miércoles, 6 de diciembre de 2017

El estrés navideño: Sus consecuencias y cómo combatirlo



La Navidad puede ser una época muy agradable, pero también muy estresante, debido a las compras, las cenas y, ante todo, el gasto económico.

La Navidad es una época del año muy estresante: preparar cenas, los regalos, la decoración, los niños, el angustioso gasto de dinero... Aunque parezca algo natural, son situaciones negativas para muchas personas, y además pueden afectar a nuestra salud.

A pesar del ambiente festivo, es normal tener cierta tendencia depresiva, sobre todo porque en los últimos años nos vemos obligados a compaginar la festividad con nuestro trabajo, lo que hace que la Navidad se convierta en un esfuerzo extra en vez de una festividad.

Son muchos los profesionales que afirman que del estrés a la depresión no hay mucho camino, motivo por el que son precisamente estas fechas en las que más aumenta las llamadas a las líneas de prevención de suicidios. Por eso, una de las partes fundamentales es saber detectar las señales que nuestro cuerpo nos manda con el objetivo de prevenirlo.

Síntomas y situaciones
Depresión, tristeza prolongada, incapacidad para sentirse alegre, alteraciones alimentarias, facilidad de irritabilidad emocional, sentimiento de culpa, insomnio e incluso disminución de las relaciones sexuales, son señales a las que debemos de prestar especial atención en Navidad.

Estos síntomas nacen de situaciones derivadas de la festividad, ya sean propias de la Navidad o porque se incrementen los esfuerzos en estas fechas. La acumulación de tareas, pasar demasiado tiempo con la familia, las compras, expectativas no cumplidas, discusiones, falta de ejercicio, exceso con la comida y la bebida son algunas de las situaciones que pueden generar un esfuerzo extra en nuestro cuerpo. Aunque, como señalan los expertos, la situación económica, la falta de dinero y el exceso de gastos son los principales problemas.

Cabe destacar que son las mujeres trabajadoras las que más estrés sufren en estas fechas, pues se ven obligadas a compaginar trabajo, las responsabilidades del hogar y cuidar de los hijos durante sus vacaciones, esfuerzos extra en todos los campos.

Reconocer la situación de estrés
Como adelantábamos, conocer el estrés es tan importante como saber combatirlo. El estrés es la manera en que reacciona el cuerpo frente a alguna situación que sobrepasa tu capacidad de afrontamiento, como suele suceder en Navidad. Podemos padecer riesgos tanto a nivel físico como emocional, y también podemos experimentar estrés de larga o corta duración.

Desde el punto de vista emocional, es importante que ajustemos nuestras expectativas y no asociemos "milagros" a la Navidad por el simple hecho de serlo. Debemos de priorizar y saber qué factores depende de nosotros y podemos controlar y cuáles no, aceptarlo y recordar que todo acaba pasando. A la hora de relacionarnos con la familia, debemos tratar de entablar siempre conversaciones diáfanas y evitar caer en temas comprometidos o susceptibles de discusión. Aprender a decir "no" y planificar será muy importante.

Desde el plano físico, debemos de moderarnos con los excesos, dormir lo suficiente y hacer ejercicio. No hace falta que sea de alta intensidad, pues el objetivo es mantenernos ocupados y desconectados, tener un rato para nosotros mismos. Debemos de buscar actividades diferentes y divertidas para llenar el tiempo con nuestros familiares y en caso de sentirnos agobiados, practicar algo sencillo, como relajación, estiramientos o control de la respiración, en sesiones cortas pero siempre fijas.

Desencadenantes de estrés de corta duración
Tener muchas cosas que hacer
Encontrarse con muchos problemas pequeños a lo largo del día
Discutir con alguien

Desencadenantes de estrés de larga duración
Fallecimiento de un ser querido
Enfermedades
Problemas laborales
Problemas económicos

Anticiparse para prevenir
Organizar y prever bien estas fechas pueden resultar clave para evitar el estrés navideño. Por eso, no existe mejor remedio que una buena organización.

Evitar los desastres económicos, planificando el dinero disponible para los regalos y haciendo números, es importante. Hacer un listado de la gente a la que queremos hacer regalos y marcarnos un presupuesto realista nos ahorrará más de un quebradero de cabeza. También, ir a tiro fijo a la hora de hacer las compras es la mejor opción en vez de dejarse llevar.

Otra manera de organizarse es fijar una fecha máxima para las compras de regalos y para las compras de alimentos con el objetivo de disfrutar también de nuestras vacaciones.

Saber organizar a la familia es también crucial en Navidad. Son épocas que invitan a los excesos y, como decíamos, saber decir "no" te ayudará a gestionar estas fechas. Los niños en particular se vuelven muy exigentes: horarios de ir a la cama, comidas y bebidas, regalos... Debemos de marcar límites y hacerles entender que la navidad es para todos y todas aunque suponga un esfuerzo.

Planifica actividades en familia. Realizar tarjetas navideñas de felicitación puede ser una actividad entretenida a la vez que práctica. Organizar otras más divertidas, como salidas al parque o juegos de mesa, también servirá para aliviar tensiones y compartir espacios con los nuestros.

También se puede dar el caso que por motivos laborales o de otra índole, las Navidades las vayamos a pasar lejos de nuestros seres queridos, generando situaciones de estrés. Por eso prevenir el problema y apuntarse como voluntario en alguna asociación te puede ayudar, no solo a ti, sino también a otras personas que necesitan de ti por Navidad. No hay mejor regalo que hacer sentir bien a los más necesitados, el dinero no lo es todo.

Consejos contra el estrés
A pesar de la prevención y anticipación, es imposible controlar todo lo que nos rodea, lo que no es algo negativo de por sí. Pero llegado el caso, si notamos algunos de los síntomas mencionados, tanto físicos como mentales siempre podemos tener en cuenta los siguientes consejos para tratar de frenarlos lo antes posible y que no vaya a más.

·         Recuerda que el objetivo es disfrutar, convierte las labores en algo placentero, adornar la casa o ir de compras tranquilamente, en definitiva integra las tareas como parte de la celebración.
·         Delega en las personas que te rodean, no se trata de hacerlo todo para los demás, es natural no poder con todo, el día sigue teniendo 24 horas y seguro que si pides ayuda, tu familia se volcará en el proceso.
·         Tómate un respiro cuando te sientas fatigado, prepara un té, siéntate un rato, ve la televisión y aprovecha para desconectar un poco.
·         Levántate con tiempo suficiente para no ir "justo", y descansa un mínimo 8 horas.
·         Planifícate un día para ti e invierte algo de dinero en tus caprichos. Aprovecha para buscar un espacio donde puedas hacer algo de ejercicio, cuidar tu dieta y realizar las tareas que te sean placenteras. Esto no significa excluir a los tuyos de tu espacio, pero sí hacer aquello que te sea grato.
·         Comparte tus preocupaciones y pensamientos con los otros. No estás solo/a, siempre hay alguien que estará encantado de escuchar y de ser escuchado. Saca tiempo para tomar un café con los amigos.
·         Finalmente, recuerda que las fechas navideñas son para disfrutar y que si a pesar de estos consejos tienes síntomas de malestar físico o mental, deberás de consultarlo con un especialista médico o psicólogo.


 Fuente: bekiasalud

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