La artrosis es
la enfermedad degenerativa que afecta con mayor frecuencia a las
articulaciones, ya que lesiona y “desgasta” el cartílago articular. Este es un
tejido que funciona como amortiguador y que recubre los extremos de los huesos
que hay dentro de las articulaciones.
Pero también
es una enfermedad progresiva. Con el paso del tiempo, el envejecimiento de los
tejidos de nuestro cuerpo afecta cada vez a un mayor número de articulaciones y
de forma más intensa.
En España, la
artrosis afecta al 10% de la población general. La artrosis de rodilla, la más
frecuente en personas de más de 60 años, representa el 12% de los casos; y la
de cadera representa más del 7% de los casos. Es algo más frecuente en mujeres
que en hombres. Suele comenzar a edades comprendidas entre los 40 y los 50 años
y afecta en gran medida a casi todas las personas mayores de 80 años.
En ocasiones,
podemos confundir la artrosis con la artritis porque ambas causan dolor,
hinchazón y rigidez, pero no muestran exactamente los mismos síntomas ni
aparecen de la misma manera ni en las mismas circunstancias. Así, la artrosis
aparece por el desgaste y la artritis por la inflamación.
¿Cuáles son las causas?
No conocemos
la causa exacta de la artrosis, pero sí sabemos que está asociada a varios
factores de riesgo:
·
Los factores
genéticos son responsables del 60 - 70% del riesgo de padecer artrosis.
·
Edad superior
a los 50 años.
·
Sexo femenino,
en particular después de la menopausia.
·
Sobrepeso y
obesidad.
·
Haber sufrido
traumatismos o cirugía articular previa.
·
Enfermedades
óseas, articulares y musculares.
·
Practicar
deporte de forma profesional.
·
Presentar
enfermedades óseas congénitas.
·
Gota o
condrocalcinosis (cuando se depositan sales de calcio en el interior del
cartílago articular).
·
Enfermedades endocrino-metabólicas,
como la diabetes o el hipotiroidismo.
·
Realizar
actividades que requieran movimientos repetitivos.
·
Falta de
actividad física.
·
Malos hábitos
posturales o malas posturas adquiridas y repetitivas.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?
Los síntomas
de la artrosis son:
·
Dolor
articular mecánico: duele más cuanto más se usa la articulación, empeora a lo
largo del día y mejora con el reposo. En la artrosis avanzada el dolor es más
permanente e incluso impide el sueño o despierta por la noche.
·
Hinchazón,
inflamación, sensibilidad articular.
·
Rigidez
articular: dificultad para el movimiento después de un tiempo de reposo, en
especial por la mañana al levantarte de la cama y después de períodos de
inactividad; dura menos de 30 minutos y mejora después de una actividad ligera
que permite que la articulación se "caliente".
·
Limitación
funcional: disminución del rango de movimientos de la articulación, dificultad
para caminar, para realizar las actividades de la vida diaria.
·
Sensación de
que la articulación está floja o inestable.
·
Chasquidos,
crujidos o ruidos articulares.
·
Nódulos duros
y dolorosos en los dedos de las manos.
La artrosis
puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, pero es más frecuente en
manos y dedos, en particular la articulación del dedo gordo con la muñeca;
rodillas; caderas; columna cervical y lumbar; pies, sobre todo en el dedo
gordo, el "juanete".
¿Cómo se diagnostica la artrosis?
Tu médico o
médica de familia o tu especialista en reumatología pueden diagnosticar la
artrosis con relativa facilidad:
·
Te preguntará
acerca de las características del dolor y por los otros síntomas típicos, así
como sobre la presencia de factores de riesgo de la enfermedad.
·
Te realizará
una exploración de las articulaciones dolorosas y su rango de movilidad en
busca de inflamación o de hinchazón.
·
Te solicitará
pruebas radiológicas de las articulaciones afectadas. Aquí vale la pena
mencionar una característica de la artrosis, llamada "disociación
clínico-radiológica". Quiere decir que en una persona con síntomas
intensos, la radiografía puede no mostrar signos de artrosis, mientras que en
otra persona que casi no tiene dolor ni otros síntomas, la radiografía mostrará
claramente el diagnóstico.
·
En pocos casos
serán necesarias más pruebas y análisis, aunque pueden servir a tu médico o
médica para excluir otras enfermedades articulares.
¿Cuál es el tratamiento para la artrosis?
El tratamiento
de la artrosis debe ser individualizado, según las características de la
enfermedad de la persona que la padece, de su calidad de vida, de sus
expectativas y preferencias. Los objetivos son:
·
Aliviar el
dolor.
·
Mantener una
buena función de la articulación.
·
Mantener una
buena calidad de vida.
Para el
tratamiento de la artrosis, tu médico o médica puede valorar el uso de
medicamentos o recurrir a la cirugía y, adicionalmente, tomar una serie de
medidas no farmacológicas a valorar por el paciente en función de sus
posibilidades y recursos para aplicarlas en su vida diaria.
·
Tratamiento
farmacológico. En estos momentos no existen medicamentos específicos contra la
artrosis, de manera que el tratamiento se basa en el alivio del dolor y de los
otros síntomas:
o
Analgésicos,
como paracetamol, tramadol o codeína.
o
Antiinflamatorios,
como ibuprofeno o naproxeno.
o
Crema de
capsaicina.
o
Inyecciones
intraarticulares de ácido hialurónico.
o
Suplementos
nutricionales, como condroitinsulfato y glucosamina.
·
Tratamiento
quirúrgico. Dada la variedad de intervenciones, es importante que resuelvas las
dudas que puedas tener sobre la misma con tu médico o médica para que te
informe sobre los riesgos y beneficios de cada una. Tu médico o médica puede
valorar la necesidad de llevar a cabo una intervención quirúrgica cuando
existen grandes daños en las articulaciones, dolor persistente en las mismas y
discapacidad debido a la limitación del movimiento articular, como por ejemplo:
o
Prótesis total
o parcial de rodilla o de cadera.
o
Artroplastias
articulares.
·
Medidas no
farmacológicas:
o
TENS
(estimulación eléctrica a través de la piel) contra el dolor.
o
Actividad
física con ejercicios de estiramientos, fortalecimiento y flexibilidad de las
articulaciones afectadas, ejercicios en el agua, ejercicios aeróbicos como
caminar o bicicleta estática.
o
Fisioterapia,
rehabilitación y terapia ocupacional.
o
Quiromasaje.
o
Dispositivos
ortopédicos y de ayuda: bastones, muletas, caminadores o plantillas.
o
Técnicas de
relajación.
o
Acupuntura,
tai-chi o yoga contra el dolor.
o
Mejorar los
hábitos de nutrición con el asesoramiento de un especialista en nutrición.
¿Cómo puedo prevenir la artrosis?
Puesto que no
conocemos la causa exacta de la artrosis, no podemos dar recomendaciones para
evitarla, aunque sí podemos realizar acciones para intentar retrasar su
aparición, reducir sus síntomas y frenar su progresión:
·
No
sobrecargues tus articulaciones.
·
Evita realizar
actividades con movimientos repetitivos.
·
Cuida tu peso
corporal.
·
Practica
ejercicio en la medida de tus posibilidades.
·
Fortalece los
músculos alrededor de las articulaciones afectadas.
¿Qué debo hacer para cuidarme si tengo
artrosis?
Los
especialistas de la Sociedad Española de Reumatología han elaborado un decálogo
de recomendaciones para las personas con artrosis, con objeto de que puedan
conocer mejor su enfermedad y mejorar su calidad de vida, y que resumimos a
continuación:
1. Mantén un peso corporal correcto. La obesidad es
una de las causas de la enfermedad y, además, hace que esta progrese más
rápidamente. Acude a tu profesional de la salud para asesorarte si necesitas
bajar de peso.
2. Calor y frío. En general, el calor es más
beneficioso para aliviar la artrosis.
3. Medicación. Se dispone de muchos tipos de
medicamentos que pueden ser beneficiosos en esta enfermedad. Consulta con tu
especialista.
4. Hábitos posturales. Duerme en una cama firme.
Evita sentarte en sillones o en sofás hundidos y usa sillas con respaldo recto,
donde tus caderas y rodillas mantengan una posición natural y tus pies estén en
contacto con el suelo (sentado/a en forma de "4").
5. Ejercicio. El ejercicio protege la articulación y
aumenta la fuerza de tus músculos. Es bueno caminar, ir en bicicleta y
practicar la natación
6. Reposo. No es contradictorio con el punto
anterior. Durante las fases con mayor dolor, el reposo es beneficioso. También
es bueno que intercales pequeños períodos de reposo durante tus actividades de
la vida diaria.
7. Evita sobrecargar las articulaciones. No cojas
pesos excesivos, procura no caminar por terrenos irregulares y no estés de pie
mucho tiempo sin descansar. Usa un carrito para llevar las compras. Si padeces
artrosis de rodilla o de cadera, emplea de un bastón para caminar, ya que
disminuye la sobrecarga de esas articulaciones.
8. Calzado adecuado. Si tienes artrosis lumbar, de
caderas o de rodillas, debes emplear un calzado de suela gruesa que absorba la
fuerza del impacto del pie contra el suelo al caminar. Es preferible que uses
zapato plano o con un ligero tacón (2 - 3 cm de altura).
9. Balnearios. Tanto los balnearios de aguas
mineromedicinales termales como los llamados centros SPA (salud por el agua)
pueden ser útiles para mejorar los síntomas de la artrosis.
10. Mantén una actitud positiva. La artrosis, a pesar
de todo, permite mantener una vida personal y familiar completa, con muy
escasas limitaciones.
¿Cómo puedo mejorar mi calidad de vida?
Además de
practicar ejercicio de forma regular, la otra gran recomendación para convivir
con la artrosis es que mantengas un peso adecuado o que pierdas peso si tienes
sobrepeso u obesidad. Esto te proporciona múltiples beneficios: mejor calidad
de vida, mayor esperanza de vida y te ayuda a prevenir la artrosis de pies,
rodillas, cadera y columna lumbar. Te alivia el dolor y la presión sobre estas
articulaciones. Además, te verás y te sentirás mejor.
Para adelgazar,
ingiere menos calorías y aumenta la actividad física. No hay una dieta
específica para la artrosis, pero puedes seguir estos consejos:
·
Sigue una
alimentación variada y equilibrada.
·
Ingiere dos
tercios de tu alimentación a base de frutas, verduras, cereales integrales.
·
Ingiere el
resto a base de carnes magras sin grasas.
Por otro lado,
diversos estudios han demostrado que si mantienes una actitud y disposición
positiva ante la artrosis se refuerza tu sistema inmunitario y aumenta tu
capacidad para enfrentarte al dolor: concéntrate en aquello que sí puedes hacer
en lugar de lamentarte de lo que no puedes hacer.
Y busca grupos
de apoyo. Los programas de autocontrol y de educación para personas con
artrosis, tanto en línea como comunitarios, pueden ayudarte a aprender sobre tu
cuidado personal y mejorar tus perspectivas y a sobrellevar la enfermedad y te
ofrecen consejos para convivir con la artrosis y mantener una buena calidad de
vida.
Fuente: Fisterra