domingo, 4 de octubre de 2015

Efectos Positivos de las Aguas Termales



Las aguas termales son aquellas que brotan del suelo con temperaturas superiores a la de la superficie, específicamente con unos 5°C más. El mérito de ellas es que poseen numerosas propiedades que, bajo prescripción de un especialista, son útiles para el tratamiento de numerosos padecimientos.

Compuestas por disímiles minerales, las aguas termales provienen de las capas subterráneas de la tierra, generalmente, en fallas terrestres. El vapor que sube desde ellas es aprovechado con fines terapéuticos a modo de irrigaciones, inhalaciones y calefacción.

Orígenes
Las aguas termales son empleadas desde la antigüedad por numerosas civilizaciones como espacio para la socialización y para el tratamiento de dolencias. En la India, Italia y Grecia fueron encontrados indicios que demuestran el uso de las aguas termales desde hace más de 2 mil años a. c.

En la actualidad se encuentran entre las fuentes termales más importantes del mundo las de Puerto Rico, Honduras, Estados Unidos, Panamá, Chile, Perú, Bolivia, Colombia, Japón, Islandia, México, Nueva Zelanda, Venezuela, Uruguay, Argentina y España.

Clasificación y características
Las aguas termales se pueden clasificar según sus temperaturas y el origen geológico. De tal forma pueden ser frías (menos de 20°C), hipotermales (20-35°C), mesotermales (35-45°C), hipertermales (45-100°C) y supertermales (100-150°C). Se componen de minerales como hierro, cloro, azufre, magnesio, cloro, calcio, sodio y bicarbonato.

Según el origen geológico las aguas termales son magmáticas y telúricas. Las aguas magmáticas surgen de filones metálicos o eruptivos, y las telúricas nacen en cualquier lugar.

Las aguas magmáticas, generalmente, poseen minerales como arsénico, boro, bromo, cobre, fósforo y nitrógeno. Por su parte, telúricas asumen bicarbonatos, cloruros, y sales de cal.

Resulta interesante, además, que las aguas termales se hallan ionizadas. En dependencia del tipo de ion que las conforme serán los beneficios al cuerpo humano. De tal forma, aunque resulte, paradójico, los positivos son irritantes y, por tanto, no benefician al hombre. En cambio, los iones negativos son capaces de relajar el cuerpo.

Bondades de las aguas termales
Existe tres formas, reflejadas al unísono, en que las aguas termales inciden el organismo humano: química, física y biológica. Esto sucede al aumentar la temperatura corporal como consecuencia del ° C que las distinguen.

Los baños termales ayudan a la eliminación de toxinas en el cuerpo pues al aumentarle la temperatura mata gérmenes y virus, incrementa la presión hidrostática, la circulación sanguínea y la oxigenación, y como consecuencia de esta última favorece la alimentación de los tejidos, estimula las secreciones del estómago y el hígado.

Se conoce que repetir baños con agua termales durante tres o cuatro semanas normaliza las funciones endocrinas y vigoriza el sistema nervioso, relaja y acrecienta la producción de endorfinas.

De igual forma, las aguas termales que contienen azufre son muy buenas para el tratamiento de afecciones de la piel como la psoriasis, la dermatitis y los hongos.

Otras patologías cuyo tratamiento se complementa con los baños de aguas termales son las enfermedades reumáticas crónicas, la diabetes, la obesidad y la gota, problemas gastrointestinales crónicos y de circulación, el estrés, enfermedades respiratorias y ginecológicas crónicas.

Centros termolúdicos
El termoludismo se basa en el aprovechamiento de las aguas termales para aprovechar sus propiedades y sus efectos benéficos para alcanzar el relax, y ofrecer mejoras tanto físicas como psicológicas. Las aguas termales a diferentes temperaturas tienen efectos tonificantes en el cuerpo, ayudando además a alcanzar un reequilibrio psíquico. 

Aspectos a tener en cuenta
Para disfrutar de los beneficios de las aguas termales es importante conocer la mejor manera de hacer las terapias. Nunca reciba un baño de aguas termales luego de realizar un largo viaje, debe estar calmado, pues los efectos pueden ser contrarios a los deseados y sentir mareos o comenzar a padecer alguna enfermedad.

Para reactivar la circulación y obtener energía es mejor recibir las duchas que programan los hoteles en la habitación, y que aunque son termales poseen temperaturas más frescas.

Las aguas termales no deben recibirse sin prescripción médica. Es preciso estar en las aguas calientes exactamente que el doctor indique pues ellas inciden directamente sobre la caja torácica lo cual favorece la inspiración y dificulta la espiración.

Los baños termales no se deben tomar varias veces al día; esto se debe a que los vasos sanguíneos no reaccionan de la misma forma y pueden surgir complicaciones. Asimismo, si se comienza a sentir somnolencia, sensación de fatiga o cansancio, es necesario salir del agua.

Se recomienda, de manera general, tomar los baños termales cuando la mañana avance. En horas muy tempranas, la tensión arterial puedes estar bajas debido al descanso de la noche, y por ello se pueden sufrir desmayos.

La digestión debe ser respetada. Es recomendable recibir baños de aguas termales dos horas después de almorzar. Esto es lo adecuado pues al dilatarse los vasos sanguíneos, a consecuencia del agua caliente, estos comienzan a irrigar hacia otros lugares del cuerpo en lugar de circular la sangre hacia las vísceras.

Por su parte, las mujeres embarazadas deben tener especial atención, al igual que las personas que ingieran medicamentos para el corazón. Nunca se debe recibir un baño de aguas termales bajo el efecto del alcohol o alguna droga.

Beneficios   
Las aguas termales estimulan las defensas del organismo y favorecen la eliminación toxinas y productos de desechos mediante la sudoración.

Igualmente, reeducan el sistema termorregulador, lo cual es significativo para el reumático que ha perdido sus reacciones y capacidades de adaptación a los cambios del medio ambiente.

Además de reconstruir tonifican y transforman el terreno reumático.


Fuente: Saludalia

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