martes, 29 de agosto de 2017
jueves, 24 de agosto de 2017
Cómo mantenerse hidratado
En verano
perdemos mayor cantidad de líquidos corporales, y es necesario reponerlos
bebiendo más e incluyendo en la dieta alimentos ricos en agua. Te damos las
pistas para que el calor no te deshidrate.
El agua y sus beneficios
El agua forma
parte de la composición del cuerpo humano y es imprescindible para el correcto
desarrollo de numerosas funciones vitales; hasta para respirar es necesario
eliminar agua. Aunque es preciso beber agua durante todo el año, en verano, con
el aumento de la temperatura, perdemos mayor cantidad de líquidos corporales,
por lo que es necesario reponerlos bebiendo más agua, u otro tipo de líquidos o
alimentos ricos en agua.
El agua
interviene en el transporte de los nutrientes a las células y facilita la
digestión, ayuda a regular la temperatura corporal, y contribuye a mantener la
salud y el buen aspecto de la piel. Las personas necesitamos alrededor de dos
litros y medio de agua cada día para mantener hidratado el organismo y
compensar la pérdida de líquidos que se produce al realizar las diversas funciones
corporales: orina, respiración, sudoración y heces. En caso de practicar
deporte o realizar algún otro esfuerzo físico, o si hace mucho calor o nos
exponemos al sol, debemos aumentar la ingesta de líquidos.
Aunque la
sensación de sed es la que nos empuja a ingerir líquidos, los expertos
advierten que no es aconsejable esperar a tener sed para beber. Precisamente
una reciente encuesta ha revelado que, al menos en nuestro país, existe una
falta de información sobre las necesidades de hidratación, ya que el 70 por
ciento de los españoles bebe menos de dos litros de líquido al día, el 36% de
los encuestados afirmó que solo bebía cuando tenía sed, y uno de cada diez
había llegado a sufrir deshidrataciones, la mayoría de estas (el 60%) durante
la época estival.
Consejos para mantenerse bien hidratado
Para mantener
una correcta hidratación, sólo tienes que seguir unos sencillos consejos:
·
Bebe entre dos
y tres litros de líquido repartidos a lo largo del día.
·
Si no eres muy
aficionado a beber agua, y para no aburrirte, puedes combinar los tipos de
líquido: zumos, caldos, batidos, refrescos, infusiones, café… así te resultará
más fácil cumplir con el objetivo.
·
Es importante
que no pases mucho tiempo sin beber, sobre todo si vas a estar al aire libre y
expuesto al sol, así que si piensas pasar toda la mañana haciendo deporte en la
playa, o simplemente tostándote al sol, lo mejor es que lleves una pequeña
nevera portátil con agua y refrescos.
·
Vigila que los
niños tomen suficientes líquidos; cuando están enfrascados en sus juegos, o se
lo están pasando bomba en el agua, suelen olvidarse de todo.
·
Evita salir en
las horas de máximo calor. De doce a cuatro lo mejor es permanecer a la sombra,
o en lugares frescos y ventilados; puedes aprovechar para dormir la siesta, una
costumbre muy saludable.
·
Si practicas
algún deporte o realizas algún esfuerzo físico, aumenta la ingesta de líquidos.
Lo mismo si sudas más de lo habitual a causa del calor, la humedad…
·
Limita la
ingesta de bebidas con contenido alcohólico porque el alcohol tiene un efecto
deshidratante. La cerveza puedes tomarla sin alcohol, y rebajar la sangría y el
‘tinto de verano’ añadiéndoles bastante hielo. En cualquier caso, no sustituyas
el agua, los zumos y los refrescos por este tipo de bebidas aunque te atraiga
más su sabor.
Beneficios de una correcta hidratación
·
Si están
correctamente hidratados, todos los órganos de nuestro cuerpo –riñón, hígado,
corazón, estómago, piel…– funcionan mejor.
·
Se orina
frecuentemente, lo que favorece la eliminación de toxinas.
·
Al orinar más,
también se reducen las posibilidades de sufrir infecciones urinarias, y de que
se formen arenillas o cálculos en el riñón.
·
Se favorece la
motilidad intestinal, previniendo el estreñimiento.
·
Además, las
heces son más blandas y esponjosas y, por lo tanto, más fáciles de expulsar, lo
que evita la aparición de hemorroides por esfuerzo o heridas por laceración.
·
La sangre se
encuentra más diluida, y los nutrientes se distribuyen mejor por el organismo.
·
La piel mejora
su aspecto y lozanía.
Fuente: Webconsultas
Ubicación:
19120 Sacedón, Guadalajara, España
jueves, 17 de agosto de 2017
Diez hábitos para equilibrar la alimentación en verano
Las vacaciones
y el calor hacen que la rutina en nuestra dieta cambie al cometer excesos y
desequilibrios. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) nos
ofrece diez claves para conseguir mantener hábitos saludables de alimentación
en verano.
Los alimentos
deben variar cada estación para aprovechar los productos de temporada. Y la
alimentación en verano es rica, especialmente, en frutas y verduras. La composición
nutricional de los alimentos de temporada, sobre todo de las frutas y las
verduras, parece ser distinta en cuanto a vitaminas y minerales. Se sabe que
factores como el clima, las condiciones de cultivo, el estado de maduración y
el tiempo que el alimento permanece almacenado, puede modificar su composición
nutricional.
Además son más
económicos tanto a nivel individual, como a nivel global, ya que su consumo se
asocia a un menor impacto ambiental.
Sigue estos consejos de alimentación en
verano:
1. Hidratación: Incrementar
la ingesta de agua y de frutas y hortalizas que podemos tomar en forma de
gazpacho o sopas frías.
2. Dieta Mediterránea: seguir
un patrón de dieta mediterránea todo el año, también en verano: aceite de oliva;
consumo diario de frutas y verduras; pan y otros alimentos procedentes de
cereales (pasta, arroz y especialmente sus productos integrales) o legumbres;
moderar el consumo de carnes rojas y procesadas sustituyéndolas por pescados y
huevos; promover la ingesta de alimentos poco procesados y favorecer el de
alimentos frescos.
3. Frutas y hortalizas de temporada: en esta época hay abundancia de frutas y hortalizas que, además de
hidratarnos, son muy bajas en calorías. A media mañana y a media tarde son
buenos momentos para tomar piezas de fruta o porciones de sandía o melón que,
aunque tengan un sabor muy dulce, tienen un bajo aporte de azúcares, pudiendo,
también, consumirse por las personas con diabetes.
4. Eliminar las
bebidas calóricas: si se quiere controlar el peso, deberían eliminarse
completamente todas las bebidas que aporten calorías (refrescos azucarados,
bebidas alcohólicas o bebidas “sin alcohol”) y sustituir el azúcar por
edulcorantes que no aporten calorías. Pueden sustituirse por agua, bebidas “light
o sin azúcar” e infusiones.
5. Moderar el consumo de carne: hay que moderar el consumo de carne roja. Se aconseja tomar más
raciones de pescado que de carne a la semana, en torno a 5-6 de pescado de las
cuales al menos 3 deberían ser de pescado azul.
6. Moderar la ingesta de comida: moderar las cantidades de comida y controlar las cantidades de
alimentos que, aun siendo saludables, aporten más calorías para no tomar un
exceso de los mismos (frutos secos, legumbres, pasta, arroz).
7. Recetas sencillas: para no
incrementar el aporte calórico de la alimentación en verano, la forma de
elaboración de los platos debe ser sencilla. Tomar las verduras crudas, por
ejemplo, es la mejor forma de aprovechar todas sus vitaminas y minerales.
8. Limitar el consumo de grasas: limitar (no eliminar), también, la cantidad de grasa y que la que se
consuma sea fundamentalmente aceite de oliva. Cómo se cocina condiciona de
manera directa su consumo, por eso proponemos elaboraciones sencillas como
plancha, en su jugo, cocido etc.
9. Helados, sólo ocasionalmente: recordar que los dulces y helados no son alimentos fundamentales y no
constituyen parte esencial de una alimentación saludable, no deberían formar
parte de la dieta diaria. Se recomienda que su consumo sea ocasional, controlado
y conocer su composición nutricional. En el caso de los postres o los
tentempiés, es aconsejable el consumo de fruta, o de postres lácteos que
contenga la contengan ya que nos permitiría aportar prebióticos y probióticos.
10. Incrementar la actividad física: para no aumentar de peso, debemos incrementar las calorías que gastamos
y la forma más saludable para lograrlo es mediante una actividad física que sea
suave o moderada y siempre regular, al menos 4 a 5 veces por semana.
Fuente: EFESalud
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