Los niveles elevados de colesterol en la sangre
suponen un importante factor de riesgo cardiovascular. Se estima que es
corresponsable del 60% de las enfermedades del corazón y, a su vez, éstas son
la principal causa de muerte en nuestro país y en el mundo. Y es que, aunque el
colesterol es una sustancia grasa natural necesaria para el normal
funcionamiento del organismo, cuando sus niveles en sangre se disparan ponemos
en riesgo nuestra salud porque se multiplican las posibilidades de sufrir un
infarto de miocardio.
La razón es que cuando las células son incapaces
de absorber todo el colesterol que circula por la sangre, el sobrante se
deposita en la pared de las arterias, contribuyendo a su progresivo
estrechamiento y originando lo que se conoce como ateroesclerosis, que consiste
en una obstrucción por parte de las placas de ateroma y un endurecimiento de
las arterias.
Cuando se produce esa obstrucción de forma
parcial a nivel de las arterias del corazón se puede producir una angina de
pecho. Pero si se trata de una obstrucción total de forma aguda puede provocar
un infarto agudo de miocardio. Y cuando esas placas afectan a los vasos que van
al cerebro, el resultado son accidentes cerebrovasculares o ictus.
¿Qué es el beta-glucano?
Para controlar los niveles de colesterol, que
pueden aumentar hasta un 15% tras las fechas navideñas según un estudio
publicado en la revista Atherosclerosis, la práctica de ejercicio físico
frecuente es fundamental, al igual que seguir una alimentación saludable. En
esta, además de las frutas y verduras, juegan un papel importante determinados
productos, como el salvado de avena, rico en beta-glucano.
El beta-glucano es un tipo de fibra soluble que
se encuentra de forma natural en la avena y la cebada. Se trata de una fibra
que forma geles viscosos en el tracto gastrointestinal, lo que hace que se
retrase el vaciamiento gástrico, se enlentezca la digestión y aumente la
eliminación de los ácidos biliares por las heces, por lo que disminuye la
absorción del colesterol procedente tanto de los alimentos como de la bilis.
Desde un punto de vista cardiovascular, este es
uno de sus efectos más beneficiosos, el de reducir los niveles de colesterol
LDL, popularmente conocido como “colesterol malo”. De hecho, numerosos estudios
avalan la inclusión en la dieta, de forma regular, de al menos 3g de
beta-glucano de avena por los efectos beneficiosos sobre las cifras de
colesterol en sangre en la población, especialmente en las personas con
hipercolesterolemia. El efecto reductor del colesterol sanguíneo del
beta-glucano se debe, principalmente, a su capacidad para disminuir la
absorción de colesterol dietético y la recaptación de los ácidos biliares.
Además, al ser una fibra procedente de los
cereales, también contribuye a reducir la subida de glucosa en sangre después
de comer. Otro de sus beneficios es que tiene un efecto inmunomodulador,
ejerciendo un efecto antioxidante. También se ha observado que aumenta la
resistencia frente a procesos infecciosos y que ayuda a un buen funcionamiento
del intestino. Por otra parte, ayuda en el control del peso porque disminuye la
absorción de grasas en el intestino y crea una sensación de saciedad.
Fuente: Fundación Española del
Corazón
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