Ventajas de la lactancia materna
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Los niños
alimentados mediante lactancia materna están más protegidos frente a la
neumonía, la diabetes infantil, la otitis, la obesidad, enfermedades
gastrointestinales, diarreas, enterocolitis necrosante, asma, alergias y cáncer
(leucemia y linfomas).
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El
amamantamiento favorece la maduración del sistema nervioso, por lo que también
favorece el aumento del coeficiente intelectual, sobre todo en niños
prematuros.
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Disminuye el
riesgo de muerte súbita del lactante.
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Estimula al
sistema inmunitario de los niños.
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Estimula el
vínculo madre-hijo-padre.
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Es cómodo,
higiénico y ecológico y siempre está disponible en la cantidad adecuada.
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Protege de la
osteoporosis y del cáncer de mama y de ovario a la madre.
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Disminuye el
riesgo de hemorragia, hipertensión y depresión posparto.
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Ayuda a
recuperar el peso de antes del embarazo.
Recomendaciones para una lactancia materna
exitosa
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Iniciar
precozmente la lactación: después del parto, en el momento en que la madre y el
bebé estén preparados.
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Dar el pecho
siempre que el bebé lo demande, sin horarios estrictos:”Cuanto más le des, más
leche tendrás”.
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Los chupetes y
las tetinas dificultan el aprendizaje. Se recomienda no utilizarlos hasta que
la lactancia esté bien instaurada.
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Se recomienda
la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y continuar dando el pecho con
otros alimentos hasta los 2 años o más (Organización Mundial de la Salud).
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No es
necesario dar de los dos pechos en cada toma.
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La ducha
diaria es suficiente para mantener la higiene de los pechos.
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No es
necesario que la madre cambie la forma de comer, puede tener más hambre o más
sed.
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Es muy
importante mantener una posición correcta:
- Posición
correcta:
· El bebé coge
el pezón y gran parte de la areola mamaria.
· Tiene la boca
muy abierta.
· Los labios
están vueltos hacia afuera.
- Posición
incorrecta:
· El bebé coge
sólo el pezón.
· Mantiene la
boca poco abierta.
· El labio
inferior está metido hacia dentro.
Dudas o
problemas sobre la lactación
Puedes tener
dudas o problemas, pero no renuncies a la lactación, pide ayuda. Dar de mamar
es una experiencia satisfactoria.
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Mi leche está
aguada: la leche al principio de cada toma tiene más agua, la cantidad de grasa
va aumentando al final. No cuentes los minutos: ¡lo mejor es lo del final!
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No aguanta las
tres horas: ¡Claro que no! Casi ninguno las aguanta. Dale el pecho cuando te lo
pida y olvídate de mirar al reloj.
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No coge peso
suficiente: cuantas más veces mame, más peso cogerá. Puede que esté perdiendo
el tiempo al chupar de un chupete del que no sale nada.
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No quiere el
pecho: posiblemente se ha acostumbrado a chupar chupetes o biberones. Ten
confianza y evita nuevas interferencias. Enseguida mamará de tu pecho.
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¿Tienes
molestias? Puede que esté amamantando en mala postura. Si le colocas cara a ti,
“barriga con barriga”, con la nariz enfrente del pezón, cogerá suficiente areola
y no te lastimará.
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¡Me dio la
noche!: Tanto si está nervioso como si tiene hambre puedes calmarle con el
pecho sin tener que levantarte de la cama ¡Es más cómodo que tenerte que
levantar a hervir un biberón!.
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¡Mis pechos
son pequeños!: la cantidad de leche no depende del tamaño del pecho ni de la
forma del mismo.
Los grupos de
madres ofrecen reuniones periódicas de ayuda mutua para la lactación. Puedes
acudir a ellas para solucionar tus dudas y contactar desde el embarazo.
Fuente: Fisterra