La Navidad
puede ser una época muy agradable, pero también muy estresante, debido a las
compras, las cenas y, ante todo, el gasto económico.
La Navidad es
una época del año muy estresante: preparar cenas, los regalos, la decoración,
los niños, el angustioso gasto de dinero... Aunque parezca algo natural, son
situaciones negativas para muchas personas, y además pueden afectar a nuestra
salud.
A pesar del ambiente festivo, es normal tener cierta tendencia
depresiva, sobre todo porque en los últimos años nos vemos obligados a
compaginar la festividad con nuestro trabajo, lo que hace que la Navidad se
convierta en un esfuerzo extra en vez de una festividad.
Son muchos los
profesionales que afirman que del estrés a la depresión no hay mucho camino,
motivo por el que son precisamente estas fechas en las que más aumenta las
llamadas a las líneas de prevención de suicidios. Por eso, una de las partes
fundamentales es saber detectar las señales que nuestro cuerpo nos manda con el
objetivo de prevenirlo.
Síntomas y situaciones
Depresión,
tristeza prolongada, incapacidad para sentirse alegre, alteraciones
alimentarias, facilidad de irritabilidad emocional, sentimiento de culpa,
insomnio e incluso disminución de las relaciones sexuales, son señales a las
que debemos de prestar especial atención en Navidad.
Estos síntomas
nacen de situaciones derivadas de la festividad, ya sean propias de la Navidad
o porque se incrementen los esfuerzos en estas fechas. La acumulación de
tareas, pasar demasiado tiempo con la familia, las compras, expectativas no
cumplidas, discusiones, falta de ejercicio, exceso con la comida y la bebida
son algunas de las situaciones que pueden generar un esfuerzo extra en nuestro
cuerpo. Aunque, como señalan los expertos, la situación económica, la falta de
dinero y el exceso de gastos son los principales problemas.
Cabe destacar
que son las mujeres trabajadoras las que más estrés sufren en estas fechas,
pues se ven obligadas a compaginar trabajo, las responsabilidades del hogar y
cuidar de los hijos durante sus vacaciones, esfuerzos extra en todos los
campos.
Reconocer la situación de estrés
Como
adelantábamos, conocer el estrés es tan importante como saber combatirlo. El
estrés es la manera en que reacciona el cuerpo frente a alguna situación que
sobrepasa tu capacidad de afrontamiento, como suele suceder en Navidad. Podemos
padecer riesgos tanto a nivel físico como emocional, y también podemos
experimentar estrés de larga o corta duración.
Desde el punto
de vista emocional, es importante que ajustemos nuestras expectativas y no
asociemos "milagros" a la Navidad por el simple hecho de serlo.
Debemos de priorizar y saber qué factores depende de nosotros y podemos
controlar y cuáles no, aceptarlo y recordar que todo acaba pasando. A la hora
de relacionarnos con la familia, debemos tratar de entablar siempre
conversaciones diáfanas y evitar caer en temas comprometidos o susceptibles de
discusión. Aprender a decir "no" y planificar será muy importante.
Desde el plano
físico, debemos de moderarnos con los excesos, dormir lo suficiente y hacer
ejercicio. No hace falta que sea de alta intensidad, pues el objetivo es
mantenernos ocupados y desconectados, tener un rato para nosotros mismos.
Debemos de buscar actividades diferentes y divertidas para llenar el tiempo con
nuestros familiares y en caso de sentirnos agobiados, practicar algo sencillo,
como relajación, estiramientos o control de la respiración, en sesiones cortas
pero siempre fijas.
Desencadenantes de estrés de corta
duración
Tener muchas
cosas que hacer
Encontrarse
con muchos problemas pequeños a lo largo del día
Discutir con
alguien
Desencadenantes de estrés de larga
duración
Fallecimiento
de un ser querido
Enfermedades
Problemas
laborales
Problemas
económicos
Anticiparse para prevenir
Organizar y
prever bien estas fechas pueden resultar clave para evitar el estrés navideño.
Por eso, no existe mejor remedio que una buena organización.
Evitar los
desastres económicos, planificando el dinero disponible para los regalos y
haciendo números, es importante. Hacer un listado de la gente a la que queremos
hacer regalos y marcarnos un presupuesto realista nos ahorrará más de un
quebradero de cabeza. También, ir a tiro fijo a la hora de hacer las compras es
la mejor opción en vez de dejarse llevar.
Otra manera de
organizarse es fijar una fecha máxima para las compras de regalos y para las
compras de alimentos con el objetivo de disfrutar también de nuestras
vacaciones.
Saber
organizar a la familia es también crucial en Navidad. Son épocas que invitan a
los excesos y, como decíamos, saber decir "no" te ayudará a gestionar
estas fechas. Los niños en particular se vuelven muy exigentes: horarios de ir
a la cama, comidas y bebidas, regalos... Debemos de marcar límites y hacerles
entender que la navidad es para todos y todas aunque suponga un esfuerzo.
Planifica
actividades en familia. Realizar tarjetas navideñas de felicitación puede ser
una actividad entretenida a la vez que práctica. Organizar otras más
divertidas, como salidas al parque o juegos de mesa, también servirá para
aliviar tensiones y compartir espacios con los nuestros.
También se
puede dar el caso que por motivos laborales o de otra índole, las Navidades las
vayamos a pasar lejos de nuestros seres queridos, generando situaciones de
estrés. Por eso prevenir el problema y apuntarse como voluntario en alguna
asociación te puede ayudar, no solo a ti, sino también a otras personas que
necesitan de ti por Navidad. No hay mejor regalo que hacer sentir bien a los
más necesitados, el dinero no lo es todo.
Consejos contra el estrés
A pesar de la
prevención y anticipación, es imposible controlar todo lo que nos rodea, lo que
no es algo negativo de por sí. Pero llegado el caso, si notamos algunos de los
síntomas mencionados, tanto físicos como mentales siempre podemos tener en
cuenta los siguientes consejos para tratar de frenarlos lo antes posible y que
no vaya a más.
·
Recuerda que
el objetivo es disfrutar, convierte las labores en algo placentero,
adornar la casa o ir de compras tranquilamente, en definitiva integra las
tareas como parte de la celebración.
·
Delega en las personas que te rodean, no se trata de
hacerlo todo para los demás, es natural no poder con todo, el día sigue
teniendo 24 horas y seguro que si pides ayuda, tu familia se volcará en el
proceso.
·
Tómate un respiro cuando te sientas fatigado, prepara un té,
siéntate un rato, ve la televisión y aprovecha para desconectar un poco.
·
Levántate con
tiempo suficiente para no ir "justo", y descansa un mínimo 8
horas.
·
Planifícate un día para ti e invierte algo de dinero en tus caprichos.
Aprovecha para buscar un espacio donde puedas hacer algo de ejercicio, cuidar
tu dieta y realizar las tareas que te sean placenteras. Esto no significa
excluir a los tuyos de tu espacio, pero sí hacer aquello que te sea grato.
·
Comparte tus preocupaciones y pensamientos con los otros. No estás
solo/a, siempre hay alguien que estará encantado de escuchar y de ser
escuchado. Saca tiempo para tomar un café con los amigos.
·
Finalmente,
recuerda que las fechas navideñas son para disfrutar y que si a pesar de estos
consejos tienes síntomas de malestar físico o mental, deberás de consultarlo
con un especialista médico o psicólogo.
Fuente: bekiasalud
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