Signos y síntomas
El periodo de incubación (intervalo entre la
infección y la aparición de los síntomas) de la viruela símica suele ser de 6 a
13 días, aunque puede variar entre 5 y 21 días.
La infección puede dividirse en dos periodos:
·
El periodo de
invasión (dura entre 0 y 5 días), caracterizado por fiebre, cefalea intensa,
linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos), dolor lumbar, mialgias
(dolores musculares) y astenia intensa (falta de energía). La linfadenopatía es
una característica distintiva de la viruela símica que la diferencia de otras
enfermedades que inicialmente pueden parecer similares (varicela, sarampión,
viruela).
·
La erupción
cutánea suele comenzar 1-3 días después de la aparición de la fiebre y tiende a
concentrarse sobre todo en la cara y las extremidades en lugar de en el tronco.
Las zonas más afectadas son el rostro (en el 95% de los casos), las palmas de
las manos y las plantas de los pies (en el 75% de los casos). También se ven
afectadas las mucosas orales (en el 70% de los casos), los genitales (30%) y
las conjuntivas (20%), así como la córnea. La erupción evoluciona
secuencialmente de máculas (lesiones con una base plana) a pápulas (lesiones
firmes ligeramente elevadas), vesículas (lesiones llenas de líquido claro),
pústulas (lesiones llenas de líquido amarillento) y costras que se secan y se
caen. El número de lesiones varía de unas pocas a varios miles. En casos
graves, las lesiones pueden unirse y hacer que se desprendan grandes secciones
de piel.
La viruela símica suele ser una enfermedad
autolimitada, con síntomas que duran de 2 a 4 semanas. Los casos graves se
producen con mayor frecuencia en los niños, y su evolución depende del grado de
exposición al virus, el estado de salud del paciente y la naturaleza de las
complicaciones. Las deficiencias inmunitarias subyacentes pueden causar peores
resultados. Aunque la vacunación contra la viruela confería protección en el
pasado, hoy en día las personas menores de 40 a 50 años de edad (según el país)
pueden ser más susceptibles a la viruela símica debido al cese de las campañas
de vacunación contra la viruela en todo el mundo después de la erradicación de
la enfermedad. Las complicaciones de la viruela símica pueden ser infecciones
secundarias, bronconeumonía, síndrome séptico, encefalitis e infección de la
córnea con la consiguiente pérdida de la visión. Se desconoce la tasa de
incidencia de infecciones asintomáticas.
A lo largo de la historia, la tasa de letalidad
de la viruela símica ha oscilado entre el 0% y el 11% en la población general,
y ha sido mayor entre los niños pequeños. Recientemente, la tasa de letalidad
ha sido de alrededor del 3%-6%.
Diagnóstico
Al realizar el diagnóstico diferencial, se
deberán tener en cuenta los elementos que la diferencian de otras enfermedades
exantemáticas como la varicela, el sarampión, las infecciones bacterianas de la
piel, la sarna, la sífilis y las alergias medicamentosas. La linfadenopatía que
aparece en la fase prodrómica de la enfermedad puede ser una manifestación
clínica que ayude a diferenciar esta enfermedad de la varicela o de la viruela
humana.
En caso de sospecha, los profesionales de la
salud deberán obtener una muestra adecuada y enviarla en condiciones seguras a
un laboratorio que disponga de los medios apropiados. La confirmación de la
viruela símica depende del tipo y la calidad de la muestra y del tipo de prueba
de laboratorio practicada. Las muestras, por lo tanto, deben ser envasadas y
enviadas de conformidad con los requisitos nacionales e internacionales. La
prueba de laboratorio preconizada, por la exactitud y sensibilidad que ofrece,
es la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Las muestras idóneas para
diagnosticar la viruela símica con esta técnica son las que provienen de
lesiones cutáneas: techo o líquido de vesículas y pústulas, así como costras
secas. Cuando sea factible, la biopsia es una opción. Las muestras de lesiones
deben almacenarse en un tubo seco y estéril (sin medios de transporte víricos)
y conservarlas en refrigeración. A menudo, las PCR practicadas a partir de
muestras sanguíneas no son concluyentes porque la viremia es demasiado reciente
en el momento en que se toman las muestras tras la aparición de los síntomas;
por este motivo, no conviene extraer sangre sistemáticamente a los pacientes.
Dado que los ortopoxvirus manifiestan reactividad
cruzada a nivel serológico, los métodos de detección de antígenos y anticuerpos
no proporcionan confirmación específica de la viruela símica. Por lo tanto, no
se recomienda el uso de métodos serológicos ni de detección de antígenos para
el diagnóstico o la investigación de casos cuando los recursos son escasos.
Además, la vacunación reciente o antigua con una vacuna con el virus de la
vaccinia (por ejemplo, cualquier persona vacunada antes de la erradicación de
la viruela, o más recientemente vacunada debido a un mayor riesgo, como el
personal de laboratorio que trabaja con ortopoxvirus) podría dar lugar a
resultados positivos falsos.
Para interpretar los resultados de las pruebas,
es fundamental que se proporcione información del paciente junto con las
muestras, como: a) fecha de inicio de la fiebre, b) fecha de inicio de la
erupción, c) fecha de extracción de la muestra, d) estado actual del individuo
(etapa de la erupción) y e) edad.
Tratamiento
La atención clínica para la viruela símica debe
optimizarse al máximo con el fin de aliviar los síntomas, controlar las
complicaciones y evitar secuelas a largo plazo. Se debe ofrecer líquidos y
alimentos a los pacientes para mantener un estado de nutrición adecuado. Las
infecciones bacterianas secundarias deben tratarse según esté indicado. En
2022, a raíz del análisis de datos obtenidos en estudios en animales y humanos,
la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) autorizó el uso para la viruela símica
de un antivírico denominado tecovirimat que se había desarrollado para la viruela.
Todavía no está ampliamente disponible.
Si se utiliza para atender al paciente, en
condiciones ideales la administración del tecovirimat debe supervisarse en un
contexto de investigación clínica con recopilación de datos prospectivos.
Vacunación
A través de varios estudios de observación, se
demostró que la eficacia de la vacunación contra la viruela en la prevención de
la viruela símica es de alrededor del 85%. Por lo tanto, la vacunación previa
contra la viruela puede hacer que la enfermedad sea más leve. Por lo general,
la prueba de la vacunación previa contra la viruela consiste en una cicatriz en
la parte superior del brazo. En la actualidad, las vacunas originales (de
primera generación) contra la viruela ya no están disponibles para el público
en general. Algunos miembros del personal de laboratorio o de la salud pueden
haber recibido una vacuna contra la viruela más reciente para protegerlos en
caso de exposición a ortopoxvirus en el lugar de trabajo. En 2019, se aprobó
una vacuna aún más nueva con virus de la vaccinia atenuado modificado (cepa de
Ankara) para la prevención de la viruela símica. Se trata de una vacuna de dos
dosis cuya disponibilidad sigue siendo limitada. Las vacunas contra la viruela
y la viruela símica se desarrollan en formulaciones con virus de la vaccinia
debido a que confieren cierta protección cruzada para la respuesta inmunitaria
contra los ortopoxvirus.
Prevención
Concienciar sobre los factores de riesgo y educar
a las personas sobre las medidas que pueden adoptar para reducir la exposición
al virus es la principal estrategia de prevención de la viruela símica. Se
están llevando a cabo estudios científicos para evaluar la viabilidad y la
idoneidad de la vacunación para la prevención y el control de la viruela
símica. Algunos países tienen o están formulando políticas para ofrecer vacunas
a las personas que pueden estar en situación de riesgo, como el personal de
laboratorio, los equipos de respuesta rápida y los trabajadores de la salud.
Reducción del riesgo de transmisión de
persona a persona
La vigilancia y la rápida detección de nuevos
casos son fundamentales para contener los brotes epidémicos. Durante los brotes
de viruela símica, el contacto estrecho con otras personas infectadas
constituye el factor de riesgo de infección más importante. El riesgo de
infección es mayor para los trabajadores de la salud y los miembros del hogar.
Los trabajadores de la salud que atienden a pacientes con infección presunta o
confirmada por el virus de la viruela símica, o que manipulan muestras de estos
pacientes, deben adoptar las precauciones habituales de control de infecciones.
Si es posible, se debe seleccionar a personas previamente vacunadas contra la
viruela para que atiendan al paciente.
Las muestras procedentes de personas o animales
con presunta infección por el virus de la viruela símica deben ser manipuladas
por personal formado que trabaje en laboratorios debidamente equipados. Las
muestras de los pacientes deben prepararse de forma segura para su transporte con
un embalaje triple de acuerdo con las directrices de la OMS para el transporte
de sustancias infecciosas.
La identificación, en mayo de 2022, de
conglomerados de casos de viruela símica en varios países no endémicos sin
vínculos directos de viaje a una zona endémica es infrecuente. Se están
llevando a cabo más investigaciones para determinar la fuente probable de
infección y limitar la propagación posterior. Al tiempo que se investiga la
fuente de este brote, es importante examinar todos los modos posibles de
transmisión para salvaguardar la salud pública. Puede consultar más información
sobre este brote aquí.
Reducción del riesgo de transmisión
zoonótica
A lo largo del tiempo, la mayoría de las
infecciones humanas han sido el resultado de una transmisión primaria de animal
a ser humano. Debe evitarse el contacto sin protección con animales salvajes
(incluida su carne, sangre y otras partes), especialmente aquellos que están
enfermos o muertos. Además, todos los alimentos que contengan carne o partes de
animales deben cocinarse bien antes de consumirlos.
Prevención de la viruela símica mediante
restricciones al comercio de animales.
Algunos países han adoptado regulaciones que
restringen la importación de roedores y primates no humanos. Los animales
cautivos presuntamente infectados por el virus de la viruela símica deberán
aislarse de otros animales y ponerse en cuarentena con efecto inmediato.
Cualquier animal que pueda haber estado en contacto con un animal infectado
debe ser puesto en cuarentena, manipulado con las precauciones habituales y
observado para detectar síntomas de viruela símica durante 30 días.
Relación entre la viruela símica y la
viruela
El cuadro clínico de la viruela símica se asemeja
al de la viruela, infección por Orthopoxvirus relacionada que se declaró
erradicada en todo el mundo en 1980. La viruela se transmitía más fácilmente y
tenía un desenlace letal con mayor frecuencia, ya que alrededor del 30% de los
pacientes morían. El último caso de viruela adquirida naturalmente se produjo en
1977 y, tras una campaña mundial de vacunación y contención, en 1980 se declaró
que la viruela había sido erradicada en todo el mundo. Han pasado 40 años o más
desde que todos los países dejaron de vacunar de forma sistemática contra la
viruela con vacunas con el virus de la vaccinia. Dado que la vacunación también
protegía contra la viruela símica en África occidental y central, las
poblaciones no vacunadas son también ahora más susceptibles a la infección por
el virus de la viruela símica.
Aunque ya no se dan casos de viruela de forma
natural, el sector de la salud en todo el mundo permanece vigilante para
detectar una posible reaparición a través de mecanismos naturales, accidentes
de laboratorio o liberación intencionada. Para garantizar la preparación mundial
en caso de resurgimiento de la viruela, se están desarrollando nuevas vacunas,
pruebas diagnósticas y antivíricos, medidas todas ellas que también pueden
resultar útiles para la prevención y el control de la viruela símica.
Fuente: Organización Mundial de la
Salud