Los
anticoagulantes orales están indicados en la prevención a largo plazo de la
enfermedad tromboembólica, es decir, en todas aquellas situaciones clínicas que
llevan asociada una alta incidencia de tromboembolismo y en aquellos casos en
los cuales el primer síntoma de la enfermedad es el accidente trombótico o
embólico para prevenir el segundo episodio. También se utilizan a corto plazo
tras un primer episodio de trombosis venosa profunda o embolismo pulmonar.
La mayor
complicación que puede derivarse de un tratamiento con anticoagulantes orales
es la hemorragia, ya que para evitar la embolia o trombosis hay que conseguir
una hipocoagulabilidad de la sangre.
Interacciones
de los anticoagulantes con otros fármacos
Existen importantes interferencias con otros medicamentos, pudiendo potenciarse o frenarse la acción del anticoagulante. El listado de medicamentos que interaccionan es muy extenso. En principio no se tomarán ni antiagregantes (Aspirina®, Adiro®) ni antiinflamatorios.
Existen importantes interferencias con otros medicamentos, pudiendo potenciarse o frenarse la acción del anticoagulante. El listado de medicamentos que interaccionan es muy extenso. En principio no se tomarán ni antiagregantes (Aspirina®, Adiro®) ni antiinflamatorios.
Consejos
generales:
·
Sobre el
medicamento:
·
Asegurarse de
que la marca y dosis por comprimido del medicamento que va a tomar son los
mismos que los indicados por el médico.
·
Tomar la dosis
exacta prescrita y el número de tomas indicadas.
·
No aumentar ni
reducir la dosis en caso de olvido sin consultarlo previamente.
·
Tener siempre
en casa la caja del medicamento.
·
El control del
tratamiento anticoagulante debe hacerse como máximo cada 4 ó 5 semanas.
·
Llevar siempre
el carnet de control.
·
No usar las
inyecciones intramusculares o consultar previamente si la utilización de éstas
fuera imprescindible.
·
La coloración
anaranjada de la orina es normal durante el tratamiento.
·
Mantener el
medicamento siempre fuera del alcance de los niños.
·
Sobre el
régimen de vida:
·
No efectuar
cambios importantes en el régimen alimentario y no añadir ni suprimir
medicamentos sin consejo del médico.
·
No abusar de
bebidas alcohólicas ni de grasas. No tome cerveza. Puede tomar vino con
moderación y dentro de las comidas.
·
Evitar
laxantes oleosos.
·
No tomar ácido
acetilsalicílico ni medicamentos que lo contengan.
·
Sobre las
enfermedades:
·
Evitar
laxantes oleosos.
·
En caso de
enfermedad con o sin fiebre, diarrea, pérdida de apetito o ictericia consulte a
su médico.
·
Toda
enfermedad puede modificar el rango terapéutico, en estos casos, los controles
serán más necesarios.
¿Qué debe hacer ante una
hemorragia?
Si sangra sin
motivo, sangra más de lo normal o le salen hematomas de manera espontánea, es
necesario que acuda a su centro médico de control antes de la fecha que llevaba
indicada en su carnet de anticoagulación. Hay que tener en cuenta que el
paciente anticoagulado no presenta hemorragias espontáneas, porque su sistema
hemostático está generalmente intacto, y por lo tanto habrá que buscar la causa
de esa hemorragia, por ejemplo si tiene sangre en la orina habrá que descartar
una infección urinaria o si presenta heces con sangre habrá que descartar una
hemorragia digestiva, etc...
Nunca, como primera medida, habrá que suspender el tratamiento anticoagulante, es necesario que acuda siempre a un centro médico, si es fuera del horario laboral acuda a Urgencias.
Si la hemorragia no es muy copiosa no será necesario adelantar el control aunque si será necesario comentarlo en la siguiente visita. Si la hemorragia es algo más abundante o se prolonga más tiempo si será necesario adelantar el control y reajustar la dosis, para conseguir el cese de la hemorragia.
· Hemorragia
conjuntival: suele ser debida a la fragilidad de los capilares, agravado por un
estornudo, golpe de tos... No requiere tratamiento excesivo.
·
Hemorragia
nasal (epistaxis): suele ocurrir debido a una congestión nasal, cuando el
ambiente es muy seco y la mucosa está reseca, porque hace mucho calor, porque
se ha sonado fuerte... Como medida terapéutica es suficiente la aplicación de
un tapón con un hemostático local. Es conveniente sonarse la nariz inmediatamente
después del lavado matutino. Se puede prevenir aplicando vaselina en ambas
fosas nasales y humidificación del aire de la habitación.
·
Gingivorragias:
la encía es un tejido blando que sangra con facilidad, la limpieza buco-dental
debe ser frecuente y cuidadosa, el cepillado ayuda a fortalecer las encías.
·
Hematomas
cutáneos: suelen ocurrir por fragilidad de los capilares. Si son de poca
intensidad no será necesario hacer nada, si son grandes habrá que realizar un
control.
·
Esputos con
sangre: frecuentemente se trata de sangre procedente de la garganta. Será
necesario realizarle una exploración visual.
·
Sangre roja en
las heces: si está estreñido puede ser debida a la presencia de hemorroides o
fisura anal. Habrá que realizarle una exploración adecuada. Debe notificarlo en
el control para ajustar la dosis y/o prevenir la anemia.
·
Hemorragia
ginecológica (escasa cantidad): si está en edades cercanas a la menopausia será
provocada, en la mayor parte de las veces, por desarreglos hormonales. Será
necesario realizarse una exploración ginecológica.
HEMORRAGIAS
QUE REQUIEREN ASISTENCIA URGENTE:
Son aquellas que por su localización o cantidad de sangre perdida pueden comprometer la vida del paciente o debe ser necesaria la realización de la transfusión de sangre. Frecuentemente obligan a la suspensión del tratamiento anticoagulante.
Son aquellas que por su localización o cantidad de sangre perdida pueden comprometer la vida del paciente o debe ser necesaria la realización de la transfusión de sangre. Frecuentemente obligan a la suspensión del tratamiento anticoagulante.
o
Pérdida brusca
de visión.
o
Epistaxis
(sangrado nasal) que no se puede detener.
o
Cefalea
intensa con vómitos.
o
Hemoptisis
(esputos con sangre) y hematemesis (vómitos de sangre).
o
Abdomen agudo.
o
Melenas. Son
heces de color negro y pastosas.
o
Hemorragias
ginecológicas severas.
o
Sangre en
orina.
¿Qué debe hacer si tiene
fiebre?
La fiebre en
un paciente anticoagulado, al igual que en otra persona que no tome
anticoagulantes, suele ser síntoma de una enfermedad infecciosa. Si la fiebre
está causada por una infección vírica solamente será necesario tomar
paracetamol como antitérmico (no usar aspirinas ni medicamentos que la
contengan). Existen además medidas físicas para intentar que la fiebre disminuya
como puede ser aplicación de compresas frías o un baño con agua tibia. Los
antibióticos solamente deben ser utilizados en caso de infección bacteriana y
siempre prescritos por su médico.
¿Qué debe hacer si tiene
dolor?
Si un paciente
anticoagulado tiene dolor puede tomar un analgésico tipo paracetamol o
metamizol. La vía de administración se elegirá en función de la intensidad,
descartando la vía intramuscular por el peligro de hemorragia que en sí misma
conlleva la punción.
Si el dolor es
de tipo articular se debe intentar medidas como aplicación de calor seco,
masaje sobre la zona, un antiinflamatorio en pomada y practicar ejercicios de
rehabilitación.
¿Qué
debe hacer si está embarazada?
Si una
paciente con tratamiento anticoagulante oral, en edad fértil se queda
embarazada debe contactar lo antes posible con el médico responsable del
control de su tratamiento con el fin de evitar los efectos nocivos de los
anticoagulantes orales ya que son capaces de atravesar la barrera placentaria y
producir malformaciones fetales.
¿Qué
debe hacer si se hace una herida?
El paciente
que toma tratamiento con anticoagulantes y sufre un traumatismo con herida
abierta debe saber que su sangre tarda más tiempo en coagularse por lo que
deberá hacer una compresión más prolongada sobre la zona. Si la herida es
importante en cuanto a tamaño y cantidad de sangre deberá ser remitido a un
servicio de Urgencias.
Si el paciente sufre un traumatismo sin herida abierta debe realizarse inmediatamente un vendaje compresivo. La compresión deberá mantenerse unas 12 horas, cuidando de no provocar una isquemia secundaria.
Si existe fractura ósea ha de ser trasladado inmediatamente a un servicio de Urgencias.
¿Qué
debe hacer si tiene que ir al dentista o someterse a una intervención
quirúrgica?
Un paciente
anticoagulado no puede ser sometido NUNCA a una extracción dental sin antes
tomar unas medidas adecuadas para disminuir el riesgo de hemorragia.
Los pacientes que están anticoagulados porque son portadores de una prótesis valvular o tienen una valvulopatía sin corregir, no deben dejar el tratamiento anticoagulante nunca, por lo que han de ser atendidos en un centro hospitalario donde se pueda existir una hemostasia adecuada tras la extracción.
Si los pacientes están anticoagulados porque sufrieron una trombosis venosa, embolia pulmonar o tienen una arritmia será suficiente con suspender la dosis unos dos días antes, pero no es recomendable realizar más de una extracción por mes.
Si después de la extracción sucede una hemorragia deberá acudir al odontólogo para que intente cesar la hemorragia.
Si va a someterse a una intervención quirúrgica, deberá notificarlo a su médico. Se precisa conocer la fecha de la misma al menos con una semana de antelación para prepararlo debidamente.
¿Qué
debe hacer si debe vacunarse?
El paciente
anticoagulado tiene las mismas indicaciones de vacunación que una persona sana,
además el riesgo de padecer una enfermedad infecciosa es mayor que el de la
población normal y puede descompensar su cardiopatía.
La administración de cualquier vacuna debe ser valorada por su médico. La vía de administración no tiene contraindicación, ya sea vía oral o la subcutánea. La inyección de la vacuna antitetánica, que es una inyección intramuscular, debe ser puesta preferiblemente en el brazo.
FUENTE: Clínica Universitaria de Navarra.
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