Durante la infancia, en la vida adulta, para embarazadas y en definitiva para toda la familia, las frutas y verduras forman parte fundamental de una dieta sana.
Lo ideal sería que consumiéramos cinco raciones de fruta y verdura al día, así lo recomienda la OMS o la ONU, y esto junto a la actividad física y al resto de una alimentación equilibrada contribuirá a que llevemos una vida más saludable.
¿Por qué son tan buenas las frutas y las verduras? ¿Cómo lograr que se introduzcan en nuestro menú naturalmente? Veamos el decálogo de las frutas y verduras, los diez puntos fundamentales que los convierten en alimentos imprescindibles y apetecibles:
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Las frutas nos
ayudan a mantenernos bien hidratados. Por su alto contenido en agua facilitan
la eliminación de toxinas de nuestro organismo y mantienen un buen nivel de
hidratación, imprescindible para la salud del organismo.
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Frutas y
verduras son fuente casi exclusiva de vitamina C, por lo que se recomienda consumirlas a diario, procurando al menos que
una de las frutas del día sea de las más ricas en vitamina C (cítricos, kiwi,
melón, fresas, frutas tropicales) y que una de las raciones sea una ensalada.
Así evitaremos el déficit de vitamina C especialmente en bebés y niños.
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Son fuente de
antioxidantes: aliados de la salud. Tienen compuestos naturales como las
vitaminas C, E y el beta-caroteno o pro-vitamina A que, aunque están presentes
en cantidades muy pequeñas, influyen decisivamente en la aceptación y apetencia
por estos alimentos y se sabe con certeza que nos protegen frente a ciertas
enfermedades, entre ellas las degenerativas, las cardiovasculares y el cáncer.
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Ricas en
fibra, muy importante durante toda nuestra vida pero especialmente en la
infancia. La fibra ayuda a regular nuestra función intestinal, a corregir el
estreñimiento y posee efectos beneficiosos en la prevención y tratamiento de
otros trastornos como hipercolesterolemia, diabetes, obesidad, etc. En cuanto a
las frutas, hay que tener en cuenta que el contenido de fibra se reduce al
pelarlas, y que la mayor concentración de sus vitaminas está justo bajo la
piel, por lo que conviene realizar un pelado poco profundo.
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Nos ayudan a
eliminar el exceso de líquidos. Contienen poco sodio y mucho potasio, lo que
fuerza a nuestro cuerpo a eliminar el exceso de líquidos junto con las
sustancias de desecho por la orina.
·
Apenas tienen grasa: la
cantidad de grasa que presentan la mayoría de hortalizas y frutas es
inapreciable, salvo para el aguacate y las olivas (ricos en ácido oleico, como
el aceite de oliva) y el coco (con grasa mayoritariamente saturada).
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Se pueden
disfrutar en cualquier época del año, y merece la pena aprovecharse en cada
momento de las propias de cada estación, ya que están en su mejor momento.
Ahora tenemos las deliciosas frutas y verduras.
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Las frutas son
una dulce y sana golosina. Por su agradable sabor (contienen azúcares,
fructosa, glucosa, sacarosa
) son magníficas
para saborear al natural y sin necesidad de endulzarlas con azúcar u otros
edulcorantes. Constituyen un buen tentempié a cualquier hora, y se pueden
incluir en el menú para completar el desayuno, como parte del almuerzo y de la
merienda, y tanto antes como después de las comidas…
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Hortalizas y
verduras con imaginación. No sólo puedes incluirlas en las principales comidas
del día como guarnición o ensalada, también aportan un toque muy sabroso y
jugoso a los bocadillos para tomar en cualquier momento (tomate, lechuga,
pepino…).
·
Las frutas y verduras crudas y en cualquier receta. Estos alimentos lo admiten casi todo, así que
podemos echarle imaginación a nuestros platos. Como mejor conservan sus
propiedades tanto las frutas como las verduras es si se consumen crudas. Ya sea
crudas y al natural, que cocidas, asadas o en brochetas, resultan deliciosas. Y
siempre nos traerán sorpresas las combinaciones más originales de frutas y
verduras entre sí y con todo tipo de alimentos.
Fuente: Consumer
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