viernes, 18 de febrero de 2022

Papiloma humano

 

¿Qué es el virus del papiloma humano (VPH)?

En realidad, la familia de los virus VPH se compone de un gran grupo de virus (existen más de más de 100 tipos o variantes).

Es un microorganismo que se transmite en el transcurso de las relaciones sexuales e infecta el aparato genital masculino y femenino. Puede ocasionar lesiones en la piel y las mucosas, afectando también boca, garganta, ojos y aparato respiratorio.

El hombre infectado puede tener lesiones asintomáticas y no visibles. En la mujer, las zonas más afectadas suelen ser la vulva, la pared vaginal, el cuello uterino, el periné y el ano.

¿Puede producir cáncer?

La infección por virus del papiloma humano es la principal causa del cáncer de cuello de útero (cérvix uterino). No todos los tipos de VPH tienen la misma capacidad de producir cáncer (tipos oncogénicos). En la actualidad, no es posible saber con certeza si una persona infectada por virus de papiloma humano desarrollará cáncer.

Este virus también se asocia a otros cánceres como el de vagina, vulva y ano en las mujeres y pene y ano en los hombres.

Los serotipos no oncogénicos son responsables de la aparición de verrugas genitales.

¿Qué signos y síntomas produce la infección por VPH?

La mayoría de las personas infectadas por el virus de papiloma humano no presenta síntomas o problemas de salud por la infección. Aunque cerca de la mitad de personas activas sexualmente son infectadas por el virus, en aproximadamente el 90 por ciento de los casos el sistema inmunitario elimina del organismo este virus en un tiempo de dos años. Las infecciones que no sean eliminadas, en las que el virus persiste, no se curan por este mecanismo natural y precisarán tratamiento.

Algunos signos que puede causar son:

·      Verrugas genitales: aparecen en las zonas genitales como un granito o pequeños grupos de granitos.

·      Cáncer de cuello uterino: por lo general no presenta síntomas hasta etapas avanzadas. Por esta razón, es importante participar en los programas de detección precoz.

¿Cómo se transmite el virus del papiloma humano?

Se puede transmitir por la práctica de sexo vaginal, anal y oral. También mediante el contacto directo con las verrugas de la piel.   

El VPH puede persistir en una persona hasta años después de haber tenido contacto sexual con una pareja infectada. La mayoría de las personas infectadas no saben que lo están y que pueden transmitir el virus a su pareja sexual. Es posible contraer más de un tipo de VPH.

¿Cómo se previenen las enfermedades ocasionadas por el virus del papiloma humano?

Prevención primaria (evitar la infección):

·      Relaciones sexuales protegidas. El uso del preservativo reduce el riesgo de contraer el virus del papiloma humano en las relaciones sexuales.

·      Vacunación frente a VPH. El calendario vacunal incluye la vacunación de las preadolescentes a la edad de 12 años. La edad de vacunación se ha reducido de los 14 a los 12 años para garantizar la protección antes del inicio de las relaciones sexuales. La pauta de administración es de dos dosis separadas seis meses. La vacuna es muy efectiva en la prevención del cáncer por los serotipos oncogénicos más frecuentes (los serotipos 16 y 18 son causantes del 80% de los casos).

Prevención secundaria

·      Programa de detección precoz de cérvix uterino. Mediante el análisis periódico de una muestra del epitelio uterino es posible detectar lesiones precursoras de cáncer en estadios tempranos, susceptibles de tratamiento.

 

Fuente: Sescam


viernes, 11 de febrero de 2022

La salud mental de las enfermeras por la pandemia

 

El 85% de las enfermeras ha visto afectada su salud mental por la pandemia y la mitad se plantea abandonar la profesión.

“Las enfermeras españolas han pasado del aplauso al olvido. Se hallan en una situación insostenible que está provocando algo impensable para una profesión tan vocacional como es el abandono”. Así de contundente se ha mostrado Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, durante la presentación del estudio “Radiografía de la situación profesional y emocional de la profesión enfermera”, en el que se ha puesto de manifiesto la situación crítica en la que se encuentran los profesionales de enfermería tras años de ninguneo por parte de las administraciones.

Más de 20.000 enfermeras han respondido a la macroencuesta, que deja claro que el gran problema es que no se atisba una salida a esta enorme crisis porque la lucha contra el virus mantiene en un bucle asistencial a casi el 80% de los profesionales, que se ve obligado a dedicar la mayor parte de su tiempo de trabajo al COVID y no puede prestar la asistencia que querría al resto de sus pacientes.

Entre otros muchos datos, el resultado de tantos y tantos meses de desgaste ha tenido consecuencias muy graves para la salud metal de estos profesionales, ya que un tercio de ellos (33%) reconoce haber sufrido depresión, 6 de cada 10 confirman haber padecido insomnio (58,6%) y algo más de dos terceras partes ha tenido episodios graves de ansiedad (67,5%).

Tal y como han explicado durante la rueda de prensa, “se trata de una macroencuesta histórica que pone de manifiesto la situación insostenible que vive la profesión enfermera y su creciente indignación”. “Nuestro objetivo era cuantificar y conocer con exactitud el impacto generado por el COVID-19 entre las 275.000 enfermeras y enfermeros en activo que trabajan en centros sanitarios, públicos y privados, de toda España. Los resultados conforman una radiografía fiable, rigurosa y completa de la situación emocional y profesional en el sector”, ha destacado Pérez Raya.

El presidente de las más de 325.000 enfermeras y enfermeros de España ha aseverado que estamos ante “una radiografía rigurosa que viene a demostrar la presión asistencial y de todo tipo a la que están sometidas las enfermeras. Una situación que viene de muy atrás y que desde hace dos años se ha agravado por la pandemia del COVID”. Recordando que “España sufre un déficit crónico de enfermeras que pone en peligro el sistema sanitario y el bienestar de una sociedad cada vez más envejecida y aquejada de enfermedades crónicas, unos ciudadanos con una creciente necesidad de cuidados. De verdad, no podemos seguir maltratando a una profesión fundamental para la salud de la población y para el futuro de la sostenibilidad del sistema sanitario, ni mantener con un número de profesionales que está a años luz de las necesidades asistenciales de la profesión, no podemos estar tan alejados de países de nuestro entorno y nivel socioeconómico como Reino Unido o Francia”.

Profesionales extenuados

Los resultados del estudio ponen de manifiesto “la situación insostenible” en la que se encuentran las enfermeras: están extenuadas, desmotivadas y, muchas de ellas, a punto de “abandonar la profesión”: así, casi la mitad (46.5%) ha barajado la posibilidad de dejar la profesión y 3 de cada 10 de los profesionales (28.4%) no volverían a estudiar la carrera si pudiesen dar marcha atrás. El 62.8% de los profesionales que reúnen los requisitos para obtener la jubilación en cualquiera de sus fórmulas, se está planteando solicitarla. Tras los aplausos durante el confinamiento, la profesión enfermera denuncia que “se siente absolutamente abandonada y ha perdido completamente la fe en llegar a ver resueltas algún día las diferentes dificultades, obstáculos y precariedades que tiene que sufrir jornada tras jornada. Y es que, prácticamente, el cien por cien (98,7%) de los profesionales ni se siente reconocido por los políticos ni confía en que estos den soluciones”.

Pérez Raya ha destacado que, “las enfermeras llevan décadas denunciando las condiciones laborales que tienen que soportar con contratos precarios que duran incluso días sueltos, rotaciones por todo tipo de servicios clínicos, salarios muy bajos, pérdida de poder adquisitivo durante una década y altas cargas asistenciales por tener una de las ratios de enfermera por paciente más baja de Europa. La sobrecarga asistencial, que ha supuesto la pandemia por COVID-19 para todas ellas, ha sido la puntilla para esta profesión, tanto en el ámbito profesional, como en el emocional”. Así, el descontento y la indignación actual de las enfermeras es tan generalizado que el 91,7% de las enfermeras y enfermeros cree que es necesario movilizarse ya para decir ¡basta ya! y conseguir medidas efectivas que pongan solución a factores como la sobrecarga de trabajo, el agotamiento físico y mental, las condiciones laborales, el reconocimiento profesional y el desarrollo efectivo de las especialidades enfermeras, entre otros temas.

COVID

El estudio demuestra el coste psicológico y emocional que ha supuesto la pandemia por COVID para las enfermeras y enfermeros españoles. Así el 84,7% de profesionales reconoce que se ha visto afectada su salud mental por culpa de la pandemia, una huella que ha resultado aún más profunda entre los profesionales que trabajan en Cuidados Intensivos, Atención Primaria, Sociosanitaria y Urgencias. Los enfermeros y enfermeras han respondido claramente cuál ha sido su afectación a nivel psicológico y mental y es demoledor porque un tercio reconoce haber sufrido depresión (33%); 6 de cada 10 confirman haber padecido insomnio (58,6%) y algo más de dos terceras partes ha tenido episodios graves de ansiedad (67,5%) por culpa de la pandemia. Asimismo, el COVID ha generado episodios de estrés en el 88,5% de los profesionales y el 58,4% temor y miedo.

Si analizamos las consecuencias psicológicas y emocionales de la pandemia por COVID en base al área de trabajo asistencial de los profesionales, los resultados dejan muy claro que Cuidados Intensivos, Urgencias y Sociosanitario son las áreas donde se manifiestan con más fuerza las consecuencias emocionales del COVID en la profesión.

La encuesta pone de manifiesto también que el 16,5% de las enfermeras se han visto obligadas a pedir la baja por ansiedad, estrés o agotamiento mental. Y la mayor incidencia de bajas por estos motivos la presentan las profesionales del área sociosanitaria (19,1%).

Incidencia

El estudio ha analizado también cuál ha sido la incidencia de contagios COVID entre los propios profesionales de Enfermería y los resultados ponen de manifiesto que prácticamente la mitad de los profesionales (un 48%) ha padecido esta enfermedad que tiene en vilo al mundo desde hace dos años y, de todos ellos, un 14,5% ha estado contagiado ya dos o más veces. La incidencia de COVID-19 en las enfermeras y enfermeros (48%) supera ampliamente a la de la población general (que está situada en torno a un 21%) y demuestra el coste epidemiológico y psicológico que ha supuesto para los profesionales.

Duplicar profesionales para dar respuesta asistencial

Las enfermeras y enfermeros que han participado en el estudio también analizan las propias plantillas de profesionales en las que trabajan para saber si sería necesario contratar más enfermeras para poder dar respuesta a las necesidades asistenciales de los pacientes a los que están atendiendo en sus centros y servicios clínicos. Las conclusiones son claras y es que los resultados demuestran que en la situación actual sería necesario prácticamente doblar el número de enfermeras/os en plantilla para poder prestar una asistencia adecuada a sus pacientes. Así, el 93,6% de las enfermeras considera que habría que incrementar las plantillas. La opinión mayoritaria es que se debería aumentar entre el 33% y el 100% la plantilla de profesionales. En resumen, de media creen que donde hay 3 enfermeras, debería haber entre 4 y 6.

Si analizamos estos mismos datos acerca en base a las áreas de trabajo en la que prestan su asistencia las enfermeras, observamos que, si bien la necesidad de ampliar las plantillas es bastante similar en las distintas áreas, resulta sustancialmente primordial en atención primaria, cuidados intensivos y urgencias.

Condiciones de trabajo pésimas

La investigación también ha analizado las diferentes condiciones de trabajo de las enfermeras respecto a variables relacionadas con el entorno laboral y se constata claramente la indignación de las enfermeras con cada uno los distintos aspectos porque ninguno de ellos logra aprobar en una escala de 0 a 10, y la mayoría está por debajo del cuatro. Tal y como apuntan, “estamos, por tanto, ante una profesión que suspende sus condiciones laborales y profesionales”. De todos los aspectos que se han preguntado, el mejor valorado, aunque no alcanza el aprobado tampoco, es de la estabilidad laboral (4,89 sobre 10) seguido de los turnos (4,51); mientras que en el resto de aspectos las notas son mucho más bajas: conciliación de la vida familiar (2,97), reconocimiento de la carrera profesional (2,92), carga de trabajo (3,35), salario (3,37) y desarrollo de las especialidades (2,28).

Unanimidad respecto a conseguir el nivel A1

Finalmente, esta radiografía enfermera pone de manifiesto que la profesión respalda de forma unánime la lucha puesta en marcha por la Organización Colegial para conseguir que las enfermeras sean incluidas en el Grupo A1 del personal de la Administración General de Estado. Así, el 96,9% de los profesionales encuestados creen que es fundamental el reconocimiento de la categoría A1 para su profesión. A este respecto, desde el Consejo General apuntan que las enfermeras llevan años denunciando la injusticia que supone que estén incluidas en la categoría A2 del personal de la administración pública porque en base a su formación universitaria (Grado Universitario de 240 créditos) y su nivel de responsabilidad (en sus manos está la vida de los pacientes) deberían estar incluidas en el mismo nivel que otras profesiones con idéntica formación universitaria, siendo esto una discriminación absoluta hacia las enfermeras y enfermeros.

Una profesión dispuesta a movilizarse

“El descontento y la indignación de las enfermeras con sus condiciones laborales, con el reconocimiento social y con la falta absoluta de confianza en los políticos tiene claras consecuencias a la hora de valorar posibles acciones a llevar a cabo para decir “¡basta ya!”, apuntan desde el CGE. Así, el 91,7% de los profesionales entiende que es necesario movilizarse para conseguir reacciones y medidas políticas claras que pongan solución efectiva a factores como la carga de trabajo, por el agotamiento físico y mental, y para reclamar mejoras laborales y un desarrollo efectivo de las especialidades enfermeras, entre otros temas, la sensación de abandono por parte de la administración es absoluto en la profesión. Además, el estudio pone de manifiesto que el 75,9% de las enfermeras encuestadas participaría en esas movilizaciones.

El trabajo demográfico ha sido desarrollado por el Consejo General de Enfermería de España en coordinación con el resto de la Organización Colegial al completo (Colegios provinciales y Consejos Autonómicos). Se ha pedido la participación a través de mensajes y un emailing personalizado realizado a la base de datos de los colegiados y colegiadas y el trabajo demoscópico ha estado supervisado por los expertos del Instituto Análisis e Investigación.

  


Fuente: Diarioenfermero


jueves, 10 de febrero de 2022

Dispareunia, penetración dolorosa, posibles causas y formas de evitarlo

 


La dispareunia puede provocar rechazo y miedo a las relaciones sexuales de la mujer, afectando a sus relaciones personales y llegando a afectar psicológicamente en su vida.

El dolor durante las relaciones sexuales con penetración es un problema más frecuente de lo que se suele imaginar y afecta a muchas mujeres. Pero ¿qué es exactamente la dispareunia femenina? ¿Se puede disfrutar de las relaciones sexuales cuando existe penetración dolorosa? ¿Tiene solución?

Qué es la dispareunia

La dispareunia femenina es un dolor que se produce en los genitales o en la zona baja del abdomen durante o después de las relaciones sexuales. Este dolor puede manifestarse de forma más superficial en la zona perineal o sensación de ardor, quemadura o el dolor punzante en la vagina, otras veces a nivel aún más profundo: al fondo de la vagina y en la parte baja del abdomen.

¿Y qué es el vaginismo? Es una imposibilidad a la penetración por la contracción involuntaria de los músculos que rodean a la vagina, es decir, en el vaginismo hay una disfunción en los músculos del suelo pélvico. El vaginismo y la dispareunia van de la mano: cuando la dispareunia (dolor) o bien es muy intenso o bien se perpetúa en el tiempo, puede dar lugar a un vaginismo secundario (dicho de otro modo, más fácil: el dolor puede dar paso a una disfunción muscular en suelo pélvico). Y, por otro lado, si hay vaginismo (disfunción muscular en suelo pélvico) evidentemente habrá dispareunia (dolor) con la penetración.

Posibles causas de la dispareunia

Por eso cuando hay una causa orgánica de la dispareunia (por ejemplo, sequedad, infección o atrofia vaginal) y tardamos demasiado tiempo en poner tratamiento específico para corregir el problema, puede que una vez tratada y solucionada la causa de la dispareunia no sea suficiente para que se deje de experimentar dolor por haberse producido un vaginismo secundario (que muchas veces hay que tratar después con fisioterapia de suelo pélvico).

Teniendo en cuenta la complejidad de estos procesos, debes recordar que a veces puede ser de vital importancia no solo la valoración por parte del ginecólogo/a sino también la de los músculos que rodean la vagina por fisioterapeuta especialista en suelo pélvico. De esta forma podrás conocer exactamente qué factores producen los síntomas y tratarlos de una forma más efectiva.

Si en tu caso, no has experimentado nunca esta sensación, aclarar que también puede evitarse. Los expertos aconsejan ejercitar el suelo pélvico para mejorar la propiocepción y prevenir la dispareunia, y hay distintas formas de conseguirlo: desde usar bolas Kegel hasta ejercitadores vibratorios para el suelo pélvico.

Tipos de dispareunia

Según la temporalidad de la dispareunia y el vaginismo podemos encontrar dos tipos distintos: la que se experimenta desde la primera relación sexual, y la adquirida, que es el dolor que aparece sin haber experimentado anteriormente este episodio. Dependiendo de sus características y la situación, el trastorno debe de ser afrontado y tratado de distintas formas.

Las causas pueden deberse a factores muy distintos y, dependiendo del origen, se someterán a un tratamiento u otro. Hablamos a continuación de las más frecuentes.

·      Factores de origen psíquico:

La ausencia de educación sexual es donde debemos de centrar el foco principal de este factor. Una falta de educación sexual genera una inmensidad de mitos y tabús creando un rechazo hacia el sexo y un problema psicológico en la persona: miedos, culpabilidad… En el caso de haber tenido una buena fuente de información sexual, una persona inexperta puede comenzar a experimentar en la sexualidad con unas ideas más claras, de forma consciente y realista.

Otros factores que pueden provocar dispareunia son los problemas emocionales como la ansiedad. Estos influyen directamente en la lubricación afectando al deseo sexual de la mujer y acentuando el miedo a tener relaciones. También pueden provocar dispareunia y vaginismo historias previas de abuso y violencia sexual.

·      Factores orgánicos:

Independientemente del aspecto psicológico, estos trastornos también están relacionado con otros problemas de salud: infecciones o enfermedades de transmisión sexual, desórdenes urológicos, sequedad vaginal, endometriosis… Además, otros factores como las post-cirugías, algunos tratamientos médicos o tumores pueden influir.

·      Postparto:

Este tipo de dispareunia aparece tras un parto por vía vaginal, sobre todo cuando ha sido necesaria la utilización de fórceps, espátulas o ventosa, pero también tras partos no instrumentales como consecuencia de la cicatriz episiotomía o del desgarro que se haya producido. También la sequedad que se da con la lactancia materna puede dar dolor. Normalmente esto es temporal hasta que desaparece, pero si es muy intenso o se prolonga en el tiempo debería ser valorado en consulta de ginecología.

·      Menopausia:

Durante este periodo, la falta de estrógenos puede causar sequedad vaginal (y más adelante atrofia) lo que da lugar a una penetración dolorosa. Normalmente requieren tratamiento con hidratantes o tratamientos hormonales tópicos (se individualiza según cada caso). A veces requieren fisioterapia de suelo pélvico (como por ejemplo en el caso donde se haya producido un vaginismo secundario).

Prevención y tratamiento de la dispareunia

Todas estas causas pueden prevenirse y tratarse, aunque cada una de ellas conlleve un tratamiento distinto y específico. Como ya te hemos contado, la mejor prevención es proporcionar una buena educación sexual para crear un ambiente óptimo de cara a las primeras relaciones, evitar infecciones y enfermedades de transmisión sexual. En caso de presentar dolor hay que tener muy presente que no ha de normalizarse, siempre hay que buscar ayuda profesional para solucionarlo.

Si la dispareunia ya ha sido diagnosticada, la comunicación con la pareja y cómo se gestiona la nueva situación es muy importante. Es indispensable que ambas partes estén involucradas tanto en los síntomas como en el tratamiento para poder mejorar.

Dependiendo del caso y de cuáles son sus causas específicas, el tratamiento variará: desde terapia, asesoramiento sexual hasta el uso de lubricantes o medicación específica de la patología orgánica que produce este dolor. A veces el cuadro tiene una complejidad determinada que requiere un enfoque con manejo multidisciplinar: ginecología, sexología, terapia de pareja, fisioterapia, etc.

Es muy posible que hayas tenido algún episodio puntual de dispareunia o coito doloroso, como le sucede a un gran número de mujeres. Pero si sientes que te pasa de modo repetitivo e impide que disfrutes del sexo, es un motivo importante para que acudas a tu ginecólogo/a para orientarte y superar las relaciones sexuales dolorosas.

 

Fuente: miriamginecologia