Los adultos
que supervisan las actividades físicas de los niños deben evitar que hagan
deporte en condiciones ambientales de riesgo o peligrosas.
¿Es necesaria una dieta especial para los
jóvenes deportistas?
La dieta de un
niño deportista es igual que la de cualquier otro, es decir, una dieta variada
y equilibrada. Tan solo se aumentan los aportes calóricos (comer un poco más)
para compensar el gasto extra.
Se debe dar
una información nutricional apropiada desde la niñez. Es recomendable que el
niño tome parte en la elección de sus alimentos. Para esto debe facilitarse la
adquisición de hábitos de alimentación adecuados por parte de la familia, la
escuela y sus entrenadores. Mejor si esto se hace desde mucho antes de la
adolescencia, cuando la mejora de los hábitos en la alimentación es mucho más
factible.
¿Son necesarios aportes extras de vitaminas
o hierro?
Hay que dar
una dieta equilibrada y variada. Si se hace así, no hacen falta aportes extras.
Un atleta bien alimentado no tiene riesgo de falta de hierro. Por tanto, no se
debe suplementar con hierro, ni antes ni durante el entrenamiento deportivo.
¿Qué precauciones se deben de tener cuando
hace calor y hay peligro de “golpe de calor”?
El golpe de
calor se produce cuando se hace actividad física intensa con altas
temperaturas. El cuerpo pierde agua por el sudor hasta un punto en el que no se
puede regular la temperatura que comienza a subir hasta producir una
hipertermia. Aparecen vómitos, malestar, dolor de cabeza; es una emergencia
médica con peligro vital.
Para su
prevención es importante:
1. Reducir la actividad física o modificarla según
las condiciones ambientales.
2. Hidratación correcta:
·
Beber 250 ml
(un vaso) de agua fría quince minutos antes de la competición.
·
Seguir
bebiendo pequeñas cantidades (100-300 ml) de líquido durante el ejercicio, cada
20-30 minutos, aunque no se tenga sed.
·
Beber siempre
que se tenga sed, sobre todo si hay exceso de peso o temperatura alta y seguir
bebiendo cuando se pase la sed.
3. Acondicionamiento anticipatorio. Se consigue con
el entrenamiento previo. De forma práctica, le aconsejaríamos a un adolescente
no entrenado un ejercicio aeróbico de al menos 30 minutos 4 días a la semana.
Esto logra el acondicionamiento cardiovascular y que el cuerpo esté mejor
preparado para la actividad física.
4. Incremento gradual (aclimatación) al esfuerzo
físico. Se logra gradualmente durante 8-10 días antes de realizar ejercicios
importantes con temperaturas altas. Así se “aclimata” el organismo a las condiciones
de calor.
5. Elección de líquido rehidratante: El agua a 12-13
ºC parece ser la bebida ideal de restitución. No hay pruebas científicas para
pensar que hacen falta aportes electrolíticos o de glucosa (bebidas
comerciales) para la rehidratación del deportista.
6. Ropa apropiada: debe ser ligera.
7. Los adultos que supervisan las actividades
físicas de niños deben evitar la actividad en condiciones ambientales de riesgo
o peligrosas, especialmente en los niños de corta edad y niños con sobrepeso.
¿Se puede prevenir el estrés ligado al
deporte?
En los
deportes competitivos se origina estrés ligado a la competición, pero no debe
ser excesivo. Además, al niño se le deben de facilitar los mecanismos para
combatirlo:
1. El programa deportivo debe ajustar el nivel
adecuado de competencia para cada niño, evitando el estrés por la desigualdad
(edad, talla, peso, etc.). Se deben adoptar medidas que disminuyan estos
desequilibrios.
2. Sugerir a los padres y entrenadores
comportamientos adecuados para que estos, con su conducta, no aumenten el
estrés del niño. Es fundamental comprender que la capacitación para participar
en deportes organizados debe determinarse de forma individual y según el deseo
del niño (no de los padres).
3. En los programas deportivos estructurados ha de
primar el objetivo de la participación y el disfrute, frente a los de competición
y el afán de victoria.
Si un niño tiene una discapacidad, ¿puede realizar deporte?
Sí, es
aconsejable dentro de las posibilidades del niño, que participe en actividades
con el resto de compañeros a nivel escolar. Si la discapacidad se lo impide, se
debe intentar realizar actividad multideporte adaptada a sus condiciones.
Si un niño
tiene asma, ¿puede realizar actividad física? ¿En qué condiciones?
·
Si el asma
está controlada, la actividad física mejorará su calidad de vida y disminuirá
la gravedad de las crisis.
·
Es conveniente
que consulte con su pediatra si tiene que administrarse antes del ejercicio
alguna de las medicaciones inhaladas que utiliza habitualmente.
·
Debe hacer un
calentamiento gradual.
·
En invierno es
muy importante inhalar el aire por la nariz o a través de una protección
(bufanda, “braga”…) y evitar hacer actividad física si tiene una infección
respiratoria.
·
Los niños con
alergia a pólenes pueden tener que evitar la actividad física en el exterior
durante los días con alta concentración de polen ambiental.
Fuente: Asociación Española Pediatría