El objetivo es
que niños y niñas se conozcan, se acepten y expresen su sexualidad para que
ésta sea una fuente de bienestar y salud.
Si la
iniciamos en la adolescencia será tarde.
La educación
sexual es un derecho de los niños y adolescentes. Ésta no consiste solo en
hablar de reproducción u órganos genitales, sino en transmitir valores,
habilidades y actitudes positivas hacia la sexualidad y la forma de vivirla.
La estrategia
del silencio no da resultado y muestra la sexualidad como problema.
En la edad
escolar se continúa la adquisición de capacidades motoras, mentales y
lingüísticas. A esa edad la moral que tienen es la de los adultos y hacen caso
de los juicios que los adultos hacen sobre la sexualidad.
- Ven que existen dos sexos: hombre y mujer, con roles distintos. Son muy curiosos y tocan sus genitales como acto de descubrimiento. Es un hecho normal. Debemos intentar que los genitales sean parte aceptada dentro de un cuerpo aceptado. Se deben llamar por su nombre.
- Si el niño se toca no se debe reñir, tan solo explicarle que es un acto íntimo, para que aprendan que las conductas sexuales están en la esfera de lo privado y no de lo público.
- Cuando son dos los que se tocan, se trata de un juego de imitación de los adultos. ”No debemos ver con ojos de adultos lo que hacen los niños”. Esta práctica se permitirá en niños de edades similares y siempre que los dos acepten ese juego.
Vendrán las primeras preguntas ¿Cómo
debemos responderlas?
De forma
natural, sencilla, en el momento que pregunten, sin mentiras, sin misterios,
sin palabras sexistas o de mal gusto y con una visión positiva de la sexualidad.
Si evadimos
las preguntas y no respondemos o mentimos, no debemos quejarnos que no confíen
en los padres, o que no quieran escucharnos en la adolescencia que es cuando
los padres comenzamos a angustiarnos o preocuparnos por estos temas.
Al ir
creciendo su interés será mayor. Hay que escuchar de forma activa. Pregúntele
por lo que sabe y lo que quiere saber. Esto le ayudará a preparar su respuesta.
Es la base del diálogo.
- Descubren o mantienen la masturbación. Debe considerarse normal si se realiza en el ámbito privado.
- Los cambios en su cuerpo pueden asustarles por lo que debe hablar con ellos tanto de esa etapa del desarrollo como de lo que vendrá después. Una niña de 8 años tiene edad suficiente para aprender sobre la menstruación; así como un niño de esa edad está preparado para aprender cómo va a cambiar su cuerpo.
En esta etapa,
la influencia de la sociedad y de los medios de comunicación es importante. Los
padres deben ser críticos y explicar la visión comercial de la
sexualidad; hablarles de
la reducción que la sociedad hace de la sexualidad, de la importancia que se da
al coito, a la heterosexualidad, a la procreación etc. Hay que explicarles que
el sexo también son caricias, miradas; que existen homosexuales y bisexuales
que deben ser respetados.
Si tienen
dudas sobre el preservativo u otro método anticonceptivo hay que abordarlo de
forma sencilla y directa.
Hay que estar
alerta ante el abuso sexual ya que la prevalencia es elevada.
En ocasiones,
la persona abusadora está en el entorno cercano del menor. Ante cambios bruscos
de comportamiento, erotización elevada, masturbación compulsiva, conocimiento
sexual inapropiado para su edad, palabras soeces de contenido sexual, actitud
seductora o exhibicionista o rechazo al cuerpo:
- Pida información.
- Hable con su hijo y créale.
- Pida ayuda a un profesional.
Los padres de
niños con discapacidad también deben abordar la sexualidad, ya que sus hijos la
viven y la manifiestan con ciertas particularidades, siendo lícita y educable
su expresión.
Por eso
recomendamos o la guía de educación
sexual para padres de niños pequeños que el Ministerio de Educación ha editado. Una lectura que ayuda a padres,
madres, familiares y educadores a abordar la sexualidad infantil desde una
postura natural, sana y real. La puedes descargar gratuitamente en formato PDF.
Fuente: AEPap