La obesidad es una enfermedad
Hay varias
causas que la originan como alteraciones del sueño (dormir pocas horas y sueño
de mala calidad), nutricionales (comer mucho, raciones grandes, exceso de
grasas y azúcares, picar entre horas y dietas milagro), el sedentarismo (usar
siempre el coche, no hacer deporte, estar muchas horas sentados) y el estrés
(tensión emocional y ansiedad).
Las soluciones
pasan por un sueño reparador (dormir entre 7 y 8 horas y evitar el ruido y la
luz nocturna); la alimentación saludable (reducir el consumo de azúcar, el
tamaño de las porciones, no picar entre horas y comer fruta y verdura todos los
días), la actividad física (subir las escaleras andando, hacer algún deporte,
caminar diariamente y ocio activo como bailar…), y relax (no calmar la ansiedad
con comida, dormir bien, relajación y vida social).
Desde la
sociedad científica se defiende que reconocer la obesidad como una enfermedad,
como ya ha hecho EEUU, ayudará a modificar la praxis clínica, a incrementar el
nivel de compromiso de los médicos con esta afección y a potenciar la inversión
económica y científica para mejorar su prevención y tratamiento.
Decálogo de gastronomía saludable
1. Utilizar aceite de oliva virgen extra o aceite de
girasol alto oleico como grasas culinarias para cocinar. El aceite de oliva
virgen extra también para aliños.
2. Priorizar preparaciones y técnicas culinarias que
disminuyan en lo posible el aporte energético y de bajo contenido en grasa.
3. Uno de cada 2 primeros platos debe incluir
verduras, hortalizas o legumbres como base principal.
4. Uno de cada 2 segundos platos debe ser a base de
pescado blanco o azul o bien con carne magra.
5. Priorizar las verduras, hortalizas y legumbres
como guarnición de segundos platos.
6. La oferta de postres debe incluir siempre fruta
fresca de temporada y/o frutos secos.
7. Los postres lácteos deben incluir la opción baja
en grasa (semidesnatados o desnatados).
8. Priorizar el consumo de agua como bebida habitual.
Utilizar unidades individuales si se consume alcohol.
9. Utilizar alimentos de temporada preferiblemente
adecuados a la gastronomía local y productos de proximidad.
10. Informar de las calorías totales y ofrecer medias
raciones.
El plato para prevenir la obesidad
Se recuerda
que se deben consumir al menos dos raciones al día de verduras y hortalizas y
al menos tres piezas enteras de fruta al día.
También que un
mayor consumo de cereales integrales se asocia a un mejor control de peso y que
los alimentos ricos en proteínas son los de origen animal, siendo importante
variar las fuentes de obtención de este grupo de alimentos (carnes: menos de
seis veces a la semana; pescados: mínimo cuatro veces por semana; huevos: de
cuatro a seis a la semana; legumbres: de 2 a 3 veces por semana y quesos:
raciones pequeñas o quesos frescos o desnatados).
Se recomienda
también beber preferiblemente agua (al menos 6 vasos al día) y consumir de 2 a
3 raciones al día de leche y yogur, mejor desnatados o con bajo contenido en grasa.
En cuanto al
uso del aceite de oliva, 3 cucharadas soperas al día, y un consumo moderado de
frutos secos ya que contribuye a prevenir las enfermedades crónicas sin
aumentar el riesgo de obesidad.
Fuente: SEEDO