El cáncer es
una de las principales causas de muerte en España. Uno de cada tres varones y
una de cada cuatro mujeres serán diagnosticados de cáncer a lo largo de su
vida. Aproximadamente el 40% de los cánceres se pueden prevenir.
El día 4 de febrero fue instaurado en el año 2000 como Día Mundial Contra el
Cáncer con el
objetivo de aumentar la concienciación y movilizar a la sociedad para avanzar
en la prevención y control de esta enfermedad.
¿Qúe es el cáncer?
El término
cáncer engloba un grupo numeroso de enfermedades que se caracterizan por el
desarrollo de células anormales, que se dividen y crecen sin control en
cualquier parte del cuerpo.
Mientras las
células normales se dividen y mueren durante un periodo de tiempo programado,
la célula cancerosa “olvida” la capacidad para morir y se divide casi sin
límite. Tal multiplicación en el número de células llega a formar unas masas,
denominadas “tumores”, que en su expansión destruyen y
sustituyen a los tejidos normales.
A. Las
células normales se dividen de forma controlada. Cuando una célula normal
desarrolla mutaciones que no pueden ser adecuadamente reparadas activa su
propio programa de muerte.
B. Las células
cancerosas desarrollan mutaciones que no son reparadas y olvidan la capacidad
para morir.
Algunos
cánceres pueden no formar tumores, como sucede típicamente en los de origen
sanguíneo. No todos los tumores son “malignos” (cancerosos).
Algunos crecen a un ritmo lento, que no se diseminan ni infiltran los
tejidos vecinos y se los considera “benignos”.
Se estima que
en el año 2015 se diagnosticarán 220.000 casos nuevos en España.
Afortunadamente
el riesgo de mortalidad por cáncer ha ido disminuyendo de forma considerable en
los últimos 20 años.
El
comportamiento, pronóstico y tratamiento de los diversos tipos de cáncer,
incluso dentro de las distintas fases evolutivas de un mismo tumor, son muy
diferentes.
¿Cómo se diagnostica y qué aspecto tiene?
Ante la
aparición de manifestaciones derivadas de la presencia del tumor, como un bulto
de rápido crecimiento, una tos o ronquera persistentes, sangrados digestivos,
etc. se inician una serie de estudios clínicos.
Estos
comenzarán por la consulta médica y la exploración física, y
seguirán por investigaciones analíticas y de imagen. En ocasiones los
resultados pueden ser sugestivos de su existencia, al descubrir, por ejemplo,
un nódulo mamario en la exploración o en una mamografía, una masa pulmonar en
una radiografía o un marcador tumoral elevado.
Sin embargo,
para el diagnóstico de certeza es imprescindible la confirmación
histológica, que lleva acabo el patólogo analizando el tumor a través del
microscopio. Para ello siempre deberá extraerse y analizarse una muestra del
tejido tumoral, con procedimientos como la punción-aspiración o la biopsia.
¿Cómo evoluciona?
El cáncer se
extiende a los tejidos y órganos vecinos a través de un proceso de invasión,
emigrando e infiltrando directamente las áreas contiguas.
Además, puede
invadir los vasos sanguíneos y linfáticos, y viajar a través de ellos hasta
otros órganos o tejidos distantes en los que puede implantarse. Estos nuevos
focos de enfermedad son las “metástasis”, o enfermedad “diseminada o a distancia”, en contraposición al foco inicial del tumor, que se
designa como tumor “primario”o “primitivo”.
Ejemplo: El
cáncer se define por la localización del tumor primario. En el ejemplo, un
tumor que se origina en el colon y metastatiza el hígado, sigue siendo un
cáncer de colon, no un cáncer hepático.
Cada tipo de
tumor se extiende de forma diferente, dependiendo de su localización y
características biológicas.
¿Cómo afecta el cáncer a los pacientes?
Dado que el
cáncer puede formarse en cualquier lugar del cuerpo y evolucionar con muchos
patrones diferentes de diseminación, sus manifestaciones pueden ser igualmente
diversas.
Muchos tumores
primarios, o sus metástasis, pueden causar hinchazón o tumor (“bulto”) cuando
crecen en partes visibles del cuerpo, como la piel, la mama, o la cavidad oral.
La mayoría de
las veces estas tumoraciones son indoloras, salvo complicaciones añadidas como
ulceración de la piel, sobreinfección, rotura de la cortical del hueso, etc.
Es muy
característico, sobre todo en cánceres avanzados, que los tumores debiliten el
estado general. Esto no solo lo provocan consumiendo nutrientes, sino liberando
sustancias que pueden inducir, por ejemplo, desnutrición,
cansancio, o fiebre.
Otras
expresiones de la enfermedad comunes son las derivadas de las alteraciones
sanguíneas, en forma de anemia, infecciones y alteraciones de la coagulación.
Hay
manifestaciones que no necesariamente obedecen a la presencia de un cáncer,
pero que deben alertar para descartar su existencia: cambios en el ritmo
intestinal o urinario, úlceras que no cicatrizan, sangrados sin causa conocida,
aparición de masas o bultos, dificultad para deglutir, tos o ronqueras
persistentes, o desnutrición progresiva sin causa aparente.
¿Qué aumenta el riesgo de cáncer?
Ya se ha
señalado que la mitad de los tumores se producen como consecuencia del
tabaquismo, la obesidad y la inactividad, factores absolutamente evitables.
El tabaquismo representa
el principal carcinógeno ambiental conocido para padecer cáncer, siendo la
primera causa de cáncer de pulmón, y un factor importante en otros cánceres
como los de cabeza y cuello, esófago, estómago, páncreas,etc. ya que en el humo del
tabaco se han identificado docenas de carcinógenos.
Evitar el
tabaco, en sus diversas formas, es el cambio de hábito más efectivo para
reducir el riesgo de padecer un cáncer a lo largo de la vida.
El consumo
de alcohol en cantidades abundantes se asocia a un riesgo aumentado
de diversos tipos de cáncer, particularmente de cavidad oral, laringe y
esófago.
Otros muchos
agentes externos, de tipo químico, se han asociado al riesgo de cáncer, como
los asbestos (presentes típicamente en aislantes y materiales de construcción)
y el mesotelioma o el cáncer de pulmón, los benzenos (en petróleos) y las
leucemias, el gas radón (presente en los granitos, minas de carbón) y el cáncer
de pulmón, las naftilaminas y el cáncer de vejiga, el cloruro de vinilo y el
cáncer hepático, etc.
La exposición
prolongada o intensa a radiaciones puede ocasionar un cáncer. La
radiación ultravioleta, presente en los rayos solares, es una radiación de baja
energía que se asocia al cáncer de piel en personas prolongadamente o
intensamente expuestas.
Algunas
infecciones bacterianas también se han asociado a cáncer. El caso mejor
documentado es la infección por Helicobacter pylori, una bacteria que infecta
el estómago ocasionando úlceras, que se asocia al desarrollo de cáncer de
estómago.
Múltiples
evidencias sugieren que los hábitos alimentarios y de estilo de vida
se relacionan con el riesgo de cáncer, en concreto la obesidad y la inactividad
física. En general se recomienda una dieta baja en grasas y calorías, pues
poblaciones habituadas al consumo de carne y bajo contenido en frutas y
verduras padecen un aumento de riesgo de cáncer, sobre todo de colon.
Igualmente se
recomienda la práctica rutinaria del ejercicio físico.
Aproximadamente
el 10-20% de los cánceres se desarrollan en personas con historia familiar de
cáncer. Cuando esto ocurre es posible que las mutaciones sean transmitidas de
unas generaciones a otras, situación denominada cáncer hereditario.
Por último
puede señalarse que algunas enfermedades subyacentes, como la colitis ulcerosa,
las inmunodeficiencias, o las inflamaciones crónicas, aumentan el riesgo de
padecer cáncer.
Os proponemos este
emocionante cortometraje que nos demuestra que la vida es estupenda para vivirla,
pero también para lucharla… ¡Siempre!
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interés:
Fuente: SEOM
Os felicito por este blog, me ha encantado el video, es muy emotivo, te hace pensar e ilusiona ante los problemas.
ResponderEliminarGracias