Los
anticoagulantes orales son medicamentos que hacen que la sangre tarde más
tiempo en coagular, con el fin de evitar la trombosis y/o embolia. El
contenido en vitamina K de su dieta puede interferir en la eficacia del
tratamiento, favoreciendo tanto un exceso como un defecto. Es conveniente que
siga las recomendaciones dietéticas que le adjuntamos a continuación, que le
ayudarán a alcanzar el nivel de anticoagulación deseado.
La mayor parte de la vitamina K procede
de los alimentos de origen vegetal, especialmente hortalizas de color amarillo
oscuro o verduras de hoja verde como las espinacas, el brócoli, el repollo, la
lechuga romana, las endibias, la col rizada, la remolacha, los espárragos y
algunas clases de soja fermentada. Estos alimentos no están prohibidos pero
deben ser controlados en la dieta.
Se recomienda
tomar dos raciones de verduras y hortalizas diarias (preferentemente una de
ellas crudas).
Evite realizar modificaciones drásticas
en su dieta habitual como dietas
de adelgazamiento con pocos vegetales o aumentar bruscamente la ingesta diaria
de alimentos con alto contenido en vitamina K (Ej. tomar brócoli diariamente en
temporada). Si tiene problemas digestivos persistentes (diarrea, vómitos) que
le impidan comer normalmente deberá alertar a su médico y realizar controles de
anticoagulación frecuentes.
Los alimentos de origen animal no suelen contener cantidades apreciables de
vitamina K (salvo el hígado) y pueden ser tomados sin preocupación. Algunos
alimentos muy grasos pueden contener formas de vitamina K y no son buenos para
su salud cardiovascular (aumentan el colesterol malo); por ello, disminuya
el consumo de grasas animales (como mantequilla, tocino, bollería
industrial, carnes grasas, embutidos, quesos, bacon, nata) y elija más pescado
que carne.
Use
preferentemente aceite de oliva virgen tanto para cocinar como para condimentar.
Es el aceite más saludable del mundo. Si se toma de cuatro a seis cucharadas al
día se aportará la cantidad de vitamina K que usted necesita. Otros aceites
como la soja o la colza aportan cantidades similares o algo menores por
cucharada. El aceite de maíz o girasol aportan muy poca vitamina K pero son mucho
menos saludables. Evite el consumo de alimentos elaborados con aceites
vegetales hidrogenados (los contienen las margarinas y muchos productos de
bollería industrial, galletas, alimentos de comida rápida, “comida basura” y
precocinados) Además de subir el colesterol, contienen una forma de vitamina K
que puede dificultar el control de la anticoagulación. Fíjese en el
etiquetado del alimento.
Tome al menos
tres piezas de fruta al día (prácticamente de cualquier tipo salvo
algunas, como el kiwi) y unos 30 g de frutos secos una o dos veces por semana
(nueces, almendras crudos). Para completar una dieta saludable incorpore
diariamente a su dieta alimentos del grupo de cereales y derivados (pan,
arroz, pasta, preferentemente integral) y patatas o similares. Tome legumbres
dos a tres veces en semana. Estos alimentos no contienen cantidades importantes
de vitamina K. Se recomienda tomar al menos dos raciones de alimentos lácteos
diarios (preferentemente desnatados o semi, para evitar que suba el
colesterol). Si tiene costumbre puede tomar cantidades moderadas de vino
o cerveza con las comidas (un vaso al día las mujeres y hasta dos los
hombres). Un consumo elevado de alcohol puede aumentar el efecto de los
anticoagulantes y tener otros efectos negativos para la salud.
Debe tener en
cuenta que los antibióticos pueden afectar las pruebas de coagulación.
Consulte a su médico por que puede ser conveniente realizar ajustes más
frecuentes.
Tenga en cuenta que una fuente muy
importante de vitamina K es la toma de suplementos de vitaminas, de “productos
naturales” o de herboristería. No olvide comentarle a su médico todo lo que
toma. En algunos casos puede ser la causa de que no se alcance un control
adecuado.
Tome la
medicación anticoagulante todos los días a la misma hora,
preferentemente media hora antes de la ingesta de alimentos. No deben
tomarse con antiácidos (Almax® o similares).
En la siguiente tabla pueden consultar el contenido de vitamina K de los alimentos más comunes:
Fuente: Sociedad Española de
Endocrinología y Nutrición.
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