuente de ictus, sobre todo
la arritmia. El corazón puede producir embolias.
La hemorragia dentro del cerebro o intracerebral
se origina por la ruptura de los vasos sanguíneos. La hipertensión y el
envejecimiento son las causas más frecuentes. Con menos frecuencia, la sangre
inunda las meninges o envolturas del cerebro por la ruptura de una malformación
vascular (aneurisma).
¿Cuál es el tratamiento en la fase aguda?
Un ictus debe ser considerado siempre una
urgencia médica y requiere el envío inmediato del paciente a un Servicio de
Urgencias de un Hospital.
Junto al examen clínico es importante el scanner
(TAC) cerebral que permite conocer si se trata de un ictus isquémico (trombosis
o embolia) o una hemorragia. Otros exámenes, como el angio-TAC, Doppler,
Resonancia, nos ayudan a conocer mejor el grado, la naturaleza y la
localización u origen de la lesión.
Desde el primer momento el tratamiento va
encaminado a proteger la situación del enfermo y prevenir que se produzca mayor
daño cerebral. El enfermo diagnosticado de ictus debe ingresar en una unidad
especializada. El adecuado control de la tensión arterial, temperatura, cifras
de glucosa y oxigenación resulta fundamental para el tratamiento de nuestros
pacientes. Son también fundamentales los cuidados de enfermería.
Si el ictus se produce por la interrupción del
flujo sanguíneo cerebral (trombosis o embolia) y siempre después de una muy
cuidadosa selección, dentro de las 4,5 primeras horas del inicio de los
síntomas, se puede emplear un fármaco Trombolítico. El activador del
plasminógeno tisular por vía intravenosa es el primer fármaco que ha demostrado
una notable eficacia en el tratamiento de pacientes seleccionados con ictus
isquémico agudo, por su capacidad para destruir el trombo o el émbolo y
facilitar la circulación cerebral. En casos seleccionados es posible realizar
un tratamiento intervencionista, trombectomía mecánica, para intentar la
recanalización de la arteria obstruida.
Desde el primer momento es importante iniciar un
programa de rehabilitación para facilitar la movilización de las articulaciones
y evitar la aparición de complicaciones. Después de la fase aguda, la
rehabilitación trata de reducir la incapacidad física y adaptar al paciente lo
menor posible a la actividad cotidiana.
El apoyo familiar constituye una baza
indispensable para todo paciente que ha sufrido una enfermedad vascular
cerebral.
¿Cómo podemos prevenir el ictus?
La mayoría de los factores de riesgo controlables
están relacionados con la salud de nuestro corazón y vasos arteriales.
Controlar la tensión arterial y la diabetes, no
fumar, tratar las enfermedades cardiacas, el ejercicio, mejorar nuestra dieta
(sin grasas animales, control en la ingesta de sal y moderación en el consumo
de alcohol) son acciones que podemos realizar para minimizar el riesgo. Por
último, debemos demandar ayuda médica inmediata cuando aparezcan síntomas
amenazantes.
El futuro
La investigación y educación sobre el ictus han
experimentado en los últimos años un avance extraordinario. Es muy importante
reconocer la población ó las personas de riesgo y aplicar todas las medidas
preventivas antes mencionadas. Una vez ocurrido el ictus es IMPRESCINDIBLE
actuar con rapidez. La estrecha colaboración entre ciudadanos, administración y
servicios médicos es fundamental para conseguir el objetivo final de prevenir y
si no es posible, deducir sus secuelas y su mortalidad.
Fuente: Riojasalud
miércoles, 13 de diciembre de 2023
Qué es el prurito crónico y cómo convivir con él
Introducción
El prurito es el término médico para definir el
picor. No es una enfermedad, sino un síntoma de la piel (cutáneo), que no es
grave pero sí muy molesto y uno de los motivos más frecuentes de consulta con
el médico o médica de familia o con el especialista en dermatología.
El prurito puede definirse como una sensación de
hormigueo o irritación de la piel que provoca la necesidad de rascarse. El
prurito puede ser en una zona concreta o en todo el cuerpo. El rascado parece
aliviar temporalmente el prurito, pero te puedes lesionar la piel, lo que da
lugar a más prurito (el ciclo prurito-rascado-prurito, o
"pica-rasca") o incluso a una infección.
Aunque todas las personas hemos experimentado un
episodio de prurito en algún momento de la vida, hay que diferenciar entre el
prurito agudo, que dura entre unos segundos y pocas semanas, y el prurito
crónico, que dura más de seis semanas. El prurito crónico es más frecuente con
la edad y más común en mujeres que en hombres. En los casos crónicos, la piel
se hace más gruesa y escamosa, lo que se llama liquenificación.
Se estima que una de cada cinco personas ha
padecido un episodio de prurito crónico alguna vez en su vida. Y se cree que
puede afectar a un 7% de personas cada año. A veces, el prurito se debe a otras
enfermedades crónicas: puede afectar al 25% de las personas sometidas a
diálisis o al 100% de las personas con urticaria o dermatitis atópica.
A pesar de que conocemos poco sobre los
mecanismos relacionados con el prurito y el alivio que produce rascarse,
sabemos que el prurito se transmite desde la piel al cerebro por medio de las
mismas fibras nerviosas que transmiten el dolor y la temperatura. En este
proceso interviene una sustancia llamada histamina.
¿Cuáles son las causas?
Las causas más comunes del prurito son las
enfermedades cutáneas, las reacciones alérgicas y la administración de algunos
medicamentos o el contacto con determinados productos químicos. Veamos algunos
ejemplos:
·
Enfermedades
de la piel:
o
Inflamatorias,
como la dermatitis atópica, el eccema u otras dermatitis.
o
Alérgicas,
como la urticaria.
o
Infecciosas,
como la sarna u otros parásitos cutáneos e intestinales (gusanos), u hongos.
o
Autoinmunes,
como la psoriasis.
o
Linfomas
cutáneos, que son un tipo de cáncer de las células inmunes que hay en la piel.
o
Liquen, una
enfermedad en la que aparecen bultos planos y de color púrpura en la piel.
o
Picaduras de
insectos.
·
Enfermedades
sistémicas, que afectan a todo el cuerpo:
o
Reacciones
alérgicas a alimentos, pólenes, medicamentos.
o
Insuficiencia
renal crónica, en particular las personas sometidas a diálisis.
o
Problemas en
el hígado o en la vesícula biliar que provocan ictericia (color amarillento de
la piel y los ojos debido a la acumulación de bilirrubina).
o
Alteraciones
de la sangre: anemia por déficit de hierro, policitemia vera, linfomas.
o
Alteraciones
hormonales, como la diabetes o las enfermedades de la tiroides.
o
Infecciones
como el sida.
·
Productos
químicos, cosméticos, medicamentos.
·
Algunos
trastornos psicológicos, como la depresión o el trastorno obsesivo-compulsivo
están relacionados con el prurito.
·
Embarazo.
·
Piel seca, más
comúnmente en invierno y en climas secos. A veces se mezclan varias causas,
como en el prurito típico de las personas mayores (enfermedades crónicas + toma
de medicamentos + infecciones, etc.).
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?
Además del picor de la piel, nos podemos
encontrar con:
·
Lesiones de
rascado.
·
Enrojecimiento
de la piel.
·
Aumento de la
temperatura local.
·
Sequedad de la
piel, grietas.
·
Descamación.
·
Infecciones
locales.
¿Cómo se diagnostica el prurito?
El objetivo de tu médico o médica de familia o de tu especialista en dermatología es determinar la causa del prurito para poder realizar un tratamiento específico contra esa causa. Para ello, en primer lugar te preguntará sobre las características del prurito: dónde pica; desde cuándo; si lo asocias a un medicamento, a un cosmético, a un alimento, si aparece en determinadas épocas del año, si se acompaña de otros síntomas, etc. Asimismo, te puede preguntar por otros familiares afectados o por enfermedades frecuentes en tu familia.
Posteriormente te realizará una exploración
física visual completa por todo el cuerpo, en busca de lesiones propiamente
cutáneas, lesiones por el rascado o signos de otras enfermedades.
En ocasiones puede solicitar otras pruebas
complementarias para confirmar o excluir causas del prurito: analítica
sanguínea, radiografías, biopsia cutánea, pruebas de alergia, etc.
¿Cuál es el tratamiento para el prurito?
El tratamiento para el prurito consiste en luchar
contra aquello que lo causa, y por tanto será distinto en cada caso. Sin
embargo, también hay diferentes tratamientos para aliviar los síntomas. Para
aliviar el prurito se pueden emplear productos de aplicación tópica sobre la
piel:
·
Cremas
hidratantes.
·
Cremas de
corticoides tópicos.
·
Medicamentos
que modulan el sistema inmune.
·
Cremas de
mentol al 1%, alcanfor.
·
Cremas de
capsaicina.
·
Anestésicos
locales (pramoxina 1 - 2,5% o polidocanol al 3% + urea al 5%).
·
Antihistamínicos
tópicos (doxepina en crema al 5%).
Para el prurito más intenso, se emplean
medicamentos por vía oral:
·
Antihistamínicos
de primera generación, que son sedantes.
·
Colestiramina.
·
Algunos
derivados opioides.
·
Antidepresivos.
·
Talidomida.
·
Pregabalina y
gabapentina.
La fototerapia, que consiste en la administración
de radiación ultravioleta, puede ser útil cuando el prurito está asociado a:
·
Enfermedades
cutáneas inflamatorias.
·
Insuficiencia
renal crónica en diálisis.
·
Cirrosis
biliar primaria (una enfermedad del hígado o la vesícula biliar que causa
ictericia).
·
Policitemia
vera (una enfermedad grave de la sangre).
¿Qué debo hacer para cuidarme si tengo
prurito?
·
Evita rascarte
y frotar las zonas que te pican.
·
Aplícate
compresas frías sobre la zona afectada.
·
Lleva las uñas
cortas para evitar lesiones por rascado.
·
Avisa a
familiares y amistades de que te llamen la atención si te rascas.
·
Dúchate o
báñate de forma breve, con agua templada y no más frecuentemente de lo
necesario. Para secarte, hazlo con unos toques ligeros, sin frotar, con una
toalla suave.
·
Usa jabón
hidratante.
·
Hidrata bien
tu piel todos los días, mejor con productos hipoalergénicos, con avena o
maicena.
·
Los ungüentos
o aceites son más hidratantes que las cremas, y las cremas más que las
lociones.
·
Aplícate una
loción relajante después del baño o de la ducha.
·
Lleva ropa
ligera de algodón o seda, no de lana ni sintética, ni muy ajustada.
Tengo que solicitar atención médica si…
·
Si bien la
mayoría de las causas del prurito no son graves, puede ser recomendable, o
incluso importante, que consultes con tu médico o médica de familia o a tu
especialista en dermatología si tu prurito:
·
Es muy intenso
y no mejora con medidas generales no farmacológicas.
·
No ves ninguna
lesión cutánea.
·
Aparecen
síntomas inexplicables o signos de alarma:
o
Pérdida de
peso, fatiga, sudores nocturnos (puede indicar que hay una infección grave o un
tumor).
o
Debilidad,
entumecimiento, hormigueo (pueden indicar una enfermedad neurológica).
o
Dolor
abdominal, color amarillento de la piel y ojos (ictericia) ,puede indicar
enfermedad del hígado y/o la vesícula biliar).
o
Sed excesiva,
aumento de las ganas de orinar, pérdida de peso (puede indicar que hay
diabetes).
¿Cómo puedo mejorar mi calidad de vida?
Cuando el prurito es intenso puede afectar al
rendimiento escolar, laboral y/o provocar alteraciones del sueño. Por otra
parte, el deterioro físico y psicológico que conlleva puede dificultar las
relaciones con los demás. De ahí la importancia de poder controlar los factores
que puedan empeorarlo, como, por ejemplo:
·
Condiciones de
tu entorno:
o
Reduce tu
exposición al polvo.
o
Evita los
ambientes cálidos o secos.
o
Emplea un
humidificador de aire, en particular en invierno.
·
Aspectos
emocionales:
o
Intenta
reducir el estrés y la ansiedad.
o
Realiza
actividades placenteras que te distraigan del prurito.
Fuente: Fisterra