martes, 26 de diciembre de 2017

El síndrome del niño hiperregalado



No hace mucho presencié un cumpleaños (aunque es una escena que se repite con demasiada frecuencia) donde un niño sólo quería más y más regalos y los que no le gustaban simplemente los despreciaba. Era una situación triste. Quizá pienses que la culpa es la educación que los padres le han dado y que ellos deben apreciar las cosas que les regalan porque no importa el regalo sino el detalle, y en parte estás en lo cierto. Pero también es algo característico de los niños hiperregalados, es decir, de esos niños que tienen mucho más de lo que realmente necesitan.

Qué es el síndrome del niño hiperregalado
Un niño hiperregalado es un niño al que colman de juguetes y regalos (en Navidad, su cumpleaños o cualquier otra fecha significativa) y que a él le falta concentración para poder fijarse en todo y disfrutarlos. Y lo peor, le falta imaginación para poder jugar con los juguetes que otras personas le han regalado con todas sus buenas intenciones. Pero estas buenas intenciones caerán en un saco roto porque un niño hiperregalado no valorará el esfuerzo que ha hecho otra persona por hacerle un regalo, tampoco valorará el regalo.

Los niños esperan muchos regalos por culpa del consumismo que la sociedad nos intenta “meter con calzador” desde el momento en que nacemos. Un consumismo desmesurado que se debe frenar cuanto antes.

El sentimiento de culpabilidad de los padres
En ocasiones, los padres se sienten culpables porque la sociedad en la que vivimos no les permite pasar el tiempo que realmente quisieran con sus hijos y al no prestarles atención, intentan suplir esa carencia con regalos pensando que así serán más felices. Pero no es así. Los niños no necesitan regalos para ser más felices, ellos necesitan ser felices a largo plazo y para conseguirlo, necesitarán tiempo de calidad con sus padres, abuelos y hermanos.

Es habitual que algunos padres sientan cierto dolor en el estómago al descubrir este síndrome, al darse cuenta que quizá sus hijos también sufren éste síndrome. Si esto te ocurre a ti, debes saber que siempre se está a tiempo de modificar y hacer las cosas mejor para que los niños empiecen a apreciar lo que tienen y no lo que les falta.

Los juguetes no lo son todo
Los padres sólo quieren la felicidad de sus hijos, y ante tantos quehaceres diarios no se dan cuenta que cambian su cariño por objetos. Les dicen a sus hijos que tienen que trabajar muchas horas para poder pagar las facturas, la casa y todos los juguetes caros que les hacen tan “felices” ante sus amigos del cole. Pero la realidad es que los niños lo que necesitan son menos juguetes y más tiempo con sus padres, pasar tiempo de calidad. Si puedes trabajar algo menos aunque ganes algo menos al mes, pero puedes pagar todas tus facturas y no gastar tanto en juguetes y sí en tiempo de calidad con tus hijos… notaréis todos la diferencia.

Consecuencias en el niño hiperregalado
Los niños hiperregalados serán niños que se convertirán en adultos materialistas que se dejarán llevar por el consumismo. Serán niños con baja tolerancia a la frustración porque siempre habrán tenido regalos y recompensas materiales sin habérselo ganado. No sabrán valorar lo que tienen porque no entenderán la teoría del esfuerzo. Dividirán a las personas por el precio de las cosas que tienen sin tener en cuenta que un regalo tiene más valor emocional y afectivo que un precio.

No se contentarán con nada, nunca estarán satisfechos y sólo querrán más y más, teniendo un gran vacío emocional e interno imposible de llenar. Hay que dejar de enseñar a los niños que no pueden tener a sus padres o madres tanto como necesitan porque tienen que conseguir mucho dinero y que en sustitución pueden tener más bienes materiales. No. No necesitan eso. Necesitan la presencia de sus padres y tiempos de felicidad a su lado. Quizá no se pueda tanto como quisiéramos, pero que al menos sientan que se intenta.

¿Conoces la regla de los cuatro regalos de Navidad?
La regla de los cuatro regalos es una forma de poner sensatez si no queremos saturar a nuestros hijos de juguetes y cosas que no utilizarán o de las que se aburrirán pronto. Esta regla limita el número de regalos y pone fin a los regalos sin sentido.

La regla de los cuatro regalos de Navidad propone regalar:
·         Algo que sirva para llevar: zapatos, ropa, complementos…
·         Algo para leer: un libro o un cuento que pueda gustarles.
·         Algo que realmente necesiten: como una mochila nueva para el colegio, por ejemplo.
·         Algo que deseen: como ese juguete que han pedido en todas sus cartas a los Reyes Magos y Papá Noel.


 Fuente: Etapainfantil

jueves, 21 de diciembre de 2017

Cuidados del catarro común



El catarro común es una infección vírica del aparato respiratorio, que normalmente cursa sin fiebre y se manifiesta con inflamación de las vías respiratorias superiores: nariz, garganta, traquea, laringe, senos nasales y oído.

Se ha observado que aparecen tres momentos de mayor incidencia del catarro: uno en otoño (comenzando con el inicio del colegio), otro en invierno y en la primavera.

No existe un tratamiento específico para la causa del catarro común, dado que está causado por numerosos tipos y cepas de virus.



·         Se aconseja lavarse bien las manos y utilizar pañuelos desechables.
·         El lavado frecuente de las manos constituye una clara medida preventiva del catarro.
·         Tápese la nariz al toser y al estornudar para evitar contagios.
·         Evite los ambientes cargados.
·         Evite el tabaco.
·         Evite los cambios bruscos de temperatura.
·         Protéjase del frío.
·         Beba gran cantidad de líquidos para que las secreciones nasales sean más fluidas.
·         Mantenga las vías respiratorias húmedas. Puede ser conveniente humidificar el ambiente y realizar inhalaciones de vapor.
·         En niños pequeños, suele ser útil el hacer lavados de las fosas nasales con suero fisiológico.

Tratamiento sintomático
·         Si aparece fiebre, cefalea, malestar general, es conveniente tomar paracetamol, ácido acetilsalicílico o ibuprofeno.
·         NO ES NECESARIO EL USO DE ANTIBIÓTICOS, ya que se trata de una enfermedad vírica y no bacteriana.
·         Descongestionantes nasales: se emplean fármacos alfa-adrenérgicos o simpaticomiméticos que actúan reduciendo la congestión nasal y facilitando la ventilación nasal. Pueden administrarse por vía tópica (por la nariz) o por vía sistémica.
·         Descongestionantes tópicos: efedrina, fenilefrina, fenoxazolina, tramazolina, oximetazolina, xilometazolina, etc. Los descongestionantes nasales por vía tópica tienen menos efectos a nivel sistémico pero pueden dar lugar al efecto rebote, es decir, cuanto más medicamento se use, mayor congestión nasal.
·         Descongestionantes sistémicos: efedrina, fenilpropanolamina, pseudoefedrina. Los descongestionantes nasales por vía sistémica tienen la ventaja de que la duración de su acción es mayor y producen menos irritación local. No producen efecto rebote, pero tienen la desventaja de que provocan efectos a nivel sistémico, como puede ser un aumento de la presión arterial, aumento de la glucosa, etc.
·         En el proceso catarral pueden darse dos tipos de tos: la tos improductiva o seca y la tos productiva, que ayuda a eliminar la mucosidad y, por lo tanto, no es conveniente suprimirla, a no ser que sea tan molesta que impida el sueño o realizar una actividad normal. Es necesario beber abundantes líquidos para facilitar la salida del moco y, en ocasiones, se pueden tomar fármacos mucolíticos y fármacos expectorantes. En el caso de que la tos sea seca e improductiva, se pueden utilizar fármacos antitusígenos que inhiban, a nivel central, el reflejo de la tos.

Fuente: Clínica Universidad de Navarra