El esófago es un conducto que transporta la comida desde la boca hasta el estómago. El reflujo gastroesofágico, comúnmente llamado ardor de estómago, se produce cuando un músculo situado al final del esófago no se cierra adecuadamente. Eso permite que el contenido del estómago regrese hacia el esófago y lo irrite. ¿Cuáles son los síntomas de esta patología? ¿Qué remedios para aliviar los síntomas carecen de evidencia científica? ¿Qué consejos sí pueden ser de utilidad?
Los pacientes
con reflujo pueden experimentar una sensación de acidez o quemazón en el pecho.
El esófago se une al estómago por una válvula o
esfínter llamado esfínter esofágico inferior (o cardias), que permite el paso
de la comida para cerrarse posteriormente. En caso de que no funcione bien y no
cierre tras la entrada de la comida, permitirá que el contenido gástrico (que
es ácido), ascienda al esófago.
Este ascenso puede ocurrir de forma ocasional,
sin embargo, cuando ocurre de forma frecuente o hay un daño en la mucosa
esofágica, se considera una patología conocida como enfermedad por reflujo
gastroesofágico. Esta enfermedad afecta a aproximadamente un 15% de la
población mundial. Puede estar potenciada por otras alteraciones anatómicas
como la hernia de hiato y condiciones físicas como el aumento del peso corporal
o una alimentación inadecuada.
Sus síntomas son la pirosis (sensación de acidez
o quemazón en el centro del pecho y que se extiende en dirección al cuello) y
la regurgitación (la comida o los líquidos regresan de nuevo a la boca
especialmente al agacharse o al tumbarse). Este trastorno también puede
provocar tos, carraspera, ronquera matutina y disfagia (dificultad para
tragar). Además, esta enfermedad predispone a la aparición de erosiones o
úlceras en el esófago (esofagitis).
No hay
evidencias de que la leche, el bicarbonato o el zumo de limón alivien los
síntomas del reflujo.
En internet también abundan múltiples trucos que
en teoría pueden ayudar a aliviar los síntomas del reflujo gástrico. Una de
cada cinco personas recurre a remedios caseros, como el bicarbonato o tomar
leche, para solucionar síntomas relacionados con el reflujo esofágico como la
acidez.
Pero muchos de estos remedios carecen de
evidencia científica. Ni la ingesta de leche ni de bicarbonato o zumo de limón
curan el reflujo. De hecho, tomar zumo de limón puede estimular la producción
de ácidos del sistema digestivo.
Muchas personas, sobre todo de países con un
sistema sanitario muy débil, se inclinan por métodos rudimentarios, como tomar
leche, o tomar determinadas plantas, como tratamiento alternativo, pero: los
remedios caseros o naturales carecen de evidencia científica para la cura del
reflujo.
La leche parece provocar un alivio momentáneo de
la acidez de estómago, pero también estimula la producción de ácido por ello, la
sensación de acidez regresa tras un período corto de tiempo.
Un estudio indica que el consumo de leche entera,
baja en grasa o desnatada produce un aumento de la secreción de ácido gástrico.
¿Cómo aliviar
los síntomas del reflujo gastroesofágico?
Si se tiene reflujo, puede ser aconsejable
limitar o eliminar el consumo de algunos alimentos. Por ejemplo, sería
conveniente retirar de la dieta o limitar mucho los alimentos picantes o muy
especiados o los que contienen una excesiva cantidad de grasa (por ejemplo, la
mayonesa, la mantequilla, los alimentos fritos o los embutidos). También se aconseja
hacer varias comidas al día de poca cantidad y dejar pasar dos horas entre que
cenas y te acuestas. Además de disminuir el consumo de alcohol, té y café.
Más allá de la alimentación, ¿qué otros remedios
y consejos pueden ser de utilidad? Se aconseja dejar de fumar, perder peso y
hacer ejercicio moderado. La obesidad se asocia con un aumento significativo
del riesgo de padecer los síntomas de la enfermedad por reflujo gastroesofágico.
Se aconseja además elevar el cabecero de la cama
unos 30º con tacos de madera. Al hacerlo se alivia la pirosis nocturna y las
alteraciones del sueño asociadas.
Fuente: DKVSalud
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