En lo que va de año, 222 personas han perdido la
vida por ahogamientos en España según los datos de la Federación Española de
Salvamento y Socorrismo (RFESS). Estamos muy preocupados. Asistimos a un
elevado número de ahogamientos en ríos, pantanos, piscinas o playas y, en la
mayor parte de las ocasiones, estos incidentes mortales pueden evitarse. Por
ello, pedimos a las
familias que no bajen la guardia y sigan las recomendaciones de los profesionales.
Los ahogamientos en zonas de agua son la tercera causa de muerte por
traumatismo no intencionado en el mundo y representa el 75 por ciento de todos los fallecimientos relacionados
con traumatismos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), pierden la
vida a nivel mundial 236.000 personas por este tipo de accidentes.
Personas mayores
Desde el Ministerio de Sanidad identifican varios
factores de
riesgo relacionados
con los ahogamientos, y tener conocimiento de los mismos puede ayudar a
prevenir accidentes. Son, principalmente, la adopción de conductas de riesgo,
los momentos de relajación en la vigilancia de menores, bañarse en zonas sin
vigilancia, el consumo de alcohol y otras drogas cerca o dentro del agua, las
condiciones médicas como la epilepsia y los turistas no familiarizados con las
particularidades de las aguas locales. Cabe recordar que se debe tener especial atención
tanto con personas mayores como con menores de edad.
Además de prevención, la educación es muy
importante. Suelen darse casos en los que una persona intentar socorrer a
alguien que se está ahogando y en vez de tener una víctima tenemos dos, como ha
sucedido en Mallorca con el padre que ha fallecido intentando salvar la vida de
su hijo. Por eso, es fundamental que todo el mundo aprendamos el manejo inicial de una
situación como esta para saber qué hacer y qué no hacer; o cómo llevar a cabo
los primeros auxilios.
Desenlace fatal
El momento en que una persona empieza a ahogarse,
el desenlace a menudo es rápido y fatal; y en los casos en los que el individuo
no fallece, debe ser ingresado en centros hospitalarios con diferentes
consecuencias o lesiones. La falta de oxígeno que se produce en estos casos
puede dañar múltiples órganos, producir lesiones cerebrales e incluso paro
cardiaco.
Para evitar que el número de ahogamientos siga aumentando en lo que queda de verano, el Consejo General de Enfermería ha publicado las siguientes recomendaciones:
1. Familiarizarse con la piscina
2. No nadar por encima de sus posibilidades
3. Conocer la profundidad del vaso
4. Evitar tirarse de cabeza
5. No ingerir alcohol ni comidas muy pesadas
6. Poner vallas con cerrojos en piscinas privadas
7. Vigilar siempre a los menores y no dejarlos nunca
al cuidado de otro menor.
8. Elegir zonas vigiladas para nadar en playas y
piscinas
9. Los niños en edad escolar deben aprender a nadar
10. Formar al entorno en rescate seguro y reanimación
Fuente: Consejo General de Enfermería
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